■ Son constantes las riñas por las adolescentes y el mercado que significan los alumnos
Blanco de violencia, las escuelas públicas en la Álvaro Obregón
■ Enfrentan un entorno de delincuencia y adicciones
■ Pondrán en marcha plan delegacional
Ampliar la imagen Aspecto del deterioro de la Escuela Secundaria Diurna No. 77, República de Panamá, provocado por el vandalismo de estudiantes y personas ajenas al plantel Foto: Roberto García Ortiz
Asentadas en colonias de alta marginalidad, sobre empinados y estrechos callejones, e inclusive entre barrancas, las escuelas públicas de educación básica de la delegación Alvaro Obregón no sólo enfrentan el deterioro de sus inmuebles, sino también el hecho de que su entorno se haya convertido en nichos propicios para la delincuencia, el narcomenudeo y la venta de alcohol.
Enclavada a un costado de la cañada que divide el pueblo de Santa Fe y el complejo comercial del mismo nombre, la secundaria diurna número 77 República de Panamá es blanco de riñas entre chavos que se disputan el amor de las jóvenes, pero también de drogadictos que extorsionan a los estudiantes, y de narcomenudistas.
“A gritos estamos pidiendo que nos hagan caso”, expresa el director del plantel Atanasio Granados Sandoval, quien guía el recorrido por los siete edificios que integran la escuela dispuestos en terrazas escalonadas, por la orografía del lugar, que albergan a 550 adolescentes en el turno matutino.
El descanso entre clases es la hora más difícil para las autoridades, a grado tal que han tenido que recurrir al apoyo de la fuerza pública para reforzar la vigilancia y evitar que ingresen extraños o los propios estudiantes salgan del centro escolar, por lo boquetes que hacen en la barda perimetral.
Como una medida preventiva, Granados Sandoval detalla que se vieron obligados a clausurar la parte trasera de la escuela, un área verde de grandes proporciones, porque es ahí donde se esconden, entre los arbustos, quienes ingresan furtivamente a las instalaciones, quienes en más de una ocasión han saqueado el plantel.
A esta situación se aúna la conducta de los escolares. “Nos enfrentamos a casos de familias desintegradas, muchos alumnos no tienen mamá o papá, y reflejan aquí todo su descontento. Cada vez son más violentos, son muy listos para la discusión, no hay quién les gane, pero cuando tienen que plasmar sus conocimientos en el papel, ahí ya no”, refiere.
De acuerdo con el titular de Alvaro Obregón, Leonel Luna, ésta es una de las 127 escuelas ubicadas en el perímetro delegacional, donde se aplicará el Programa Integral de Prevención de Adicciones y Violencia Escolar (PIPAVE), que también incluye la operación de una Unidad de Protección Ciudadana (UPC), exclusiva para vigilar los planteles educativos, en cada uno de los cuales habrá dos elementos policiacos. Se trata de 95 primarias y 16 secundarias, en donde se emprenderán acciones para combatir la delincuencia, luchar contra la venta de estupefacientes y hechos de violencia entre la población escolar, agrega al precisar que en los años recientes el consumo de drogas como mariguana, tranquilizantes y cocaína, entre estudiantes de 15 años se incrementó de 15.2 a 17.8 por ciento.
Martín Ponce, director de Prevención Social y Desarrollo Comunitario, detalla que será en la secundaria 202, ubicada en una zona altamente conflictiva, donde comenzará este proyecto, en el que se contempla realizar un diagnóstico por familia, para conocer a fondo las circunstancias que rodean a los estudiantes, y posteriormente, desarrollar diferentes talleres, en los que también se incluirá orientación a los padres de familia.