■ Pide al Congreso aprobarlo pues “es un firme aliado” frente a la amenaza que es Venezuela
El TLC con Colombia, cuestión de “seguridad nacional”: Bush
■ Preocupante, firmar con un país que no respeta a los trabajadores, dice legislador demócrata
■ Analista pronostica la derrota del pacto comercial por la “arrogancia” del jefe de la Casa Blanca
Ampliar la imagen El presidente George W. Bush al firmar una carta enviada al Congreso en la cual solicita la aprobación del Tratado de Libre Comercio con Colombia, ayer en Washington. Lo acompañan (atrás, en la imagen), el secretario de Defensa, Robert Gates; la secretaria de Estado, Condoleezza Rice; la representante de Negocios, Susan Schwab; la secretaria del Trabajo, Elaine Chao; el director de la Oficina de Control Nacional de Drogas, John Walters, y el secretario de Agricultura, Ed Schafer Foto: Ap
Washington, 7 de abril. El presidente George W. Bush envió hoy el acuerdo de libre comercio con Colombia al Congreso instando a los legisladores a ratificarlo lo más pronto posible, al definirlo como un asunto prioritario de “seguridad nacional” frente a la amenaza que representa Venezuela en la región.
Bush declaró hoy que “la aprobación de este acuerdo es urgente por razones de seguridad nacional. Colombia es uno de nuestros aliados más firmes en el hemisferio occidental”. Resaltó los esfuerzos del presidente Álvaro Uribe en la lucha contra el narco, el crimen y el “terror”, y afirmó que según su aliado, desde 2002 la violencia –entre ella contra sindicalistas– se ha reducido en este país. A pesar de estos logros, señaló, Colombia enfrenta “presiones intensas” en la región, incluido un “asalto continuo de la red terrorista conocida como FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), la cual ha tomado rehenes y asesinado a gente inocente –entre ellos estadunidenses– en un intento para derrocar la democracia de Colombia”.
Además, Bush dijo que Colombia “también enfrenta un régimen hostil y antiestadunidense en Venezuela, el cual se ha reunido con líderes terroristas de las FARC, y ha desplegado tropas a la frontera colombiana como medio para intimidar al gobierno y al pueblo colombianos”.
Uribe, sostuvo Bush, se ha mantenido firme contra estas amenazas “y lo ha hecho con la afirmación del apoyo de Estados Unidos, porque su lucha contra la tiranía y el terror es una lucha que compartimos”. Bush agregó que Uribe ha declarado que una de las formas más importantes para que Estados Unidos demuestre su apoyo es la aprobación de este acuerdo de libre comercio. “La gente del hemisferio observa lo que hará Estados Unidos. Si el Congreso falla en aprobar este acuerdo, no sólo se abandonaría a un aliado valiente, sino que enviaría una señal a través de la región de que los amigos no pueden depender del apoyo de Estados Unidos”.
Oposición
Sin embargo, hay una razón por la cual esta iniciativa se ha estancado durante unos 16 meses después de que el acuerdo fue finalizado entre los ejecutivos de ambos países. Los principales sindicatos nacionales, agrupaciones de derechos humanos, de defensa del consumidor y otros están férreamente opuestos al TLC con Colombia. Los dos precandidatos presidenciales demócratas están en contra (ambos senadores, y por lo tanto con voto sobre su futuro legislativo), y el liderazgo demócrata de la mayoría también ha advertido al presidente que esta no es una coyuntura positiva para su ratificación.
El líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, afirmó que a pesar del amplio apoyo a Colombia, expresado en la asistencia que se le otorga por el Plan Colombia, “muchos demócratas mantienen serias preocupaciones sobre un acuerdo que crea el nivel más alto de integración económica con un país donde los trabajadores y sus familias son rutinariamente asesinados y sujetados a violencia e intimidación por buscar ejercer sus derechos económicos más básicos, y donde los responsables de la violencia tienen impunidad casi total”.
John Sweeney, presidente de la central obrera nacional AFL-CIO, declaró hoy que “los trabajadores en Colombia son aterrorizados todos los días por defender su libertad económica y simpatizantes sindicales son rutinariamente asesinados. Nuestro gobierno no debería recompensar al gobierno colombiano por tal indiferencia a los derechos y vidas de los trabajadores colombianos”.
Expresando la posición general de los sindicatos estadunidenses sobre este tema, Sweeney agregó que “la gente trabajadora –en Estados Unidos y alrededor del mundo– está pagando los costos de años de malas políticas comerciales. Nuestro país ha perdido 3 millones de buenos empleos manufactureros sólo bajo el periodo del presidente Bush. El daño económico ha inspirado un nuevo consenso sobre la necesidad de protecciones para los derechos básicos de los trabajadores para detener la carrera mundial hacia abajo en las normas de vida”.
Lori Wallach, directora del proyecto sobre comercio internacional de la organización Public Citizen, pronosticó la derrota del acuerdo sólo por la “arrogancia” de Bush de enviarlo al Congreso a pesar de la advertencia del liderazgo demócrata de que esperara hasta abordar el tema de los derechos laborales en el país sudamericano. “Este acuerdo ya estaba en apuros por el récord vergonzoso de Colombia de asesinatos de líderes laborales… Al insultar el liderazgo demócrata en el Congreso, Bush garantizará la primera derrota en el Capitolio de un acuerdo de libre comercio”.
El tema es tan políticamente tóxico que el principal estratega de Hillary Clinton fue obligado a renunciar al divulgarse que participó en una reunión con representantes del gobierno colombiano la semana pasada, ya que su empresa de relaciones públicas tenía un contrato para ayudar a Uribe a lograr la aprobación del acuerdo.
El Congreso tiene ahora un límite de 90 días legislativos para ratificar o rechazar el acuerdo.