■ Comenzará el 5 de abril en el Metropólitan una gira por el país
No tengo duda, el arte es una religión, afirma Facundo Cabral
“Los muros que construye el hombre para dividir naciones no pueden separar a los pueblos. Eso se ha demostrado a lo largo de la historia y lo digo yo, que he viajado mucho, que he andado muchos caminos y practico el verbo comunicar”, expresó en entrevista telefónica desde Buenos Aires, Argentina, el cantautor Facundo Cabral, quien iniciará en breve una larga gira por la República Mexicana.
Pisará el escenario de foros pequeños y grandes, de lo cual dice: “Los lugares los hace la canción. En el momento en que uno está en el escenario el lugar lo hace uno. Me da mucha felicidad cantar y lo he hecho en sitios muy pequeños o muy grandes. En los primeros por la cercanía y en los segundos porque la gente le da un sentido muy especial a cada tema.
“En lo mío es fundamental lo que se dice. La palabra es la que hace el ambiente, pero además México ha sido, sin ninguna duda, desde 1972, o sea desde hace 38 años, mi segunda patria. No he frecuentado tanto a un país, ni siquiera al mío, como me ha pasado con México.”
Vuelta al hogar
Ha cantado ¿Qué cosas tiene la vida, Mariana?, desde Chetumal hasta Tijuana. “Mi vida siempre es un acontecimiento y de alguna manera es una vuelta al hogar, porque es el que más caminé. En la próxima gira por México el repertorio será una especie de antología, porque estoy para… ¡voy a cumplir 71 años!; es casi como una revisión de cruentas, ¿no? Ya estoy en el tiempo de descuento.
“Ahora es cuando uno está ya muy cerquita del mostrador, para que… ya estoy en esa lista de adelante; es como una… antología, una selección. Yo no hago nunca los conciertos –el repertorio–, pero cuando subo al escenario dejo que el corazón decida las canciones que me acompañaron durante más tiempo. La primera vez que tuve una canción que se puede llamar masiva, un éxito que después se transformó en un clásico, que es No soy de aquí ni soy de allá, fue a partir de México, de las versiones que hicieron Alberto Cortez, Marco Antonio Solís, Chente Fernández, don Pedro Vargas.”
–¿Qué es para usted ser cantante?
–El arte es un religión. No tengo ninguna duda de que en un concierto el teatro deja de ser foro y se transforma en templo, porque lo que hago en forma coloquial se convierte en una comunión. Yo era un tipo hostil, lleno de rencor, porque tuve una infancia y una adolescencia durísimas. Le echaba la culpa a cualquiera cuando todavía no conocía a nadie.
“El arte fue la salvación, pues me llenó de amigos, me hizo caminar por el mundo. A veces, cuando vuelvo al hotel y abro el estuche y miro la guitarra digo: mi Dios, lo que me ha regalado. El sueño más grande era conocer Buenos Aires y terminé caminando el mundo. ¡Imaginen lo que es para mí ir a cantar a Guanajuato, a Puebla, a Chicago, a Guadalajara, Lisboa, Madrid, Jerusalén, Bagdad.
“Para alguien que no se podía comunicar con la gente, el arte tuvo la gentileza de dejar salir lo mejor de mí, por eso llego a esta edad, 71 años, con tanto agradecimiento.”
La presentación en el Distrito Federal será el 5 de abril, en el teatro M
“No tengo una casa adónde volver, y no lo digo con dolor, porque es la vida que elegí. Me dedico al arte, he vivido solo casi siempre. Las 24 horas del día están dedicadas al arte, por eso es una religión verdadera. Realmente me han acercado a Dios los artistas, como Tamayo y sus pinturas, los mayas, la literatura de Dante o el Chilam Balam. Los artistas me han hecho un hombre agradecido”, concluyó.