Entrevista a Héctor Rangel Domene, presidente del consejo de administración del BBVA Bancomer
La banca mexicana debe operar con prudencia
Hipotecas, pequeñas y medianas empresas, los objetivos
El directivo rechaza comparar la cartera vencida de los créditos en México con lo que sucede en Estados Unidos por las llamadas hipotecas subprime. Están en mora apenas 5 por ciento de los nuevos usuarios de financiamento, asevera, y descarta una crisis como la que se vive en la nación vecina
Ampliar la imagen El presidente del Consejo de Administración de BBVA Bancomer, Héctor Rangel Domene, en sus oficinas de Montes Urales Foto: Cristina Rodríguez
Para Héctor Rangel Domene, presidente del consejo de administración de BBVA Bancomer, la banca que opera en México “finalmente dejó atrás los problemas de la crisis de 1995”. En el marco de un sostenido crecimiento del crédito y de la incorporación en los últimos años de millones de usuarios al sistema financiero formal, los siguientes meses, dice, deben estar caracterizados por la “prudencia”. No es que se espere que los problemas ocurridos en Estados Unidos, que han llevado a la desaparición de firmas emblemáticas de Wall Street, se puedan trasladar acá. “La banca en México es muy prudente y debe seguir siendo muy prudente”, asegura.
Rangel Domene, ex presidente de la Asociación de Bancos de México y del Consejo Coordinador Empresarial, rechaza la comparación entre el sostenido aumento en la morosidad de un segmento de usuarios de tarjeta de crédito en México con los problemas que originaron la crisis financiera en Estados Unidos. “Las magnitudes entre uno y otro negocio no son comparables”, menciona. “Los bancos estadunidenses corrieron un riesgo muy alto para un negocio que iba a tener un rendimiento bajo (las hipotecas subprime o de alto riesgo). Allá falló la supervisión de la autoridad. Eso no ocurrirá en México. No veo un riesgo de la naturaleza que sucedió en Estados Unidos.”
De hecho, asegura, el crecimiento ocurrido en los últimos meses en la cartera vencida ha sido determinado sólo por 5 por ciento de nuevos usuarios que no han pagado los préstamos. En general, afirma, el crédito en tarjeta ha sido benéfico para 95 por ciento de las personas que lo ha obtenido. “Hay gente que está en mora, que necesita ponerse al corriente y que tendrá problemas, sin duda. Pero es una proporción menor respecto al total.”
Esta semana se realiza en Acapulco, Guerrero, la 71 convención bancaria, ocasión en que será conmemorado el 80 aniversario de la creación, el 12 de noviembre de 1928, de la actual Asociación de Bancos de México (ABM), que representa los intereses del sector bancario. Con la celebración de ese acto en el horizonte inmediato, Rangel Domene concedió una entrevista a La Jornada.
En los pasados tres años, la cartera de crédito de los bancos creció a una tasa de 26.5 por ciento en promedio anual, hasta alcanzar en diciembre pasado 1.45 billones de pesos, 16 por ciento del producto interno bruto. En los dos años previos, el sistema otorgó préstamos por 610 mil millones de pesos, de los que 196 mil millones fueron destinados a financiar consumo (tarjetas de crédito, compra de autos, préstamos personales), según datos de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, el regulador del sistema, y de la propia ABM.
Después de ese ritmo de crecimiento de la actividad bancaria, el siguiente paso, dice Rangel Domene, es comenzar a promover el ahorro y persistir en el esfuerzo por incorporar a un mayor porcentaje de la población como usuarios del sistema financiero.
“En el tema de bancarización (como se da en llamar en el medio financiero a la incorporación de usuarios al sistema financiero formal) hay mucho por hacer, no sólo dar acceso a más población a los servicios bancarios, sino también en promover el ahorro”, menciona.
“Tenemos que masificar el crédito aún más, para que cada mexicano y cada persona que posee un pequeño negocio tenga acceso al crédito y eso va a ser muy importante para el desarrollo de México y de la economía”, considera.
Menciona que la banca debe hacer más por fomentar el ahorro. En ese sentido, considera, se actuará en los siguientes meses.
“México tiene bajos índices de ahorro nacional, entonces es importante promover el ahorro y que la banca diseñe productos fáciles para que la población pueda ahorrar, aunque sea en cantidades pequeñas, que se habitúe desde la infancia al ahorro.
“La inestabilidad y 25 años de crisis provocaron que se perdiera el hábito, que dejaran de existir las libretas de ahorro infantil.”
–¿Considera que se mantendrá el ritmo de crecimiento de la actividad bancaria?
–El paso que se lleva es muy bueno en los últimos tres años. Crecer a ritmos de 25 a 30 por ciento (la economía lo hizo a menos de 4 por ciento), es un ritmo muy alto, muy alentador. Obviamente que no se pueden sostener ad infinitum esas tasas de crecimiento. Pero sí alienta mucho ver que finalmente dejamos atrás los problemas de la crisis de 1995, que la banca se capitalizó y está contribuyendo al desarrollo nacional.
—¿Cómo ha resultado para una institución como BBVA Bancomer la estrategia de aumentar masivamente su universo de clientes?
–Ha resultado muy bien porque hemos logrado incrementar en cuatro millones de usuarios la clientela del banco en los últimos tres años. Simplemente en 2007 incorporamos un millón de usuarios de tarjetas de crédito. Esto nos ha permitido ampliar nuestra red de clientes, mantener nuestro liderazgo y ha resultado un buen negocio. La bancarización no solamente resuelve a la población tener productos y servicios financieros y acceso al crédito, que es muy importante para un país, sino también permite al banco crecer rápidamente y posicionarse en un mercado que es cada vez más competido.
–¿Hacia qué sectores o actividades se enfocará el otorgamiento de crédito en BBVA Bancomer?
–El crédito en Bancomer creció 27 por ciento en conjunto el último año. En 2008 habrá un menor crecimiento de la economía, por los problemas de Estados Unidos. Pero anticipamos un incremento de 20 por ciento en la colocación de créditos, en el caso de Bancomer. Tenemos mucho interés en la pequeña y mediana empresa, es una prioridad. La otra área de atención es el segmento hipotecario. Ahora generamos cuatro de cada 10 hipotecas que se financian en el país; y también vamos a participar en infraestructura y seguramente también financiando consumo.
–Tienen un programa para facilitar el pago de consumo a través del teléfono celular.
–Vamos a echarlo a andar en todo el país antes de tres meses, después de un plan piloto en Saltillo (Coahuila), que funcionó muy bien. Puede ser un proyecto muy atractivo para la población que por medio del celular pueda hacer pequeños pagos, por ejemplo comprar un refresco, subirse a un camión, tomar un taxi, comprar una torta. En fin, toda clase de pagos que pueden hacerse con el teléfono celular conectado a los medios de pago de la banca.
Abaratar servicios
–¿Cómo funciona?
–Consiste en conectar su teléfono celular a la red de pagos de la institución. Si va a comprar una torta y el estanquillo está también conectado, pues a través de un mensaje debitan su cuenta y se lo acreditan al establecimiento. Es por un mensaje. Imagínese la facilidad que eso va a traer para millones de personas que continuamente están haciendo pequeñas transacciones en la calle.
–¿El mayor crecimiento de la cartera vencida se ha dado entre los nuevos usuarios?
–Hay un segmento de clientes de bajos ingresos que no tenían experiencia bancaria. Es donde está el negocio de más riesgo y donde tenemos un nivel de cartera vencida más elevado. Pero aún así, 95 por ciento de ese grupo se ha comportado adecuadamente y ha tenido beneficios en acceder el crédito a través de una tarjeta o de algún otro instrumento. El banco tiene perfectamente dimensionados y controlados los parámetros de riesgo en los diferentes negocios en los que está. La experiencia ha sido positiva.
–¿Las pérdidas esperadas con los nuevos usuarios han impedido que se reduzca el costo de los servicios para los que ya eran clientes?
–No, porque los precios de los servicios o del crédito están en función del riesgo y de la experiencia crediticia. No hay un solo precio para la tarjeta de crédito, por ejemplo. Depende del número de años de antigüedad que tenga en el banco, del ingreso promedio, en fin.
–¿Hay todavía, en el caso de los clientes de Bancomer, espacio para que los servicios se abaraten?
–Sí, yo creo que sí. Dependerá de lograr una mayor escala de negocio, también de la competencia y de los costos de regulación y operación.