Un retrato que jamás fue reclamado
A finales de los años 70, el presidente José López Portillo le encargó a Jorge González Camarena un retrato de Rosa Luz Alegría. El pintor aceptó con la condición de entregárselo al político hasta que concluyera una exposición itinerante de varios meses que le organizaría el gobierno de Bulgaria.
“Mi abuelo le dijo: ‘cuando llegue de regreso el cuadro, si llega, porque ya ve que luego se pierden, con mucho gusto se lo vendo’. Pactaron el precio y comenzó a hacerlo; él nunca aceptó ningún anticipo, aunque fueran obras por encargo”, recuerda Marcel, el nieto del artista.
Pero la muerte sorprendió a González Camarena dos meses antes del plazo para entregar la obra a los organizadores de la exposición, la cual fue cancelada. El cuadro pasó a formar parte de la herencia familiar y actualmente el dueño es el padre de Marcel.
López Portillo nunca reclamó el cuadro, ni la ex secretaria de Turismo, la primera mujer en ingresar al gabinete de un presidente mexicano.