■ Sólo presenta acciones aisladas para hacer frente al creciente problema migratorio en la región
Dilación del gobierno en la entrega del programa integral para la frontera sur
■ Además se desconoce estrategia ante el endurecimiento de las medidas de seguridad en el norte
Ampliar la imagen La violación a los derechos de indocumentados no sólo se da en la frontera norte con los connacionales, sino en el sur, con personas de origen centroamericano Foto: Notimex
La Secretaría de Gobernación (SG) no ha dado a conocer el programa integral para la frontera sur y, en los 16 meses de la administración calderonista, sólo presenta programas y acciones aisladas para hacer frente al fenómeno migratorio que causa impacto en nuestro país.
El programa integral supone, de acuerdo con el plan original, delineado en 2007, una estrategia conjunta entre las autoridades de migración, policiales, de inteligencia civil y militar, entre otras, para resguardar la línea fronteriza con Guatemala y Belice.
Tampoco se conocen las acciones del gobierno mexicano ante el endurecimiento de medidas de seguridad impuestas por el gobierno de Estados Unidos para tratar de impedir el paso de indocumentados.
Al respecto, Ana Teresa Aranda, subsecretaria de Población, Migración y Asuntos Religiosos de la SG, indicó que “muy pronto” se dará a conocer la estrategia integral.
–¿Para cuando? –se preguntó a la funcionaria (impulsada para ese puesto por el titular de la SG, Juan Camilo Mouriño).
–Todavía no hay fecha, pero les estaremos avisando con toda oportunidad –respondió quien fue secretaria de Desarrollo Social en el sexenio foxista.
Plan “desde antes”
–Cuál es la estrategia del gobierno mexicano para la defensa de los migrantes, ante el fortalecimiento de las medidas de seguridad en el territorio estadunidense, especialmente en la zona de Arizona.
–Hay una estrategia que está elaborada mucho antes de que empezaran a recrudecerse las medidas en contra de nuestros hermanos que están como migrantes de manera ilegal. Toda esa estrategia muy pronto será presentada por el señor secretario (Mouriño). Tiene que ver con la frontera norte y con la frontera sur. Esperen noticias.
–¿Para cuándo? ¿En seis meses, un año?
–Muy pronto, antes que eso –respondió Aranda en una breve entrevista, momentos después de acompañar al secretario Mouriño en la presentación pública de los contratos que firmó con Pemex, en calidad de apoderado legal de una empresa propiedad de su familia, al tiempo en que se desempeñaba como legislador y, más tarde, como funcionario público.
Mientras los funcionarios mexicanos dilatan la presentación del proyecto integral, en Estados Unidos ya han sido desplegados (de acuerdo con datos difundidos por agencias informativas) seis mil guardias nacionales de diversos estados a lo largo de la frontera con México, en apoyo logístico a la Patrulla Fronteriza, sin involucrarse en el control migratorio.
El programa comenzó por orden del presidente George W. Bush en agosto de 2006 y está previsto que concluya en diciembre de este año.
A ello se agrega la construcción del llamado “muro virtual”, ratificado el mes pasado, en su reciente visita a México, por el secretario de Seguridad Interna de Estados Unidos, Michael Chertoff, el cual consiste en el despliegue de recursos tecnológicos para detectar e impedir el paso de indocumentados.
Mientras tanto, en México sólo se han dado a conocer algunos cambios administrativos para la frontera sur, como la emisión de formas migratorias para trabajadores visitantes guatemaltecos y un texto acerca de “una propuesta de política migratoria para la frontera sur”.
A ese contexto se añade –como se ha difundido– la dilación en las nuevas reglas para la operación de las estaciones migratorias, proyecto –delineado desde el arranque del sexenio– que no ha recibido aún el visto bueno de la Comisión de Mejora Regulatoria (paso previo fundamental en la publicación de cualquier norma nueva).
Además, tampoco hay avance –al menos se carece de información pública al respecto– del proyecto de reforma a la Ley General de Población, cuyo reglamento (vigente desde abril de 2000) establece en su capítulo quinto la política de migración y su puesta en práctica por las autoridades mexicanas.
Nuestro país se ha convertido en territorio de tránsito o destino de miles de indocumentados que cruzan la frontera sur a diario.
Los enunciados acerca de una política migratoria para esa franja territorial aparecen en la página electrónica del Instituto Nacional de Migración (INM), pero hasta el momento no ha sido detallada por el titular de la dependencia.
En el texto se asegura que el objetivo es reducir “la vulnerabilidad de los migrantes indocumentados en general” y la “discrecionalidad y abuso de autoridades a la población migrante”.
Las “cuatro líneas estratégicas” para una mejor gestión en la materia son: facilitación de la documentación de los flujos migratorios; mayor protección de los derechos de los migrantes; mayor seguridad fronteriza, y “todo con base en una mayor y mejor infraestructura material y tecnológica.
“Este programa permitirá lograr que la frontera sur de México sea una zona digna, ordenada, segura y moderna, donde se facilita la vida transfronteriza y la gestión de los flujos migratorios, con respeto de los derechos humanos de los migrantes, en favor del desarrollo de la región”, señala el INM.
En los enunciados acerca de la “mejora sustantiva” en la gestión migratoria ante los flujos locales de visitantes temporales, el Diario Oficial de la Federación publicó el 12 de marzo pasado la forma migratoria de trabajadores fronterizos (con vigencia de un año) y la forma migratoria de visitante local, que traerán beneficios para algunos trabajadores guatemaltecos y beliceños, siempre que exista una oferta de trabajo de un empleador en las entidades federativas de la frontera sur de México.
Se anunció, además, un plan piloto para dar atención especial a grupos vulnerables, como mujeres y menores migrantes, pero todo en el contexto de un plan de reordenamiento, respecto de las atribuciones del INM, aunque falta conocer la estrategia en materia de seguridad, especialmente ante hechos recientes, como el asesinato de un agente de los grupos Beta, protectores de migrantes.