■ Creció 200% el número de visitantes

Se dispara aforo en las playas artificiales

■ Los turistas llegan hasta en camiones rentados para hacer una excursión

Josefina Quintero y César Arellano

Ante el temor de ser multados el Sábado de Gloria por las autoridades policiacas, miles de capitalinos prefirieron asistir, junto con su familia, a alguna de las 10 playas artificiales que hay en el Distrito Federal, lo cual provocó que el aforo de turistas se incrementara hasta 200 por ciento en alguno de estos centros de diversión.

Uno de los lugares que los turistas capitalinos prefirieron, de acuerdo con cifras del gobierno de la ciudad, fue la playa artificial que se montó en la delegación Tláhuac, pues cuenta con granja interactiva y karaoke, lo que atrajo a más de seis mil personas, diferencia considerable con las que a diario abarrotan la zona.

Por su parte la delegación Tlalpan indicó, hasta antes de las seis de la tarde, que la playa de Villa Olímpica estaba repleta por la visita de entre 3 mil 900 y cuatro mil 200 turistas urbanos que se dieron cita en el lugar.

Ernesto de la Rosa, de 19 años, vestido con pantalones cortos color amarillo, estampado de flores, sin camisa, sólo un collar de conchas de mar en el cuello, llegó con mochila al hombro proveniente del municipio de Ecatepec, a la playa artificial de Villa Olímpica, en dicha demarcación.

Acompañado de dos de sus hermanos y sobrino, todos en el mismo estilo playero, Omar y Rafa, con una gorro de paja en la cabeza para evitar los rayos del sol en la cara, planearon pasar el Sábado del Gloria en la playa “chilanga de más fama en la ciudad” y con la firme idea de ligarse “a una chilanguita sureña”.

Otra de las jurisdicciones en similar situación fue Magdalena Contreras, que registró una afluencia de más del doble de lo habitual: cuatro mil personas estuvieron en la playa artificial Casa Popular, uno de los aforos más altos desde su inauguración, pues hasta el viernes pasado reportó tan sólo mil 350 turistas capitalinos.

La mayoría de los asistentes que llegaban a las playas lo hacían en transporte público, sin embargo, también se organizaron excursiones para contratar un camión de los pueblos más lejanos de Tlalpan, como Parres y San Andrés Topilejo.

Algunos vehículos, en su mayoría modelos antiguos, estaban completamente llenos, de ellos bajan familias de entre 10 y ocho integrantes, cada uno con los tradicionales aditamentos playeros: salvavidas, juegos inflables y trajes de baño, todo para pasar un momento de diversión.