Usted está aquí: domingo 16 de marzo de 2008 Cultura La exploración del asentamiento Tankah, en Tulum, continuará este año: INAH

■ Alista el organismo las visitas nocturnas a la zona arqueológica; arrancan a final de mes

La exploración del asentamiento Tankah, en Tulum, continuará este año: INAH

■ El hallazgo sustenta la teoría de que existió una población más antigua en el lugar: arqueóloga

Ana Mónica Rodríguez

Ampliar la imagen Ruinas arqueológicas de Tulum, en Quintana Roo Ruinas arqueológicas de Tulum, en Quintana Roo Foto: Fabrizio León

Mientras continúan los preparativos para abrir “por primera vez” en marzo las visitas nocturnas en la zona arqueológica de Tulum, Quintana Roo, los especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) trabajan en las estructuras prehispánicas descubiertas recientemente afuera de la muralla que custodia ese asentamiento prehispánico y que datan del año 100 a.C.

Tankah es el nombre del asentamiento hallado el año pasado en la zona maya, con el cual se sustenta que existió una población más antigua que precedió a Tulum.

Las estructuras fueron descubiertas unos metros al norte de la muralla que circunda a la zona arqueológica –dentro de la misma poligonal– y son un conjunto de edificios que datan del periodo del preclásico temprano y del tardío.

“Eso significa que hubo un largo periodo de ocupación en esta área y Tankah es un conjunto que se fundó primero y tiene una larga historia”, explicó Adriana Velázquez Morlet, directora del Centro INAH Quintana Roo.

“Esta importante ocupación en el área costera data del preclásico, es decir, del año 100 a. C. y continúa hasta la época de Tulum, en el posclásico”, agregó.

En entrevista vía telefónica, la arqueóloga adelantó que la exploración en ese asentamiento continuará durante 2008, y “con la puesta en marcha de este proyecto se develarán cuestiones sobre cómo vivían los antiguos pobladores, antes inclusive de la época de esplendor en Tulum.

“A la par –prosiguió– se realizará un mapeo de los elementos arqueológicos hallados, como son las plataformas, muros de limitación de residencias y solares prehispánicos.”

La información obtenida tras la primera temporada de campo –a decir de la arqueóloga– permitirá disponer de información de los desarrollos arquitectónicos y sobre las formas de vida de los habitantes en las inmediaciones de Tulum, y no sólo de los sacerdotes y altos dignatarios, quienes eran los únicos que accedían al área ceremonial.

“Las investigaciones de campo continuarán este año y seguramente la información que arrojen responderá muchas preguntas sobre cómo vivía la gente del Posclásico; además, se realizará un mapeo de todos los elementos arqueológicos que existen dentro de la poligonal de más de 60 hectáreas.”

Recorrido único

Velázquez Morlet subrayó: “A lo largo de cuatro años hemos centrado nuestra atención en la conservación y preservación de los vestigios mayas, y nuestro concepto está totalmente alejado de la comercialización; no existe la intención de vender el sitio, sino de mantenerlo mejor y fortalecerlo”.

Sobre las visitas nocturnas que estarán abiertas al público “a finales de marzo o principios de abril”, la titular del Centro INAH Quintana Roo dijo que será un “recorrido único” entre los vestigios mayas de Tulum y que tendrá como escenario adicional el mar Caribe, las estrellas y las noches que enmarcan la importante área prehispánica.

Las antiguas estructuras estarán iluminadas durante 45 minutos y el costo para ingresar a la zona amurallada será de 160 pesos. Durante ese tiempo los visitantes caminarán por el asentamiento maya y escucharán la historia de esa civilización, con audioguías.

“El recorrido se realizará en grupos de 40 personas por motivos de orden y de preservación de las estructuras prehispánicas, y durante el camino se ofrecerá una explicación sobre la historia de la civilización maya, para que la gente tenga una perspectiva distinta y más información al respecto.”

Las visitas nocturnas, aclara la investigadora del INAH, son otra forma de quitar peso a las multitudes que asisten para conocer esa emblemática ciudad. “En temporada de fin de año y de Semana Santa llegan hasta 7 u 8 mil visitantes, y la idea del recorrido es ampliar las posibilidades de visita y que se distribuyan mejor a lo largo del día”.

Incluso, dijo Velázquez, “hemos trabajado arduamente durante los años recientes en este proyecto, y por eso la instalación de luces ha sido muy cuidadosa, no hubo ninguna excavación y, adicionalmente, otra ventaja será el bajo consumo de energía; los cables fueron colocados a nivel de superficie mientras que las luminarias están sobrepuestas en los senderos, con un aspecto que simula rocas, para evitar un impacto negativo en el patrimonio histórico.

Para introducir al público al mundo maya, los organizadores de las visitas nocturnas colocarán pantallas de plasma afuera de la zona amurallada, para ofrecer una presentación general de esa civilización.

Durante el recorrido a pie por los senderos del área se observarán iluminados los principales monumentos: todos los del área central, el Castillo, los edificios del recinto interior y la parte norte del área amurallada que comprende la Casa del Cenote, el Templo de los frescos, la Casa de Halach Linic-Gran Señor, la Casa de las Columnas y algunas otras estructuras que pertenecen a la Casa del Chultun.

Arqueología submarina

Los especialistas del Centro INAH Quintana Roo se enfocarán este año en fortalecer los proyectos ya iniciados en otros sitios prehispánicos, como Chakanbakán –que será abierto al público–, Ixcabal, Cobá, Xelha, San Gervasio y El Cedral, en Cozumel; además, los asentamientos de Dzibanché, Chakanbakán, Ixcabal y Oxtankáh, también en Quintana Roo.

Mención especial, dijo Adriana Velázquez, son las investigaciones en arqueología subacuática para catalogar cenotes y cavernas sumergidas que tienen elementos relacionados con la ocupación prehistórica y prehispánica.

También sobresale el proyecto de los cementerios acuáticos mayas, dedicado a la investigación de cenotes como lugares de culto funerario y depósito mortuorio; además del rescate de pecios y barcos hundidos. Esta investigación histórica se ha centrado en el arrecife del banco Chinchorro, donde se encuentran más de 50 pecios de diferentes periodos, que datan desde el siglo XVI hasta el XX.

 
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