■ Dirigencias seccionales sufren la resistencia de grupos institucionales desplazados
Enfrenta la cúpula elbista una crisis de autoridad en el SNTE
■ La vieja práctica de compra de votos no pudo garantizar el control vertical del sindicato
■ Gordillo no se irá, hay que sacarla, destacan disidentes; preparan congreso democrático
Ampliar la imagen Maestros de la sección 22, del estado de Oaxaca, rechazan las condiciones impuestas por el CEN para emitir la convocatoria para renovar a su dirigencia. Imagen de la marcha del viernes en Paseo de la Reforma Foto: Víctor Camacho
Elba Esther Gordillo Morales enfrenta una de las “peores” crisis de autoridad al interior del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), pues a pesar de haber impuesto a casi la totalidad de las dirigencias seccionales en el país, sus “elegidos no pueden ni siquiera integrar los comités estatales sin enfrentar la resistencia de grupos institucionales que se sienten desplazados”, aseguraron dirigentes magisteriales de todo el país.
Reunidos en el primer encuentro de la Junta Nacional de Gobierno Sindical, que incluye a distintas corrientes magisteriales, así como a integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), profesores de Coahuila, Zacatecas, Tamaulipas, San Luis Potosí, Michoacán, Puebla, Morelos, Tlaxcala, Distrito Federal y valle de México afirmaron que la cúpula elbista enfrentó una “caída en picada” durante los congresos seccionales convocados para renovar las dirigencias en casi toda la República.
Gordillo no sólo recurrió, denunciaron, a la vieja práctica de la compra de votos con becas, hojas de préstamo y plazas, “incluso prometió diputaciones y cargos en los colegiados seccionales y nacionales, pero ni así pudo garantizar un control total”.
Tras anunciar la realización en junio próximo de un Congreso Democrático de Bases, que permita la expresión “plural” de todas las corrientes magisteriales, con un mismo objetivo: “sacar a Elba Esther del SNTE”, aseguraron que ni las dirigencias institucionales “ven con buenos ojos que pretenda imponer a gente de fuera como secretarios generales seccionales”.
Y advirtieron que “ha calado hondo el que pretenda imponer lealtades políticas de acuerdo a sus intereses, cuando la mayoría de los institucionales tiene muy clara su bandera política, y nadie cree que el Partido Nueva Alianza sea un proyecto serio que va a desplazar el cacicazgo de PRI o PAN”.
El error de Elba Esther, destacaron, es que llegó con un modelo “totalmente autoritario para la renovación seccional, cuando las condiciones del país y del magisterio son otras. Hay mucha inconformidad tanto en la base magisterial como entre los charros por la aplicación de la nueva Ley del ISSSTE y los descuentos de la reforma fiscal”.
Con una estrategia en la que siempre “apuesta por la exclusión de quienes no son sus incondicionales, nos está llevando al hartazgo, incluso entre quienes se reconocían como elbistas de viejo cuño, y muestra de ello son los crecientes abucheos y rechiflas al pronunciar su nombre. Ya nadie cree que pueda controlar al gremio con un poder vertical”.
Elba Esther, agregaron, también “cerró el paso a los charros que tenían el apoyo de la mayoría de los delegados, para imponer a un externo, también utilizó, en muchos casos, la violación del derecho al voto secreto al exigir que cada delegado expresara en voz alta por quién iba a votar, y en otros tuvo que negociar hasta el último minuto para que no le reventaran los congresos, como sucedió en Yucatán, mientras que sigue creciendo el número de secciones en las que se va impugnar la elección, como en Zacatecas”.
En el fondo, insistieron, “sabemos que sólo le interesa el control del SNTE, y ese nunca lo va a soltar, porque además del dinero también genera poder político. Por eso la jugada la tiene clara, si Felipe Calderón le arregló una salida tranquila, sabe que puede hacer uso de los fondos de Pensionissste. Además del negocio que le reportan las aseguradoras privadas que operan en todas las secciones, es decir, por su voluntad no se irá, hay que sacarla, y creemos que ha llegado el momento de darle el último empujón”.