■ Coordinadores partidistas acordaron la medida sin consultarla
Sesiona en hotel de lujo la Asamblea Legislativa
■ Víctor Hugo Círigo “olvidó” comunicarles la decisión a los legisladores de Izquierda Unida
■ Los trabajadores permitieron el paso en Donceles
Ampliar la imagen En la imagen superior, aspecto de algunos de los legisladores perredistas que llegaron al recinto de Donceles, en espera de que comience la sesión. Arriba de estas líneas, otros asambleístas, en el salón de un hotel de lujo donde decidieron trabajar Foto: Víctor Camacho
Ante el temor de que los trabajadores sindicalizados cumplieran sus amenazas, los coordinadores de PRD, PRI, PAN, Panal y coalición Socialdemócrata acordaron, de manera unilateral, habilitar un salón de un hotel de lujo, ubicado en la Alameda –cuyo alquiler costó 30 mil pesos–, como sede alterna y sesionar por primera vez en la historia de la Asamblea Legislativa del DF (ALDF) fuera de sus instalaciones, con apenas 34 de los 66 diputados que integran el pleno.
Para respaldar su decisión, ante cualquier cuestionamiento sobre su legalidad, cada uno de los cinco líderes tenía la obligación de “pedir” (por escrito) la autorización de sus diputados e informarles del cambio de sede.
El coordinador del PRD, Víctor Hugo Círigo, de la corriente Nueva Izquierda, decidió excluir del acuerdo a sus 14 homólogos de Izquierda Unida, a quienes notificó del cambio después de las 11 horas. Vía telefónica, se comunicó con Agustín Guerrero, a quien ofreció disculpas por no haberlo hecho antes. Al resto de los legisladores sólo se les envió un mensaje.
Una hora antes, los trabajadores sindicalizados que se encontraban sobre las escalinatas del recinto de Donceles y Allende comenzaron a formar una valla, mientras la secretaria general del sindicato de la ALDF, Georgina Pacheco, informaba que se dejaría entrar a los diputados, que no sería necesario que sesionaran en otro lugar.
Al mediodía, al declarar abierta la sesión, el priísta Jorge Schiaffino, en su calidad de presidente de la mesa directiva, aseveró: “asumo la responsabilidad del cambio de sede, ya que había amenazas de que en efecto entrábamos al salón, pero después íbamos a tener una fiesta”.
A esa misma hora, en el recinto de Donceles, el grupo de 14 diputados de Izquierda Unidad ocupaba su curul y declararon abierta la sesión. Afuera, en las escalinatas los trabajadores colocaron una enorme manta en la que se daba la bienvenida a los legisladores.
Tras precisar que no tuvieron ningún problema para entrar al recinto, los diputados Agustín Guerrero, Leticia Quezada, Hipólito Bravo, Tomás Pliego, Miguel Sosa, Humberto Morgan, Enrique Vargas, Arturo Santana y Juan Bustos, basados en el artículo 96 del Reglamento para el Gobierno Interior de la ALDF, calificaron de ilegal la sesión celebrada en la sede alterna, ya que una decisión de este tipo debe ser aprobada por el pleno.
En conferencia de prensa los integrantes de la Comisión de Gobierno advirtieron que el ofrecimiento final de incremento salarial al gremio es de 8.5 por ciento y que la decisión de sesionar hasta el 25 de marzo, y no el 18 como estaba previsto, “fue darnos el espacio de la próxima semana para alcanzar algún acuerdo con la organización sindical”.
Sobre los enfrentamientos que se registraron el viernes, Círigo Vásquez reviró al acusar a los trabajadores del sindicato de “irrumpir violentamente” para impedir el acceso o salida del edificio, “cuando asesores del diputado Humberto Morgan pretendieron salir, fueron agredidos físicamente por este tipo de personas, con este antecedente no había que dudar de que había que salvaguardar la integridad de los diputados”.
Por su parte Georgina Pacheco rechazó las acusaciones de los diputados y afirmó que no ha habido ningún intento por reanudar el diálogo.