■ El PRD no es partido, sino un frente de organizaciones: politólogo
Previsible reparto de puestos entre las diez corrientes del sol azteca en Oaxaca
Oaxaca, Oax., 15 de marzo. Confrontado, sin credibilidad y en su etapa más crítica, el PRD elegirá este domingo a sus dirigentes locales. Las elecciones se avizoran como “un reparto” de puestos entre las diez corrientes que existen allí.
Víctor Leonel Juan Martínez, del Instituto de Investigaciones Sociológicas de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, explica que el sol azteca parecía convertirse en la primera fuerza política de la entidad al conseguir, en las elecciones del 2 de julio de 2006, 62 mil 62 votos para su candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador, lo que le llevó a ganar 11 diputaciones federales y una senaduría.
Pero en sólo un año los escenarios cambiaron al grado que en las elecciones del 5 de agosto de 2007 el PRI se llevó el “carro completo” al conquistar las 25 diputaciones locales de mayoría. En el reparto de plurinominales, los 240 mil 763 votos obtenidos por el PRD, en alianza con Convergencia, sólo le permitieron obtener seis. De los 152 municipios que se rigen por elecciones ganó 45.
“¿Cómo es posible que en menos de un año se haya tirado todo a la basura y no hayamos ganado ni una diputación local?, eso no se veía desde 1998. Y no sólo eso, el PRD perdió las ciudades importantes, se conformó con municipios rurales y de muy pequeña población. Eso se explica porque los dirigentes han estado al servicio del PRI-gobierno y no hay un trabajo con la base”, analiza.
El presidente estatal del PRD, José Luis Montero Garnica, acepta que son los grupos quienes controlan el partido. “Al gobierno y los propios grupos les conviene”, señala, pero en vez de enumerar nombres de grupos y dirigentes, prefiere diferenciarlos por la postura que asumen frente al gobierno: “Hay quienes dicen: ‘nada con Ulises Ruiz Ortiz’, porque viene de un fraude y es un represor. En el otro extremo están los que aceptan dialogar con él pero aprovechan para negociar, pactar y venderse”.
En medio pone a quienes, “les guste o no”, aceptan que Ulises Ruiz es el gobernador y se sientan con él para solucionar los problemas de los municipios, pero sin venderse.
El politólogo Víctor Leonel Juan Martínez considera que el PRD no es un partido, sino un frente de organizaciones. “Predominan las corrientes, en el caso de Oaxaca se aprecia todavía más con organizaciones que se han corporativizado dentro del PRD”.
Un ejemplo es la Unión Campesina Democrática (UCD), representada por los hermanos Rey y Amador Jara, este último diputado local que contiende por la dirigencia estatal y lograr así que este grupo mantenga el control “formal” del partido.
A la UCD también perteneció el senador Salomón Jara, quien con Otilia Galindo García y Armando Contreras Castillo formó otro bloque que, igual, comulga con Nueva Izquierda. Otro grupo es el de los reyneles, llamados así por el nombre de su dirigente Raynel Ramírez Mijangos, edil de San Juan Guichicovi, en el Istmo.
La Unión Campesina de Oaxaca, representada por el ex diputado local Lenin López Nelio López, hijo de Daniel López Nelio Santiago, uno de los fundadores de la Coalición Obrera, Campesina, Estudiantil del Istmo, la organización que permitió a la izquierda ganar Juchitán de Zaragoza y mantener su control político hasta 2001.
A este bloque de apoyo se suma también el de Los Cívicos, representado por el ex alcalde de Santa Cruz Xoxocotlán, José Julio Cruz Aquino, y el diputado federal Othón Cuevas; así como Izquierda Democrática Nacional, representado por Roberto López Rosado, aspirante a presidir el PRD local.
Finalmente están el Frente por el Desarrollo y la Democracia, al que pertenece la diputada local Guadalupe Rodríguez, y el Frente Indígena Oaxaqueño Binacional, con Francisco Arbola Alfaro y Aurelio Macea a la cabeza.
“Acuerdo mata estatuto”, coinciden los entrevistados y apuestan a la opción que les permita negociar una cuota local de poder.