Valadés, por el derecho a la eutanasia
La eutanasia es un tema que se inscribe en el contexto de los derechos humanos, el Estado tiene obligación de proveer esas garantías a los enfermos, aseguró Diego Valadés, miembro del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Consideró un gran avance que en el Distrito Federal se haya aprobado a finales del año pasado la Ley de Voluntad Anticipada –que permite a una persona con una enfermedad terminal suspender el tratamiento médico que la mantiene con vida–, y que en el Senado se analice una iniciativa similar para extender ese derecho a todas las entidades del país.
En entrevista, pidió “ir más allá”, es decir, pasar de la eutanasia pasiva a la activa para extender el derecho al buen morir a todos aquellos que padezcan una enfermedad “que merme su dignidad” como el Alzheimer o la paraplejia.
“Lo que se aprobó en el Distrito Federal y se discute en el Congreso de la Unión es la pasiva, es sólo la supresión de un tratamiento que mantiene con vida artificial a un enfermo desahuciado, es lo que se consiguió y es muy bueno. Pero falta la siguiente parte: asistir o auxiliar a una persona que no tiene cura y que desea terminar con su vida sin tener que recurrir a un medio violento (suicidio). Es la eutanasia activa hacia la que hay que avanzar ahora, pero tomemos nuestro tiempo, por lo pronto lo que hay que buscar es que se generalice en el país la pasiva”.
Tortura a enfermos terminales
Al aplicar la eutanasia activa también se buscaría otorgar garantías a quienes padecen una enfermedad, que si bien no es terminal, sí es irreversible. En este sentido, dijo que nuestro país debe seguir a legislaciones “de avanzada”, como en Holanda y Bélgica, en las que se garantiza ese derecho.
Advierte que los sectores conservadores del país se opondrían a esta práctica, aunque aclara que en un Estado democrático el laicismo debe imponerse por encima de cualquier idea. “Aplicar la propuesta de la curia llevaría al país a un retroceso de 150 años, los mismos que tiene de haberse iniciado el periodo de las leyes de Reforma. No digo que el Estado facilite los medios para la eutanasia asistida, pero no encuentro ninguna razón para que le imponga a las personas la decisión de vivir contra su voluntad”.
Coautor junto con Jorge Carpizo de la obra Derechos humanos: aborto y eutanasia, presentada la semana pasada, Valadés señala que al no contar en México con una legislación que garantice la eutanasia activa “el Estado impone cierto tipo de tortura, a quien padece una enfermedad terminal”.