■ La académica Leticia Campos encomia a los empleados electricistas
Luz y Fuerza sería rentable si Hacienda no le robara la riqueza que genera
Con tecnología obsoleta e instalaciones que datan de principios del siglo pasado y “quebrada virtualmente”, porque la Secretaría de Hacienda y Crédito Público la obliga a vender electricidad barata aunque la compra cara, Luz y Fuerza del Centro (LFC) ha logrado abastecer y mantener iluminado el centro del país, gracias a los trabajadores electricistas, aseveró Leticia Campos, académica del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM.
Al invalidar las acusaciones de ineficiencia que dirigentes del sector privado lanzan contra LFC, la investigadora dijo que se debe reconocer al Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) que no exista “una cultura del apagón” en la región donde opera, la más importante del país en densidad poblacional y planta industrial, pese a las limitaciones con que laboran los electricistas.
Basta recordar, dijo, que en enero pasado una tormenta dejó a oscuras gran parte del Distrito Federal, y los electricistas restablecieron en menos de seis horas 90 por ciento del servicio.
Mientras a los trabajadores se les acusa de ineficientes, se olvida que Hacienda actúa “como un ladrón de cuello blanco” al quedarse con todas las ganancias generadas por los electricistas y que harían rentable la empresa si se le permitiera quedarse al menos con una parte para reinvertir en su modernización y crecimiento.
Los trabajadores, enfatizó, ahorran recursos al gobierno y generan ganancias que Hacienda se apropia y sobre las cuales no informa, mientras escatima un aumento salarial a los electricistas, cuyo sueldo promedio oscila entre 100 y 120 pesos diarios.
Precisó que en 1975 comenzó una embestida contra LFC, pues se determinó liquidarla para debilitar al sindicato, luego de que las autoridades abortaron el proyecto de unificarla con la Comisión Federal de Electricidad (CFE), pero del que se desistieron por temor a fortalecer el gremio electricista con la fusión de ambos sindicatos.
Desde entonces la generación eléctrica quedó vedada para LFC por cara, y quedó forzada a comprarla a CFE a los precios fijados por Hacienda, pero que resultan más altos que las tarifas que también impone para la venta a los consumidores finales, refirió.
Consideró que la administración de Felipe Calderón incurrirá en una grave irresponsabilidad al grado de poner vidas en riesgo si orilla al SME a estallar la huelga, por no ofrecer una propuesta satisfactoria a las demandas planteadas por el gremio y llega a aplicar la requisa con personal de la CFE y el Ejército.
Aseguró que el gobierno pondrá en riesgo a las pequeñas y medianas empresas, “las que generan la mayor cifra de empleos en el país”, pues sin luz quedarían paralizadas.
Nadie más que los trabajadores de LFC tienen la experiencia sobre la operación apropiada de las instalaciones eléctricas de la ciudad y el centro de México, ya que por su antigüedad son muy distintas a las de la CFE.
Enfatizó que no debe olvidarse que en la anterior huelga del SME fallecieron personas justamente porque en 1987 el Ejército aplicó la requisa.
La lucha actual contra el SME, consideró, puede ser la primera en la embestida del gobierno federal contra los sindicatos para tratar de imponer “una política salvaje de libre albedrío de los mercados, donde no entran los trabajadores”, pero por lo mismo significará el enfrentamiento de dos modelos económicos.