Usted está aquí: sábado 8 de marzo de 2008 Cultura Museo holandés monta exposición para recordar cuando muchos fumaban en espacios cerrados

Adiós tabaco reúne centenares de fotos y utensilios relacionados con ese hábito

Museo holandés monta exposición para recordar cuando muchos fumaban en espacios cerrados

Dpa

Sittard, Holanda, 7 de marzo. Mientras en la mayoría de los países de la Unión Europea ya casi no se puede fumar en los espacios cerrados, el museo Het Domein, de la ciudad holandesa de Sittard, montó una exposición en la que recuerda aquellos tiempos no tan lejanos en los que casi todos fumaban.

Para la muestra Tabee Tabak (Adiós tabaco) se reunieron cientos de fotos, paquetes de cigarrillos, pipas y utensilios para fumar que se podrán ver a partir de este sábado y hasta el 29 de junio.

Lo sorprendente es que fumar era muy popular hasta entrado el siglo XX, inclusive en la Iglesia católica. “Para cualquier monaguillo había preparado un cigarrillo en la sacristía después de misa, como recompensa”, explicó la curadora Kitty Jansen-Rompen.

“Y después de la primera comunión se tomaba tradicionalmente la primera cervecita y se fumaba el primer cigarrillo”, contó. De todas formas, en ese entonces los niños que tomaban la comunión tenían 12 años y no nueve.

En los monasterios, fumar solía ser el único lujo, y también en los seminarios se fumaba mucho. Ver al pastor con un cigarrillo en la mano era muy común en la católica Sittard, al igual que en la vecina zona del Rhin alemán. “Un buen cigarrillo era un símbolo de estatus”, explicó Jansen-Rompen.

Pipas de peregrinos

El museo también muestra una selección de pipas de peregrinos, con imágenes de la Virgen María, que eran llevadas en los peregrinajes, por ejemplo a la ciudad alemana de Kevelaer.

Los concursos de fumadores en los que se trataba de dejar humear la pipa el mayor tiempo posible eran considerados un asunto serio.

La zona de los alrededores de Maastricht ya era hace 400 años un centro de producción de pipas. Uno de los pocos lugares en los que no se podía fumar eran –por riesgo de explosión– las minas en el sur de Holanda. Allí se masticaba tabaco.

El hecho de que los labios y la boca se oscurecieran les daba lo mismo a los mineros, ya que, de todas formas, quedaban negros por el polvo de la mina.

 
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