■ Pese a ser un problema mundial, la sociedad no presta atención, lamenta Brian Mishara
Hay más suicidios en el mundo que muertes por guerras o terrorismo, asegura experto
■ Las tasas han descendido en países donde se ha invertido en la prevención, afirmó
Montevideo, 7 de marzo. Hay más suicidios en el mundo que muertes por guerras, ataques terroristas y homicidios, declaró Brian Mishara, titular de la Asociación Internacional por la Prevención del Suicidio (IASP, por siglas en inglés), quien se encuentra en Montevideo para programar un congreso.
“El suicidio es realmente un gran problema mundial, si uno piensa que mueren más personas por autoeliminación al año que por guerras, ataques terroristas y homicidios”, afirmó Mishara en entrevista.
Doctor en sicología, profesor de la Universidad de Quebec, Montreal, y director del Centro de Investigación e Intervención en Suicidio y Eutanasia, Mishara dijo que se producen más de un millón de suicidios al año en el mundo, y que “la mayoría de las sociedades no le presta demasiada atención”, lo que es “particularmente trágico, porque se puede prevenir”.
Factores de incidencia
“El suicidio es un acto desesperado de alguien que está experimentando tanto dolor en su vida que quiere ponerle fin”, explicó en tono suave y pausado.
Mishara dijo que no hay una incidencia genética, aunque algunos desórdenes mentales de origen genético aumentan los riesgos suicidas, así como “tener carácter impulsivo.
“De hecho, la mayoría de los suicidas que reciben ayuda no se quitan la vida”, dijo el presidente de la IASP, organismo no gubernamental que mantiene una relación oficial con la Organización Mundial de la Salud y que proporciona asistencia y comparte información con asociaciones, investigadores, profesionales y clínicas, así como también brinda apoyo para programas de prevención de suicidio.
“La gente no se mata porque quiera morir, sino porque no ve ninguna esperanza de sentirse mejor en el futuro”, por lo que es importante “mostrarles que siempre hay esperanza, que las cosas pueden cambiar”, señaló.
Asimismo, Mishara dijo que “la mitad de la gente que comete suicidio lo hace bajo la influencia del alcohol o las drogas”.
Acerca de la eventual incidencia de factores climáticos, señaló que la gente no se mata porque haga frío o esté oscuro”, aunque “empeora la situación de los que ya están deprimidos.
Señaló que los hombres se suicidan más que las mujeres –salvo excepciones, como en China– debido a que “los hombres son menos propensos a buscar ayuda para sus dificultades personales.
“El suicidio existe desde que se tiene registro de la historia humana y ocurre entre la gente más pobre y la gente más rica”, dijo Mishara, al descartar una incidencia de la insatisfacción por no acceder a bienes de consumo.
Dijo que las estadísticas no son siempre confiables, debido a que muchas veces los suicidios se registran como muertes violentas o accidentes.
No obstante, “las tasas han descendido en muchos países donde en los cinco o 10 años recientes invirtieron en prevención del suicidio”, como en Estados Unidos.
En tanto, las mayores cifras se registran en los países de la ex Unión Soviética, donde “el alcohol juega un papel muy importante”, explicó Mishara, y recordó que “cuando los precios del vodka subieron en forma sustancial, las tasas de suicidio bajaron”.
Otro factor es que “estos países han atravesado profundos cambios, y si bien muchos se beneficiaron, también mucha gente siente que quedó rezagada”, añadió.
Cuando “ocurren grandes cambios, las tasas de suicidios suben”.
En el suicidio también tienen que ver “los factores culturales”, como en Japón, donde perder el trabajo o no ingresar a la universidad puede ser considerado una deshonra, por lo que la persona afectada opta por quitarse la vida.
Justamente, el 25 Congreso Mundial de Prevención del Suicidio, que tendrá lugar en Montevideo en octubre de 2009, abordará el suicidio cultural, así como las recientes investigaciones y mejores prácticas de prevención.