■ La decisión, porque Quito y Bogotá lograron acuerdos: Ortega
Reanudan Nicaragua y Colombia nexos diplomáticos tras breve ruptura
Santo Domingo, 7 de marzo. Nicaragua dio marcha atrás en su decisión de romper relaciones diplomáticas con Colombia, una vez que los presidentes de ese país, Ecuador y Venezuela dieron por zanjado el conflicto, anunció el presidente nicaragüense, Daniel Ortega, en medio de aplausos en la Cumbre de Río.
“Los acuerdos logrados permiten que Nicaragua dé marcha atrás en su ruptura de relaciones con Colombia”, expresó Ortega, quien la víspera había adoptado la medida en solidaridad con Ecuador, luego del ataque militar colombiano en territorio ecuatoriano para aniquilar al líder rebelde Raúl Reyes, el sábado anterior.
La decisión del mandatario centroamericano estuvo motivada por las garantías que ofreció su homólogo colombiano, Álvaro Uribe, en el foro regional, de respetar el derecho internacional en el proceso contencioso territorial que mantiene con Nicaragua en el Caribe por la soberanía de las islas San Andrés.
Ese diferendo marítimo había sido otro de los alegatos de Ortega para romper lazos con Colombia, con el argumento de que “si están haciendo eso con Ecuador qué no pueden hacer con nosotros”, tras una serie de denuncias de que la Armada colombiana incursiona en el escenario de la disputa limítrofe y ahuyenta a pescadores.
Recientemente, la Corte Internacional de Justicia de La Haya ratificó la soberanía colombiana sobre el archipiélago caribeño, pero se declaró competente para analizar los límites de los dos países en la zona marítima, a lo que Bogotá se ha venido negando, de acuerdo con un tratado de 1928 y un protocolo de 1930.
Ortega, quien horas antes había reclamado a la cumbre una condena ante la incursión colombiana en Ecuador, recibió como respuesta de Uribe el compromiso de que sea el Grupo de Río el que adopte medidas en principio para evitar conflictos entre ambos países en el diferendo marítimo.
El nicaragüense también planteó, en aras de la paz y la reconciliación de pueblos hermanos, la formación de un grupo de países para buscar “un acuerdo humanitario pleno y total” sobre la crisis de los rehenes y, en una segunda fase, tratar de poner fin al conflicto armado colombiano mediante la negociación, como ocurrió con las guerras de Centroamérica.