Usted está aquí: domingo 2 de marzo de 2008 Opinión El Correo Ilustrado

El Correo Ilustrado

Lamenta asesinato del insurgente Raúl Reyes

Cuando me encontré con la noticia de la muerte de Raúl Reyes, integrante de las FARC-EP y segundo al mando, después de Marulanda, no me vino a la mente otra cosa que no fuese ¿y los secuestrados?, ¿qué va a suceder con ellos ahora?

Definitivamente es una demostración más de los intereses de Uribe y su gobierno, el propósito bélico, de exterminio de lo que él considera un “cáncer” en Colombia. Dejando totalmente a un lado el sentido humanitario en búsqueda de la restitución de los derechos humanos que, por una acción totalmente errada, les han sido restringidos a todos aquellos que hasta el día de hoy permanecen en condición de rehenes de los guerrilleros, habiendo sido secuestrados hace varios años, dejando de lado el logro de Piedad Córdoba y Hugo Chávez y tratando de evitar que los reflectores internacionales se fueran hacia ellos, para hacerlos cada vez más grandes, y hacerse a sí mismo cada vez más débil.

¿Es que para Uribe y el gobierno colombiano los derechos humanos, la dicha de ver cómo se reúnen familias que quedaron rotas al ser secuestrado uno (o varios) de sus miembros, la búsqueda de un camino de paz, no son importantes? ¿Tiene que prevalecer el orgullo de “acabar” con las FARC-EP y sentir que logró su objetivo de vida sin importar cuántos inocentes tuvieron que sufrir las consecuencias para alcanzar este cometido?

Con razón, Uribe no respondió a la propuesta de crear un grupo de países amigos de Colombia en pro de un posible desenlace pacífico de este hecho bélico (niéguelo quien lo niegue, o intente negarlo) que lleva ya décadas sin ver luz en beneficio de la nación colombiana y sus habitantes. Una vez más la fuerza bruta se hace imponer frente al raciocinio y el diálogo entre partes.

Señores, lo que está en juego es la vida de seres humanos, no estamos hablando en este caso de la droga con la que se vincula a la guerrilla. En esta situación no se necesitan militares ni gente armada, se necesitan humanistas, mediadores, personas prestas al diálogo, como Hugo Chávez y Piedad Córdoba, que siguen ahí con algunas piedras en el camino, pero ahí están y son una esperanza para Colombia ante el antihumanismo de Uribe.

Dios quiera que llegue la paz a Colombia algún día. Pero como que Uribe ha logrado tirar por el piso cualquier voluntad celestial o terrenal de paz en el territorio.

Camila Rodríguez Zornoza


Aclaración de David Shields

Leo con tristeza, en El Correo Ilustrado del sábado 1º de marzo, la decisión de la Fundación Heberto Castillo Martínez, AC, de ya no participar más como testigo social en licitaciones públicas del gobierno federal.

En efecto, representé a la fundación como testigo social en la licitación pública en la que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) otorgó un contrato de compra de gas natural licuado a la compañía Repsol y reitero aquí mi convicción de que fue un proceso transparente y equitativo, en el que se convocó a compañías de todo el mundo, tal y como lo manifesté en mi testimonio, que se puede consultar en el sitio de Internet de la CFE. Finalmente, sólo la compañía Repsol tuvo las reservas de gas disponibles para entregar una oferta. A lo que aparece en mi testimonio, sólo agregaría que si el monto total del contrato otorgado a Repsol escandaliza a algunos y atrae la atención política, en términos anualizados se trata de una cantidad inferior a los montos anuales de varios contratos de compra y venta de energéticos –por ejemplo, en la venta de crudo y la importación de gasolinas– que negocia Petróleos Mexicanos. Además, el suministro seguro de gas a la CFE en un contrato de largo plazo ayudará a resolver los difíciles retos de producción y abasto de energéticos –pocas veces comprendidos– que vive hoy día el Pacífico mexicano.

No seré yo quien defienda a Felipe Calderón en sus esfuerzos para abrir la industria petrolera al capital privado, si esto implica el debilitamiento de Petróleos Mexicanos como empresa estatal o un daño a los intereses de México, pero quienes participamos en licitaciones públicas legalmente convocadas –funcionarios, licitantes, testigos sociales y otros– merecemos respeto en las notas periodísticas y en la vida pública, sobre todo cuando el objetivo de nuestro trabajo no es otro que promover el desarrollo del país. Finalmente, deseo expresar mi afecto y admiración por la profesora María Teresa Juárez Carranza, presidenta de la Fundación Heberto Castillo Martínez, AC, y por toda su familia, y agradecerles su amistad. Honremos los principios y la obra de don Heberto Castillo, y ojalá encontremos en ellos la sabiduría y la reconciliación que serán necesarias para alcanzar los grandes objetivos nacionales, como lo es la mejora de la industria energética.

Atentamente.

David Shields Campbell


Responden los reporteros

Agradecemos al señor Shields confirmar la información publicada por este diario en su edición del viernes. Por lo demás, no le faltamos al respeto, únicamente se detalló el aval que él le dio a una operación que sí es escandalosa, aunque a él no le parezca, porque compromete, como ya se ha dicho, un presupuesto por 15 años de la CFE con una compañía trasnacional española, y que como ha señalado la Fundación Heberto Castillo, hizo valoraciones personales contrarias a la representación que llevaba, con lo que puso en duda la honorabilidad de esa respetable institución. Además, el señor Shields afirma que la española Repsol cuenta con reservas de gas licuado para abastecer a CFE, lo cual es falso, no tiene gas, y el que traerá a México será llevado a Manzanillo desde Perú, a un puerto que se le construirá expresamente y que no tendrá ningún costo para esa empresa.

Enrique Méndez y Ciro Pérez


Comenta carta a AMLO

La carta dirigida a AMLO por Enrique Calderón Alzati presenta por lo menos inconsistencias y sentencias que son dogmáticas. En efecto:

Inconsistencias. Le pide el epistolante a AMLO que se retire de la política, en una redición inexplicable, por lo desafortunada, del trágico proceso de desafuero. Eso entre mexicanos, y entre intelectuales de izquierda es inconsistente por ser anticonstitucional. Independientemente de la historia, lo recientemente ocurrido e interpretado por la óptica de Calderón Alzati, que no comparto, la democracia exige que todos participemos en ella, independientemente de los métodos lingüísticos o no, empleados en la lucha política. Lo último es forma, que no fondo, en la misma. Se pide a AMLO un lenguaje correcto, pero se diluye ese concepto cuando en la facción contraria, sin miramientos se pretende entregar las riquezas de la patria. Inconsistencia es igualmente el sostener ante unos resultados electorales tan dudosos, que las reverberaciones y resonancias aún, como ondas de choque, las experimenta el pueblo de México, cuya fuente se multiplica, en el IFE, en Los Pinos, en las secretarías, etcétera, y exigirle al ente principalmente afectado que se retire de la lucha política. Aunque lo sienta Calderón Alzati, es equivalente pedirle a Cuauhtémoc Cárdenas que se retire por lo experimentado en 1988.

Proposiciones dogmáticas. No se trata en estos momentos de la política mexicana, de la elección presidencial de 2012. De electricidad, de petróleo, del gas se trata. Los tiempos no se mezclan ni son simultáneos, se sincronizan como lo exige Einstein. Si la tesis de Cuauhtémoc Cárdenas ha sido ambigua, desde su conferencia reciente en la ESIME de Zacatenco, respecto de la participación del capital privado en el sector energético, la tesis manejada por AMLO es clara y distinta, como lo exigiría Descartes, aunque su expresión, en él mismo o en sus seguidores, moleste a Calderón Alzati. El 2012 está todavía lejano. Por lo demás, es ingenuo conceptual e históricamente pretender una izquierda unitaria. Siendo de izquierda, no comprendo, y así lo he hecho saber a muchos compañeros de izquierda, que siempre estemos divididos; son las aristas de la ideología, y no ésta misma, las fuentes de nuestra desunión. En ello, la derecha nos lleva la delantera. Por lo demás, mis respetos y admiración a Enrique Calderón Alzati.

Rubén Mares Gallardo, ESFM-IPN

 
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