Abuso de un Estado contra la humanidad
“Tanto el Holocausto nazi, como los gulags soviéticos, son tragedias bíblicas”, afirmó hace unos días el novelista británico Martin Amis (Oxford, 1949) al presentar en Barcelona su libro más reciente, en el cual describe un triángulo amoroso entre una joven judía y dos hermanos en un campo de concentración siberiano.
La narración es, ante todo, un llamado de atención para quienes no saben que en esas prisiones soviéticas murieron más de 30 millones de personas. El autor reconoce que es “sorprendente” que hoy se conozca tan poco del Gulag y no se le dé la importancia que tiene, “por eso escribo, como respuesta a una presión interior”, añade.
Sin concesiones, con firmeza, Amis describe desde la primera frase el horror vivido en una Unión Soviética dominada por el autoritarismo: “Mi hermano pequeño vino al campo en 1948 (cuando yo ya estaba allí), en el apogeo de la guerra entre las bestias y las putas...”
Si bien se aborda una historia de amor entre dos hermanos (por un lado, Lev, un frágil poeta y pacifista, por el otro, el narrador sin nombre, un férreo veterano de guerra) y la joven Zoya, siempre aparece una forma de hacer política que el escritor califica como “uno de los mayores abusos perpetrado por un Estado en contra de la humanidad”.
En España, Amis denunció que hoy día existe una “gran empatía” por parte de algunos intelectuales por aquel experimento soviético, lo cual le molesta, pues solo tratan de buscar alguna idea válida “y no se enfrentan al hecho de los terribles crímenes que se cometieron durante ese régimen”.
La anécdota de La casa de los encuentros sucede entre el fin de la Segunda Guerra Mundial y la muerte de Stalin. Es la reconstrucción, dicen los críticos, “de una Rusia que se desliza hacia la nada”.
Título: La casa de los encuentros
Autor: Martin Amis
Editorial: Anagrama
Número de páginas: 264
Precio de lista: 380 pesos
Textos: Mónica Mateos-Vega