■ Vence en 2011 la moratoria para comenzar la explotación del hoyo de dona: Jorge Palacios
Insta experto a legisladores a redefinir pacto con EU sobre crudo transfronterizo
Ampliar la imagen El embajador Jorge Palacios Treviño Foto: La Jornada
Al margen del debate sobre la participación de inversión privada en Petróleos Mexicanos (Pemex), los legisladores deben definir las características del nuevo acuerdo con Estados Unidos para explotar los yacimientos transfronterizos, antes del vencimiento del plazo de la moratoria por 10 años en 2011 para la extracción de crudo en el Polígono Occidental, mejor conocido como hoyo de dona, en el Golfo de México, urgió Jorge Palacios Treviño, diplomático de carrera.
Como parte del equipo mexicano que durante dos años negoció el tratado sobre la frontera submarina entre México y Estados Unidos, firmado el 9 de junio de 2000, Palacios Treviño informó que si Pemex aún no está en condiciones de iniciar la explotación en los yacimientos compartidos, el gobierno mexicano puede solicitar una prórroga de común acuerdo . “Esta posibilidad está establecida en el tratado y también en un canje de notas diplomáticas que integran el acuerdo”, aseguró el también ex embajador de México en Egipto, Sudán, Argelia, Túnez, la República Árabe Saharaui e Indonesia.
En entrevista con La Jornada, el también ex director general de Organismos Internacionales, del Servicio Exterior Mexicano y de Tratados Internacionales, advirtió que se debe llegar a un convenio entre ambas naciones antes de que Estados Unidos comience de manera unilateral afectando los intereses de México, la explotación del hoyo de dona, en su zona limítrofe, en enero de 2011.
Jorge Palacios, egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México y actualmente profesor investigador del departamento de estudios internacionales de la Universidad Iberoamericana, señaló que los negociadores del tratado no pudieron acordar sobre el método de explotación de los yacimientos transfronterizos, por lo que es necesario que los actuales legisladores logren un acuerdo equitativo y justo.
“Petróleos Mexicanos se debe preparar técnicamente para poder explotar los yacimientos compartidos, pero no se trata, por supuesto, de ninguna forma decir: ‘dame tanto y llévate el petróleo’, porque eso sería volver a los tiempos de don Porfirio (Díaz)”.
Ambos países acordaron en Washington que durante 10 años, a partir de la entrada en vigor del tratado, el 17 de enero de 2001, no autorizarían ni permitirían la perforación o la explotación petrolera o de gas natural en la plataforma continental dentro de 1.4 millas náuticas (2.6 kilómetros) de la frontera establecida por dicho tratado, es decir, se determinó una moratoria en una franja de poco más de cinco kilómetros, comprendiendo ambos lados de la línea fronteriza.
Se convino también que las dos naciones compartirían la información geológica y geofísica con que contaran a fin de determinar la posible existencia y ubicación de yacimientos transfronterizos y notificarían a su contraparte en caso de tener conocimiento de ellos. Se acordó que a medida que se fuera generando la información geológica y geofísica las partes se reunirían periódicamente con el fin de identificar, localizar y determinar las características de dichos yacimientos.
Por último se acordó que las partes buscarían llegar a un acuerdo para la explotación eficiente y equitativa de estos reservorios de hidrocarburos localizados en esta área de unos 17 mil kilómetros, localizados en la región occidental del Golfo de México.
Así, con excepción del tramo de 129 millas náuticas de largo, que se protegió con el tratado de 2000, Estados Unidos puede licitar zonas limítrofes a lo largo de la frontera marítima con México y extraer, con lo que se ha llamado popularmente la “técnica del popote”, los recursos que se localicen del lado mexicano de los yacimientos transfronterizos.
El autor del libro La defensa del petróleo mexicano al trazarse la frontera submarina con Estados Unidos, que aborda este tema, reveló que también hay otra zona, en el Golfo de México, de unos 20 mil kilómetros cuadrados, conocido como el Polígono Oriental, cuya plataforma continental no se ha delimitado ni con Estados Unidos ni con Cuba.
Palacios Treviño consideró conveniente también que se adoptara con los demás países vecinos como la misma Cuba, Guatemala, Belice y Honduras, un régimen de cooperación para la explotación de los posibles yacimientos transfronterizos, ya sean marítimos o terrestres, pues algunos de estos países han otorgado autorizaciones a empresas extranjeras para explorar y explotar espacios colindantes con los mexicanos.