Fracasa intento de regular la producción de biocombustibles
Brasilia, 20 de febrero. Mientras el precio del petróleo cotizaba este miércoles por segundo día consecutivo arriba de 100 dólares por barril, un panel de legisladores de 13 países, entre ellos México, fracasó en un intento por lanzar una iniciativa de regulación y producción en masa de biocombustibles. En el foro también quedó claro que pasará un buen tiempo antes de que los combustibles fósiles puedan ser sustituidos por fuentes renovables de energía, como el etanol.
“Por lo menos hasta 2030 el petróleo, gas y carbón seguirán siendo la mayor fuente de energía del mundo”, dijo Sergio Gabrielli, presidente de Petroleos Brasileiros (Petrobras). La demanda de energía derivada del petróleo, dijo, seguirá determinada por el transporte de personas y carga.
Este miércoles comenzó aquí la reunión que congrega a legisladores de 13 países. Los del Grupo de los 8 (G-8) más desarrollados, más las cinco mayores economías emergentes: China, India, México, Brasil y Sudáfrica. Dos son los principales objetivos del encuentro. Uno es concluir un acuerdo sobre mecanismos financieros para combatir el cambio climático, y otro lograr un consenso sobre la producción de biocombustibles que derive en el diseño de iniciativas legales en los países que participan en el foro. Ambos planteamientos tendrán que ser expuestos en julio próximo durante la reunión cumbre de los líderes del G-8 en Hokkaido, Japón.
Desacuerdos
El tema de los biocombustibles provocó el más abierto desacuerdo en el foro. Marcos Jank, representante de los empresarios productores de caña de azúcar de Brasil, aseguró que no hay ninguna contradicción entre aumentar la oferta de caña o granos para producción de combustibles, posición en la que fue secundado por el presidente de Petrobras. En Brasil, dos terceras partes del consumo de combustible para transporte es producido con base en caña o semillas. En una ciudad como Sao Paulo, con 11 millones de habitantes, se vende ya más etanol que gasolina, dijo Gabrielli.
El documento planteado al foro de legisladores fue cuestionado, primero, por la delegación China, que dijo que no debía ser discutido por haber sido presentado poco antes de la reunión, sin que hubiera tiempo de discutirlo. La delegación de parlamentarios alemanes se opuso a que el documento fuera votado, con el argumento de que no incluía los puntos de vista de grupos ambientalistas que critican la destrucción de bosques para ampliar las superficies cultivables para producir biocombustibles.