Ojarasca 130  febrero 2008

Tabasco-4
Inhalando y patinando, Villahermosa 2007

 

San Pedro Yosotatu, Oaxaca

Siguen los asesinatos y las desapariciones

Francisco López Bárcenas

 

El 24 de diciembre del 2007, como a las 21:45 horas, en la comunidad de San Pedro Yosotatu, Tlaxiaco, Oaxaca, fue asesinado el campesino Plácido Abraham López Castro de varios disparos de pistola y escopeta que le destrozaron la garganta y le arrebataron la vida. Su muerte conmocionó a la región porque encarnaba la lucha contra el despojo, pero no es la única. Antes que él otros de sus compañeros perdieron la vida. Algunos más han desaparecido sin que después de años se conozca su paradero. Unos más se encuentran privados de su libertad. Los más corren el peligro de seguir su suerte. Varias familias han abandonado la comunidad y entre quienes resisten se encuentran madres y viudas que lloran a sus hijos o esposos asesinados o desaparecidos, niños que quedaron en el desamparo o que incluso no conocieron a sus padres o ni siquiera llevan su apellido porque no hubo tiempo de registrarlos.
La historia de estas muertes es larga, pero se agudizó en los últimos años. Se remonta a 1931 cuando a San Pedro Yosotatu se le titularon tierras ejidales. Al entregárselas no se deslindaron correctamente y 18 hectáreas quedaron con sus vecinos de Zimatlán de Lázaro Cárdenas, que forman parte del ejido de San Sebastián Nopalera. Por muchos años esta irregularidad no fue motivo de pleito porque acordaron que Zimatlán las ocupara siempre que reconociera que eran de San Pedro Yosotatu. En 1993, después de las reformas salinistas, la Procuraduría Agraria malaconsejó a San Pedro Yosotatu para que reclamara sus tierras y en 1995, asesorado por esa institución, demandó a los ocupantes para que se las entregaran. En 1997 ganó el juicio y con él un pleito. El tribunal se negó a ejecutar su resolución y para evitar que lo hiciera, al año siguiente Zimatlán y San Sebastián Nopalera invadieron más tierras. En 2002 los de Yosotatu volvieron a demandar a los invasores en un juicio que en 2005 se resolvió de la peor manera, con la intervención de la Secretaría de la Reforma Agraria (sra) y su programa de desactivación de focos rojos.
Antes que la sra, el gobierno de Oaxaca inició una serie de pláticas entre los contendientes. Más que resolver el conflicto buscaba controlarlo, mientras en la región crecía la tensión. Eso obligó a San Pedro Yosotatu a buscar otras salidas políticas, entre las que incluyó la denuncia pública de la indolencia gubernamental ante el problema, la visita de la Federación Internacional de Derechos Humanos y la del Relator de Naciones Unidas sobre Pueblos Indígenas. En noviembre de 2002, un pequeño grupo de ejidatarios intentó recuperar por la fuerza las tierras invadidas y lo que lograron fue que los invasores ocuparan casi todas las tierras. El 24 de noviembre de 2003, hubo un enfrentamiento entre ejidatarios de San Sebastián Nopalera y de San Pedro Yosotatu, con saldo de un muerto del primero y la desaparición de los hermanos Fabián López Díaz y Omar López Díaz igual que Raymundo Jiménez Hernández, del segundo. Plácido Abraham López Castro también fue capturado pero logró escapar arrojándose al vació, salvando su vida gracias a que su cuerpo se atoró entre unas lianas y amortiguó el golpe.
Ese hecho llevó a la sra a intervenir con su programa de focos rojos. El 18 de mayo de 2004 iniciaron pláticas que no avanzaron porque la institución se limitó a sentar a las partes sin ninguna propuesta, más que la promesa que aquéllos que cedieran serían indemnizados. Las partes tenían verdaderas intenciones de llegar a un buen arreglo y abrieron otro proceso de negociación, más ajustado a sus intereses y sus tiempos. Casi lo logran y lo hubieran hecho si no fuera porque la sra volvió a intervenir y convenció a unos ejidatarios de Yosotatu que no había más salida que vender sus tierras a los invasores. Estos aceptaron y como la mayoría se opusiera, con el apoyo de la sra formaron una representación agraria espuria, con la cual firmaron un Acuerdo de Cesión de las tierras.
La mayoría de ejidatarios de San Pedro Yosotatu impugnó el acuerdo y logró que el tribunal agrario lo declarara nulo. Pero con una rapidez digna de otras causas la sra enmendó sus errores en otro convenio firmado el 31 de marzo y el 28 de junio del 2006 lo presentó ante el tribunal unitario agrario, quien sospechosamente lo validó, despojando a San Pedro Yosotatu de sus tierras. En el papel, porque hasta la fecha el convenio no se ha ejecutado por la violencia en que vive la región desde entonces. El convenio exacerbó los ánimos y desató la violencia.

En 2002 los de Yosotatu volvieron a demandar a los invasores en un juicio que en 2005 se resolvió de la peor manera, con la intervención de la Reforma Agraria y su programa de desactivación de focos rojos.

El 25 de junio de 2006 fue asesinado Calixto López Ortiz, presidente del Comisariado espurio. Sus cómplices dijeron que fue ése el motivo de su muerte pero en el pueblo se supo que después de una borrachera agredió al anciano Juan Castro Santiago y sus hijos lo defendieron. De hecho, el agresor se encuentra actualmente en la cárcel sujeto a juicio. El 16 de octubre fue golpeado salvajemente en Tlaxiaco Pánfilo Ramírez Santiago, presidente del Comisariado de Bienes Comunales, por un grupo de personas del grupo que vendió el ejido. El 9 de noviembre fue asesinado Inocente Lucio Castro Bautista, otro opositor a la venta de las tierras.
El 26 de enero de 2007 fue asesinado en su propio domicilio Efrén Castro Santiago, también opositor a la venta de las tierras, por un joven de Santa María Ocotlán, quien tras escapar se mató dejando una nota donde confesaba que lo había contratado gente del grupo que vendió las tierras. En enero y marzo ese grupo presentó varias denuncias ante el Agente del Público de Tlaxiaco fabricando una serie de delitos, a cerca 48 personas de San Pedro Yosotatu que tienen orden de aprehensión en su contra, entre ellas cuatro mujeres. El 25 de marzo la policía detuvo a Braulio Castro García y Clemente Cruz López acusados falsamente de violación. Ese mismo día los acusadores detuvieron en Putla a Jesús Clemente Cruz López y lo entregaron a la policía judicial, que lo remitió a la cárcel de Tlaxiaco. Los tres detenidos eran opositores al despojo de sus tierras y el año de la venta, el primero era agente municipal, cargo desde el cual defendió los derechos de su comunidad. Dos meses después salieron libres al demostrarse que el delito que se les imputaba no existía.
Eso no paró las agresiones. El 16 de abril fue asesinado Pedro Erasto Espinoza López y el 6 de julio fueron detenidos Homero Castro López y Constantino Castro López. La policía se introdujo por la fuerza a la casa de Josefina López León y le disparó por la espalda a Reynaldo Castro López. Al finalizar el año, fue asesinado Plácido Abraham López Castro, con lo cual culminó un ciclo de agresiones contra un ejido que lo único que ha hecho es defender sus tierras. En medio de toda esta violencia, sorprende que cada que pueden afirmen estar dispuestos a encontrar una solución negociada al conflicto. Ojalá y alguien los escuche, sobretodo los de San Sebastián Nopalera y Zimatlán de Lázaro Cárdenas. Podría ser el inicio de un retorno a la normalidad en la región.




 
 


FOTO: ALBERTO PUENTE
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