A sus aguas podrían llegar metales pesados y animales en descomposición, alertan
Contaminación y caza furtiva amenazan el santuario de aves migratorias de Zumpango
Siguen detenidas las obras de saneamiento del valle de México, anunciadas en año pasado
Ampliar la imagen Polución, cazadores y la falta de plantas de tratamiento ponen en riesgo el santuario de la laguna de Zumpango, adonde llegaron más de 50 mil aves Foto: Mario Antonio Núñez López
Zumpango, Méx., 10 de febrero. El santuario Laguna de Zumpango, que entre septiembre pasado y febrero de este año recibió por lo menos 50 mil 200 aves migratorias, está en peligro debido a la presencia de cazadores furtivos y a la amenaza de que al vertedero lleguen aguas negras provenientes del Emisor Poniente, las cuales contienen metales pesados y arrastran al menos 800 toneladas de desechos, incluidos animales muertos.
Moisés Bolaños Hernández, secretario de la Sociedad Ecológica de la región de los lagos del valle de México, advirtió del riesgo que representa la falta de vigilancia y el descuido en el manejo de las compuertas del Emisor Poniente, pues si éste recibe una derrama incontenible de residuos “acabaría con todo tipo de vida en el cuerpo de agua, que es un remanente del antiguo lago de Zumpango.
“Estamos en alerta constante”, dijo Bolaños Hernández y explicó que especialistas de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), así como pescadores de la región e integrantes de la Sociedad Ecológica monitorean la calidad del agua y que los derrames del Emisor Poniente no ingresen a la laguna.
A un lado de la compuerta de acceso a la laguna de Zumpango están las aguas del Emisor Poniente. En medio de miles de botellas de plástico, una gruesa nata de lodos negros y aceitosos y olores nauseabundos, se observa a un cerdo y un perro putrefactos. Si el nivel del agua sube, estos desechos contaminarían la reserva natural, que cada año recibe miles de aves exóticas.
Observadores de organizaciones internacionales reportaron que entre septiembre pasado y febrero de este año arribaron al lagunar más de 50 mil aves silvestres provenientes de Estados Unidos y Canadá, que ya han comenzado a a emigrar, pero aún se observan pelícanos, patos canadienses y garzas.
El especialista explicó que el peligro de contaminación es real, pues en ocasiones al personal de la Comisión Nacional de Agua (Conagua) “se le olvida” regular la compuerta de Santo Tomás y el lago se ha contaminado. Esto ha provocado que habitantes y pescadores de pueblos ribereños de Teoloyucan y Zumpango estén atentos al manejo de los residuos.
Por el Emisor Poniente se drenan aguas negras provenientes del Distrito Federal y de municipios conurbados. A la altura de Teoloyucan las descargas llegan al río Nochistongo. En esta confluencia nace el canal de Santo Tomás, que se conecta con el lago de Zumpango.
Desde hace más de diez años los gobiernos federal y estatal han prometido sanear aguas de la región e instalar una planta tratadora de aguas residuales para erradicar la amenaza de que empeore la contaminación del lago de 2 mil hectáreas, que almacena 60 millones de metros cúbicos de aguas grises.
El año pasado, como parte del Programa de Sustentabilidad Hídrica, la Federación anunció la liberación de 16 mil 680 millones de pesos para el Programa de Saneamiento del Valle de México, que incluye la instalación de seis plantas tratadoras de aguas residuales, entre ellas la de la laguna se Zumpango.
De acuerdo con el proyecto, las obras se iniciarían en 2008 y concluirían en 2012. Como se pudo observar en un recorrido, no se han iniciado los trabajos en esta región, donde se tiene prevista una inversión de 503 millones de pesos.
Un pelícano hace vuelos rasantes sobre el espejo del lago, extiende las alas y se posa en las aguas, que “aún son sanas para la vida; 8 por ciento son residuos y el 98 restantes escurrimientos y acumulaciones de aguas pluviales”, apuntó Moisés Bolaños, secretario de la Sociedad Ecológica de la Región.
Los habitantes aseguraron que la matanza de algunas aves, principalmente de patos, es algo cotidiano. Cazadores furtivos visitan los islotes cada mañana. “Aquí nadie cuida nada”, dice Agripino Montes, lugareño. Los cazadores, dijo, se llevan hasta los patos que amanecen muertos a la orilla de la laguna.