La candidatura demócrata podría definirse a finales de agosto, calculan expertos

Amenaza Obama a dinastías Bush y Clinton

El repunte del afroamericano se ha incrementado tanto que algunos pronostican que ganará

La ventaja de la senadora se ha reducido en corto tiempo a poco más de 4 puntos porcentuales

David Brooks (Corresponsal)

Washington, 2 de febrero. La ola de apoyo a Barack Obama ha llegado a tal punto que la competencia entre los dos precandidatos demócratas podría prolongarse hasta la convención nacional, a finales de agosto, lo que genera mayor incertidumbre para la cúpula partidaria y sobre todo para la campaña de Hillary Clinton.

Después de su triunfo en Carolina del Sur y sus secuelas –la más importante fue el apoyo oficial de Edward Kennedy y Carolina Kennedy (hija de John F.), quienes lo bautizaron como heredero del casi santificado presidente Kennedy–, el fenómeno de Obama se ha incrementado a tal punto que algunos se atreven a pensar en triunfos hace poco casi impensables.

Hace pocos meses, Hillary Clinton había pronosticado que para el 5 de febrero ya todo estaría claro, implicando el éxito de su estrategia. Ella –como casi nadie– no se imaginaba el panorama actual, con Obama –según la encuesta nacional más reciente de Gallup– a poco más de cuatro puntos de distancia en las preferencias demócratas, el margen más reducido desde el inicio de la competencia. Encuestas estatales empiezan a indicar triunfos a Obama en estados como Colorado y Georgia, reportó USA Today.

Indicadores de este creciente apoyo para Obama se multiplican a diario. Este viernes, Obama fue apoyado por MoveOn.org, el sindicato SEIU de California –que representa a 650 mil agremiados– y el periódico Los Angeles Times.

MoveOn, la organización política cibernética con 3.2 millones de miembros a escala nacional –un millón 700 mil en estados en juego el supermartes– que comenzó como una iniciativa contra la guerra, se ha convertido en una entidad de gran influencia dentro del Partido Demócrata y jugó un papel importante en la elección de 2004.

Los Angeles Times no sólo elogió a Obama como un hombre “lírico”, sino que afirmó que su presidencia ofrecería “una cara distintivamente estadunidense, un hombre de descendencia africana, nacido en el estado más joven, con una infancia en parte en Asia, entre musulmanes. Ninguna campaña de relaciones públicas podría hacer más que la mera presencia de Obama en la Casa Blanca para reducir la pasion antiestadunidense por todo el mundo (...) Su candidatura ofrece a los demócratas la mejor esperanza para llevar a Estados Unidos hacia el futuro, y le da a los californianos la oportunidad para emitir su boleta más entusiasta y consecuente en una generación”.

En hasta ocho de los estados en juego el supermartes, el voto latino podría ser decisivo, y Clinton y Obama redoblan sus esfuerzos para capturarlo. Desde el inicio, Clinton gozaba de amplia ventaja entre los latinos, pero cada vez más se escucha en español el “Sí se puede”, el lema en inglés de la campaña de Obama.

Aunque Clinton cuenta con el respaldo de reconocidas figuras latinas como Raúl Yzaguirre, el alcalde de los Ángeles Antonio Villaraigosa, el líder de la Cámara del estado de California, Fabián Núñez; Henry Cisneros y Dolores Huerta, recientemente Obama ha sido apoyado por una creciente lista de latinos reconocidos. Se han pronunciado por Obama representantes federales como Xavier Becerra, Linda Sánchez y Raúl Grijalva, y líderes como María Elena Durazo, dirigente de la poderosa central obrera de Los Ángeles. Y ahora algunas encuestas indican que el amplio margen de ventaja de Clinton entre el voto latino se está reduciendo en California.

Otro indicador es el enorme flujo de contribuciones financieras a la campaña de Obama –sólo en enero captó 32 millones, récord para un solo mes a estas alturas del juego. Desde hace meses fue alarmante para los Clinton que Obama se mantenía empatado con ellos en la recaudación de fondos (en 2007 recaudó unos 103 millones comparado con los 108 millones de Clinton).

El mensaje de Obama ha tenido impacto y nadie duda de su talento para la retórica. Esta semana en un foro en Los Ángeles declaró que la gente “siente que este sistema educativo no fue diseñado para gente como nosotros, y el mercado de empleo no fue diseñado para gente como nosotros. Intentar conseguir una hipoteca no está diseñado para gente como nosotros. Y el sistema de salud no está diseñado para gente como nosotros”.

Y después de una pausa, levantando la voz, añadió: “pues dejen que les diga algo: éste es nuestro país. América debe ser diseñada para gente como nosotros. Por eso estoy buscando ser presidente para toda la gente, negra, blanca, hispana, asiática, indígenas, los gays, los straight, toda la gente”.

Este tipo de mensaje ha provocado entusiasmo entre sectores no motivados antes, particularmente los jóvenes, que responde a la demanda general por “un cambio” en el gobierno. Y nadie sabe medir cuál podría ser el impacto en el cálculo electoral si estos sectores participan en esta ocasión. Así, no se descartan sorpresas el 5 de febrero cuando los demócratas celebren primarias en 22 estados (entre ellos los gigantes California y Nueva York) y donde están en juego más de la mitad del total de los delegados que eligen el candidato presidencial de su partido en la convención nacional.

Pero según reglas del partido, ninguno de estos estados es el “ganador toma todo”, sino que los delegados son distribuidos de manera proporcional con el voto, y Obama puede “perder” pero aun así obtener suficientes delegados para mantener viable su campaña. Por esto el supermartes podría ser sólo un paso más en una contienda que podría durar varios meses más, y sorprender a todos.