Popularidad, satanización y mito
Ampliar la imagen Entre los tenebrosos relatos alrededor de los Pitufos, había uno que contaba que una niña estaba jugando con uno de peluche cuando éste le dio una cachetada; la niña lo acusó con su mamá, por lo que el Pitufo la mató Foto: tomadas de Internet
Los Pitufos fueron popularizados en los años 80 por la serie animada de televisión de los estudios Hanna-Barbera. A partir de ahí, un maremagno de comercialización de estos personajes invadió el planeta. México no fue la excepción.
Se vendían casitas de hongo, playeras, lápices, calzones y unos muñecos de peluche, hasta que surgió una contrapublicidad y rumores de niños de diferentes lugares del país, a la par de la imaginería popular, que contaba –asegurando que le había pasado al amigo de un amigo– cosas terroríficas sobre estos muñecos.
Uno de esos relatos es el de una niña que estaba jugando con su Pitufo de peluche, el cual, se dice, le dio una cachetada; la niña lo acusó con su mamá, quien no le creyó. Luego, la niña apareció muerta y el Pitufo lleno de sangre. Entonces se hicieron quemas masivas de juguetes y pláticas en las iglesias, lo que causó que la venta de artículos de los Pitufos bajara. Pocos creyeron esas historias, pero, por las dudas, era mejor no dormir con esos muñecos.
Sobre esa publicidad negativa hay varios foros de Internet. En uno de éstos se dice que Papa Pitufo, por su traje rojo, era el diablo; que usaban gorro porque debajo ocultaban sus cuernos; que los otros siete duendes azules representan los pecados capitales; que Gárgamel, su enemigo, era un sacerdote, y que donde vivía era el campanario de una iglesia.
El nombre original de los Pitufos, en francés, es schtroumpfs; en alemán se dice schlümpfe; smurfen en holandés; puffi en italiano; smurfs en inglés; barrufets en catalán; hupikék törpikék en húngaro, y potxokiak en euskera.
En las últimas temporadas de los dibujos animados aparecieron nuevos personajes: tres Pitufos pequeños, un Bebé Pitufo y una niña Pitufina, además de un aprendiz de Gárgamel.
El tema musical que acompaña las apariciones de Gárgamel en la serie televisiva comienza con una mezcla de Scheherazada y continúa con el primer movimiento de la octava sinfonía de Franz Schubert, llamada Inconclusa.
El tema en francés lo interpreta Dorothée, que presentaba programas para niños en la televisión en los años 90, pero fue el disco de Los Pitufos y el Padre Abraham el que más se comercializó.