Petróleo y vacunas, entre los puntos a tratar
Lula llega a Cuba para dialogar con Raúl Castro y firmar convenios
La habana, 14 de enero. Luiz Inacio Lula da Silva visita Cuba desde esta noche por segunda ocasión como presidente de Brasil, con una agenda que muestra un repunte de la cooperación económica y el diálogo político entre los dos países.
Lula viajó a La Habana después de asistir a la toma de posesión del nuevo presidente guatemalteco, Álvaro Colom. Durante una estancia de unas 24 horas, aquí hablará con el mandatario interino Raúl Castro y asistirá a la firma de acuerdos bilaterales, según el programa oficial.
Fuentes brasileñas dijeron que entre los puntos a discusión estarán la construcción de una fábrica de lubricantes en Cuba, la exploración petrolera en el Golfo de México, la comercialización conjunta de vacunas y la ampliación de una línea de crédito del país sudamericano de 90 millones de dólares para la venta de alimentos a la isla, entre otros.
Lula viene a Cuba como el líder de un país aspirante a las ligas mayores del petróleo, después del descubrimiento el año pasado de un yacimiento en aguas profundas del Océano Atlántico, de entre 5 mil y 8 mil millones de barriles, que según la empresa estatal Petrobras llevaría sus reservas a “un lugar entre Nigeria y Venezuela”.
El gobierno brasileño anunció el interés de Lula de entrevistarse con el presidente Fidel Castro, pero se entiende que la cita se produciría sólo si lo permite el estado de salud del mandatario cubano.
Además de sus habituales encuentros con el venezolano Hugo Chávez, Castro recibió el año pasado únicamente al dirigente chino Wu Guanzheng, al lider comunista de Vietnam Nong Duc Manh y al presidente angolano José Eduardo dos Santos.
Desde una reunión con Chávez el 13 de octubre, no se han visto imágenes recientes de Castro.
Castro y Lula son viejos conocidos. Se encontraron por primera vez en Managua en 1980, en el primer aniversario de la revolución sandinista.
Activo promotor del Foro de Sao Paulo, el cónclave de partidos de izquierda que emergió en la década pasada, tras el colapso del campo socialista, Lula viajó a La Habana a una reunión de ese mecanismo en noviembre de 2001 y aquí compartió la mesa de debates con Castro.
La siguiente cita fue en enero de 2002, cuando el líder del Partido de los Trabajadores (PT) asumió la presidencia de Brasil. Un año después volvió en visita oficial.
En 2005, cuando dentro y fuera del PT arreciaron las críticas de izquierda a la política económica de Lula, Castro salió en defensa del brasileño, de quien dijo en un discurso que no había “perdido la esperanza, ni mucho menos” y pidió analizar en concreto las opciones reales del gobierno de Brasilia.
Castro planteó a los críticos de Lula el dilema de qué hubiera pasado en Brasil si, con un gobierno de izquierda y 180 millones de habitantes, se le disparan los déficit comercial y presupuestal en un entorno mundial en que sólo a Estados Unidos se le permite un descontrol semejante.