La precandidata demócrata obtiene una cerrada victoria sobre Barack Obama
Clinton y McCain triunfan en las primarias de Nueva Hampshire
El republicano resucita en la votación; nueva derrota de los favoritos Rommey y Giuliani
La economía y la guerra de Irak, los temas principales para convencer al electorado
Ampliar la imagen Barack Obama, aspirante a la candidatura presidencial por el Partido Demócrata, se presenta ante simpatizantes en Nueva Hampshire, donde ayer perdió por estrecho margen la elección primaria Foto: Reuters
Nueva York, 8 de enero. Hillary Clinton ganó por un estrecho margen las elecciones primarias de Nueva Hampshire, evitando lo que se perfilaba como una segunda derrota frente a Barack Obama para la candidatura presidencial del Partido Demócrata, mientras que del lado republicano, John McCain resucitó su moribunda campaña con un triunfo ahí.
Su triunfo fue sorpresivo, tal vez incluso para ella. Los pronósticos basados en encuestas habían indicado una victoria de Obama impulsada por lo sucedido en Iowa hace cinco días, lo cual había generado lo que algunos ahora llaman Obamamanía. Los medios se obsesionaron con el afroestadunidense elogiando su “carisma”, su “retórica elegante” y su llamada “nueva forma” de abordar la política. Newsweek lo puso en su portada esta semana, los comentaristas políticos tanto liberales como conservadores expresaron su admiración por lo que consideran un nuevo tipo de político.
Todo esto había alarmado a Hillary Clinton y a sus colaboradores. Antes de conocerse los resultados hoy, ya se hablaba de cambios dentro de su equipo, incluyendo la sustitución de algunos de sus principales estrategas, la incorporación de nuevos asesores y el rediseño de su campaña. El hecho de que en noviembre ella gozaba de una ventaja de 20 puntos en Nueva Hampshire sobre Obama sólo para ganar por un margen muy escueto hoy, demostraron la vulnerabilidad de su candidatura.
“He encontrado mi voz”, declaró esta noche Clinton al referirse a su recuperación electoral aquí. Habló de los trabajadores y las mayorías “que han estado invisibles por demasiado tiempo. Pues no son invisibles para mí”. Afirmó que las empresas petroleras, financieras, farmacéuticas y otras han tenido un presidente que los defiende. “Es hora de un presidente que defienda a los invisibles. Yo quiero ser ese presidente”, dijo, afirmando que se necesita un gobierno de y para todos “y no sólo de los privilegiados”
Sin embargo, el triunfo logrado aquí aún no ha anulado el golpe devastador de su derrota frente a Obama en Iowa hace cinco días para la estrategia electoral de Clinton. Cuando inició su campaña, hace un año, el objetivo era llegar a estas fechas con una imagen invencible y con una presencia electoral aplastante. Una segunda derrota aquí podría haber descarrilado su tren por completo.
Aún con este resultado, el hecho de que Obama, un candidato que estaba descartado hace unos cuantos meses, continúa generando entusiasmo y una alta participación en su apoyo, y por lo tanto, sigue amenazando a Clinton.
Esta noche Obama ofreció uno de sus clásicos discursos convocando a la unidad del pueblo bajo el lema: “sí podemos”, con el cual se logró abolir la esclavitud, inmigrantes lograron construir un país, trabajadores se organizaron, mujeres votaron y un King (Martin Luther) “nos llevó a la montaña”… “sí, podemos lograr la justicia y la igualdad… sí podemos reparar este mundo”, afirmó.
Declaró que “un coro de cínicos” han acusado que “estamos ofreciendo esperanzas falsas, pero no hay nada falso en la esperanza”, afirmó. “Algo esta pasando en América… el cambio es lo que esta ocurriendo en América”. Obama dejó claro que esto apenas empieza.
John Edwards llegó hoy en tercer lugar, después de quedar en segundo en Iowa, y también se comprometió a continuar con su campaña.
Del lado republicano, el triunfo del senador McCain rescató su hasta hoy moribunda candidatura. A la vez, como del lado demócrata, los favoritos de hace unos meses y semanas en Nueva Hampshire –el ex gobernador de Massachusset, Mitt Romney, y el ex alcalde de Nueva York, Rudolph Giuiliani– fueron derrotados. De hecho, Romney, muy parecido al caso de Clinton, gozaba de una clara ventaja en las preferencias entre republicanos durante meses tanto en Iowa como Nueva Hampshire pero ha sufrido derrotas en estos primeros dos concursos.
Ahora, tanto Romney como Giuiliani están apostando todo en las primarias de grandes estados como Florida, Illinois y California. El fenómeno de Mike Huckabee, ex gobernador de Arkansas, cuyo triunfo en Iowa a pesar de que Romney gastó hasta 20 veces más, sigue generando atención. Sin embargo, ese triunfo –que Huckabee comentó no fue tanto por acciones humanas sino por un milagro divino– dependió de las amplias bases de cristianos conservadores, y ese sector no tiene gran presencia en Nueva Hampshire.
Con todo esto, el concurso entre los precandidatos republicanos está lejos de definirse.
Tanto para demócratas como para republicanos en Nueva Hampshire, como en Iowa hace cinco días, los resultados manifiestan un deseo por “un cambio”, y electores en ambos partidos no están automáticamente aceptando hasta ahora los candidatos que fueron los más promovidos por las cúpulas de sus partidos, ni los que gozan de más recursos.
Los dos temas principales continúan siendo la economía (la principal aquí) y la guerra en Irak, según los sondeos, y dependiendo en que región, la inmigración está en tercer lugar.
Y aunque casi todos los precandidatos hablan del “cambio” y de lo “nuevo”, el electorado parece estar dispuesto a apostarle a alguien menos conocido que apoyar a los demasiado conocidos. En parte por ello, esta competencia se ha vuelto tan difícil de pronosticar, y surgen fenómenos como Obama, la resucitación de un McCain y un Huckabee.
Nada está decidido
Ahora todos (seis demócratas, siete republicanos; dos precandidatos demócratas, el senador Christopher Dodd y el senador Joe Biden, abandonaron sus campañas después de quedar en los últimos lugares en Iowa) proceden a los próximos concursos estatales. Los próximos dos programados para ambos partidos son Nevada el 19 de enero, seguido por Carolina del Sur el 26 de enero.
Pero el llamado “súper martes” el próximo 5 de febrero cuando más de 20 estados, incluyendo algunos de los más grandes como California y Nueva York, celebran sus primarias, y en las cuales están en juego 40 por ciento de los delegados a las convenciones nacionales, será determinante para todos.
El proceso de elecciones internas de cada partido se inició en Iowa el jueves pasado, y procede con un calendario poco lógico en donde cada estado celebra elecciones primarias (algunos realizan asambleas electorales, o caucuses, como Iowa) y otorga delegados comprometidos con cada candidato que se presentaran en las convenciones nacionales de cada partido a finales del verano. Ahí, el que tenga la mayoría necesaria de delegados (incluyendo un número de “súper-delegados” que representan la cúpula de cada partido) es nominado como el abanderado de su partido para las elecciones generales en noviembre.