Expectación de asistentes por ver a la banda sinaloense El Recodo
Reforma se convirtió en pista de baile para despedir 2007
Con el festejo se pretendió emular a los que se realizan en Nueva York, Madrid o Sidney
Más de seis horas de música, performance y fuegos artificiales
Ampliar la imagen
Festejo por el año nuevo en Paseo de la Reforma, la noche del 31 de diciembre
Foto: Guillermo Sologuren
Empezaron como espectadores, pero conforme cedió la noche convirtieron el Paseo de la Reforma, en el tramo de las glorietas del Ángel de la Independencia a la La Palma, donde miles de capitalinos se congregaron para despedir el año a ritmo de bandas musicales y con gritos de “hasta nunca 2007”, en una gran pista de baile, para dar la bienvenida al 2008.
Con este festejo, a la usanza de ciudades como Nueva York, Madrid y Sydney, los asistentes disfrutaron de más de seis horas de música, performances y fuegos artificiales. La fiesta llegó a su clímax momentos antes de la media noche, cuando se inició la cuenta regresiva. Diez segundos coreados por miles de familias que dieron paso a la detonación de fuegos de artificio durante 15 minutos, acompañados de diversas figuras realizadas con rayo láser.
Desde las seis de la tarde empezó la afluencia no sólo de habitantes del Distrito Federal, sino de los turistas nacionales e internacionales que optaron por pasar el fin de año en la ciudad de México.
En tanto se afinaban los preparativos para los festejos por el fin de año y se probaba el equipo de luz y sonido, los elementos de seguridad organizaban sus puestos de mando, así como los módulos de emergencia, protección civil, información y Locatel. De esa forma los 150 vendedores ambulantes pertenecientes a cinco organizaciones autorizadas por Programas Delegacionales empezaban a instalarse.
Conforme transcurrió la noche creció el número de asistentes y el espectáculo se extendió por Reforma con tríos de rumberas, bailarinas de Belle Dance, zanqueros y un dragón chino, que se mezclaron entre las cientos de personas que recorrían el circuito.
La presentación del grupo tropical Caña Real calentó el ambiente y dio inició el baile, para aminorar el frío, frente a seis pantallas gigantes que se colocaron a lo largo de la avenida. Las parejas lucieron sus mejores pasos y convirtieron Reforma en una gran pista de baile, que se interrumpió con la presentación de los cómicos y la llegada del año nuevo.
Mientras algunos concentraban su atención en bailar o presenciar el espectáculo, otros recorrían los puestos de comida, en los que se podía encontrar desde garnachas, buñuelos y pozole, hasta hamburguesas y hot dogs. Para quienes olvidaron las uvas, el descuido salió caro porque tuvieron que pagar 50 pesos por un racimo, y quienes optaron por sólo una docena de uvas el costo fue de 12 pesos.
Así, los ambulantes hicieron su agosto en la última noche del año al incrementar sus precios entre 30 y 50 por ciento, pese a que los organizadores aseguraron que la venta sería a bajo costo. Los elotes, que normalmente cuestan 10 pesos, se ofertaron en 15, el precio fue similar en pambazos, atole y quesadillas, entre otros. Los tradicionales buñuelos tuvieron un costo de 25 pesos.
No sólo se vendió comida, hubo quienes ofrecieron sandalias, máscaras de luchadores, balones de futbol, ropa y muñecas de trapo.
La expectación por ver a la Banda El Recodo impacientó al público. El jefe de Gobierno capitalino, Marcelo Ebrard, encabezó la cuenta regresiva en los últimos 10 segundos del año.
El momento estelar de la noche llegó media hora después, cuando la banda sinaloense El Recodo apareció en el escenario y puso a bailar a todos los asistentes, no sin antes hacer la invitación al “recalentado”, puesto que la vendimia en Paseo de la Reforma se reinició la tarde ayer hasta las nueve de la noche.