Diversos bancos se negaron a participar, afirma el diario
Fracasó en EU la creación del “superfondo”: WSJ
Su objetivo era estabilizar los mercados crediticios
Ampliar la imagen El banco estadunidense número dos en inversiones, Morgan Stanley, reportó la semana anterior pérdidas en el cuarto trimestre del año por 9.4 mil millones de dólares por la crisis hipotecaria. En la imagen, un autobús cruza frente a la empresa en la ciudad de Nueva York Foto: Ap
Nueva York, 23 de diciembre. El “superfondo” planeado por el Departamento del Tesoro e importantes bancos estadunidenses para la estabilización de los mercados crediticios fracasó, informó este fin de semana el diario Wall Street Journal en su versión online.
Tras meses de preparativos, el multimillonario plan será abandonado por no hallar suficientes bancos dispuestos a participar. Éste pretendía tener un volumen de entre 75 mil y 100 mil millones de dólares (50 mil y 70 mil millones de euros), señaló el diario al citar fuentes allegadas a la iniciativa.
El plan comenzó a ser diseñado en marzo y su objetivo era aliviar la situación de los llamados commercial paper. El negocio con estos papeles de valores, basados en hipotecas, era realizado por los bancos mediante firmas externas, no presentes en sus balances, llamadas structured investment vehicles (SIV). Desde la crisis crediticia, estos papeles son prácticamente invendibles.
Las empresas SIV mantenían en sus libros contables varios centenares de millones de dólares en valores. En tanto, varios bancos importantes incorporaron estos valores a sus balances. El plan había sido impulsado por los bancos Citigroup, Bank of America y JP Morgan Chase, junto al secretario del Tesoro, Henry Paulson.
Todo el problema proviene de la crisis del sector inmobiliario, que no cesa de crecer, provocando una crisis del crédito que estrangula a los mercados.
Los grandes bancos estadunidenses, como Citigroup, resultaron afectados por la crisis y ya reportaron fuertes pérdidas en sus ganancias.
La semana anterior ex altos funcionario económicos afirmaron que el gobierno de Estados Unidos deberá meterse la mano al bolsillo si quiere contener la crisis inmobiliaria y evitar una recesión.
El ex presidente de la Reserva Federal (Fed) Alan Greenspan desató polémica al manifestar que el gobierno debe ayudar, dando dinero, a los propietarios asfixiados por sus préstamos inmobiliarios a tasa variable.
“Dinero del gobierno, sí”, afirmó Greenspan. “Los recursos están disponibles y deberíamos utilizarlos en mayor cantidad, si es necesario, para resolver los problemas”, añadió.
El miércoles, Lawrence Summers, secretario del Tesoro del entonces presidente Bill Clinton, sugirió que el gobierno ataque el problema con un vasto plan, en el que se combinarían reducciones de impuestos, prórrogas del seguro desempleo y aumento de los bonos de ayuda en alimentos.
“Es razonable pensar que esta ayuda oscilaría entre 50 mil y 70 mil millones de dólares, entre 0.5 por ciento y uno por ciento del producto interno bruto”, expresó.
Estos comentarios fueron más significativos aún por el hecho de que Greenspan y Summers no son conocidos como favorables a la intervención estatal. Si lo proponen hoy, es porque creen que la situación económica es grave.