Ningún hospital está al ciento por ciento en todo momento, justifica Cano Valle
Niega el director del INER que haya desabasto en el instituto
Rechaza que en ese nosocomio se discrimine a pacientes con VIH que requieren atención
Critica actuación del órgano de control interno del instituto; “actúa como francotirador”, señala
Denuncia activista carencia de equipo y maltrato del personal que labora en ese centro
Ampliar la imagen Pacientes denunciaron falta de equipo en el INER Foto: Carlos Ramos Mamahua
Ampliar la imagen El director del instituto, Fernando Cano Valle Foto: Carlos Cisneros
Ningún hospital está todo al ciento por ciento en todo momento y eso no significa que haya desabasto, aseguró Fernando Cano Valle, director del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) Isidro Espinosa de los Reyes, al rechazar que en dicho nosocomio se discrimine a persona alguna, menos aún, dijo, a quienes padecen el VIH/sida.
Respecto a las auditorías a que ha sido sometido el instituto por parte de la Secretaría de la Función Pública (SFP), señaló que varias de las sanciones que se han determinado en contra de sus colaboradores “han sido injustas”, y acusó al órgano interno de control del INER de realizar una labor de “francotirador”, en lugar de coadyuvar con la administración del nosocomio.
Sobre las carencias de equipo e insumos, el funcionario dijo en entrevista que si en algún momento falta algo es por excepción, y con ello dio respuesta a la queja de Rubén Valdez, presidente del Comité de Pacientes con VIH/sida del INER, quien en días pasados acudió al servicio de urgencias del instituto y no pudo recibir la atención clínica que requería –una revisión de otorrinolaringología– porque los médicos carecían de una lámpara frontal.
Los especialistas tampoco pudieron realizar una revisión de laringe y cuerdas vocales debido a que no contaban con el equipo necesario en ese momento, por lo que sugirieron al paciente que solicitara atención en la consulta externa o acudiera a otro hospital.
El activista aseguró que este tipo de deficiencias son frecuentes en el servicio de urgencias del INER, y principalmente en los últimos meses de cada año. Respecto a las carencias que le tocó padecer personalmente, Valdez sostuvo que otros pacientes han pasado por lo mismo y en condiciones físicas más comprometidas. A ello se suma, en ocasiones, el maltrato del personal médico. No fue su caso porque los especialistas que lo atendieron “hicieron su mejor esfuerzo, pero sin equipo no podían hacer mucho”.
En cambio, señaló, existen otros médicos y enfermeras que se distinguen por la forma como maltratan a los pacientes. Mencionó el caso de un seropositivo a quien la enfermera en turno no se le quiso acercar por “temor a contagiarse” del virus.
Discriminación, ideas fijas
Al respecto, Cano Valle aseguró que la no discriminación es una política clara de su administración, “y mi personal tiene que entenderlo”; sin embargo, admitió, “a veces existen ideas fijas en las personas, con las cuales hay que luchar permanentemente”.
Resaltó que hace más de 15 años, por iniciativa propia, elaboró, junto con el activista Arturo Díaz Betancourt lo que fue la primera cartilla de defensa de los derechos de quienes viven con VIH/sida. Así que “no puedo estar de acuerdo con la discriminación de ninguna persona”, subrayó.
Por otra parte, el director del INER comentó sobre las acciones que ha realizado en los cuatro años que lleva en el instituto, entre otras, la construcción del nuevo espacio que ahora alberga al servicio de urgencias, el cual triplicó su tamaño y atiende a personas que llegan con el tórax penetrado, baleados, e insuficiencia respiratoria por estenosis, entre otros.
Resaltó que en este periodo se cambiaron las camas de hospitalización, lo que no había ocurrido en los pasados 30 años, mientras que los carros de choque –útiles en la reanimación de enfermos en paro respiratorio– tenían una antigüedad de 20 años y ya han sido renovados.
Cano Valle también se refirió a la remodelación del área de medicina nuclear, que en meses pasados fue motivo de denuncia del ex jefe de ese departamento, quien señaló diversas irregularidades de la obra y el servicio. El director mencionó que estaba funcionando al 20 por ciento de su capacidad y que por carecer de la licencia de funcionamiento, suspendió actividades por varios meses. “Eso era responsabilidad de quien estaba al frente del área”, puntualizó.
Actualmente, el servicio de medicina nuclear ya ha sido reanudado y se encuentra trabajando a 90 por ciento de su capacidad, con el nuevo equipo Symbia, para la obtención de imágenes con medicina nuclear y tomógrafo computarizado, dijo.
Una obra que sigue pendiente es la remodelación del área de neumopediatría, la cual fue suspendida a causa de irregularidades cometidas por el proveedor. Cano Valle comentó que por incumplimiento, el contrato fue rescindido. Es cierto, admitió, “estamos dejando de atender a niños con adicciones a drogas duras, algunos infantes con asma e insuficiencia respiratoria”.
El lugar donde ahora se ubica neumopediatría es un “sótano, insuficiente y que ha estado abandonado por 40 años”. Una vez que sean solucionado los trámites administrativos, indicó el director, se espera a que la Comisión Nacional de Protección Social en Salud libere los 19 millones de pesos que le hacen falta para concluir la obra. A la fecha, la construcción tiene un avance de poco más de 50 por ciento, indicó.
Con relación al trabajo del órgano interno de control, y específicamente de su titular, Martha Gabriela Cámara Trejo, el director del INER recalcó que se ha desempeñado como “francotirador”, se limita a revisar y analizar los sitios donde existen inconsistencias, cuando debería ser coadyuvante en la administración, “por supuesto, bajo auditorías, análisis y recomendaciones y si detecta ciertas cosas que no van bien se deben corregir, pero no con el carácter punitivo e invariable de sancionar personas”.
Durante los cuatro años que Cano Valle lleva en la dirección del INER, han sido inhabilitados dos directores y un subdirector de administración, así como un subdirector de mantenimiento.
Como las sanciones han sido injustas, agregó, uno de los funcionarios inhabilitados ganó el juicio laboral y se debieron pagar sus salarios caídos.