Reconocimiento a Jaime Pérez Calzada, abogado invidente defensor de garantías
Defiende Calderón reforma judicial en entrega de premio de derechos humanos
El galardonado exige oportunidades para discapacitados; “póngase en los zapatos de nosotros”
Ampliar la imagen Jaime Pérez Calzada, abogado invidente premiado por su labor en defensa de los derechos humanos, durante su discurso en Los Pinos Foto: Jesús Villaseca
En medio de la polémica por la reforma judicial, el presidente Felipe Calderón advirtió que la procuración de justicia es inseparable del respeto a los derechos humanos, y que no tolerará el combate a la delincuencia violando la ley.
Ante el presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, José Luis Soberanes –crítico de la reforma–, ofreció que su gobierno actuará contra los servidores públicos que violen las garantías individuales.
“No admitiremos –dijo– que se pretenda hacer justicia atropellando, precisamente, la justicia, ni que se considere que sancionar o reparar un delito se logra cometiendo otro”.
Estos señalamientos se hicieron justamente cuando el pleno de la Cámara de Diputados está por votar la nueva legislación, criticada porque permite las solicitudes orales de órdenes de aprehensión y de cateo, legaliza el arraigo, allanamientos a domicilios particulares sin orden judicial y, en casos de privación ilegal de la libertad, admite como pruebas grabaciones telefónicas de las víctimas y sus familiares.
Sin aludir abiertamente el tema, como sí hizo el día anterior, en que incluso celebró los acuerdos en San Lázaro, señaló que su gobierno está comprometido con la construcción de un país en el que todo ciudadano tenga acceso a la justicia, en el que la transgresión de los derechos humanos sea castigada y todo atropello se sancione.
El mandatario ofreció también actualizar el marco normativo en materia de derechos humanos para impedir que las “lagunas” o deficiencias de la ley permitan violaciones, establecer un programa en la materia, priorizar la atención de grupos vulnerables y promover campañas por el respeto a las garantías individuales.
Momentos antes, Calderón entregó el Premio Nacional de Derechos Humanos a Jaime Pérez Calzada, abogado invidente, promotor y defensor de los derechos de grupos vulnerables, quien –desde un atril en Los Pinos– demandó empleo, educación y salud para más de 10 millones de personas que viven con alguna discapacidad en el país.
Su llamado fue contundente: “Presidente, póngase en los zapatos de nosotros, viva con nosotros la discapacidad desde nuestras trincheras para luchar juntos no tanto por los mexicanos que con discapacidad ya logramos asistir a alguna escuela, ya logramos cruzar por las aulas universitaria o tecnológicas.
“Nos preocupan muchísimo los niños y jóvenes, los adultos que todavía en la sierra, en la selva, en el desierto, no han tenido acceso a nada de progreso, a nada de lo que es avance de la civilización moderna”.
Le recuerda promesa de empleo
Hizo saber al michoacano que cuando se proclamó “presidente del empleo”, en muchas personas con alguna discapacidad renació la “gran esperanza” de poder capacitarse para obtener un trabajo y contar en México con mayor difusión del sistema Braille.
Le pidió además que se revisen las políticas nacionales en educación y salud, porque muchos jóvenes sin acceso a la seguridad social requieren medicamentos que se escapan del cuadro básico del Seguro Popular.
En respuesta a Pérez Calzada, Calderón explicó que la atención a los grupos vulnerables es tarea no sólo del Presidente, sino de todos aquellos que tienen una responsabilidad con la sociedad. Y se comprometió a ponerse en sus zapatos impulsando la revisión de las políticas públicas nacionales en las materias.
Tras enunciar diversos programas dirigidos a las personas con discapacidad, reconoció que son acciones “apenas iniciales, pequeñas, modestas” para la dimensión del reto, y prometió construir una política sólida en favor de esta población.