El acervo pertenecía a Isolda Pinelo Kahlo, sobrina de la pintora, quien falleció en julio

Archivo familiar revelará datos desconocidos sobre Frida Kahlo

Luis Martín Lozano presentará este martes el volumen Frida Kahlo: el círculo de los afectos

El título privilegia y reconoce la dimensión de la relación familiar sobre la vida y obra de la pintora

Destacan 500 fotografías y 75 cartas escritas entre la artista y sus hermanas

Merry MacMasters

La aparición de un nuevo archivo con documentos en torno a Frida Kahlo proporcionará datos “a raudales” sobre la artista, que permitirán entender aspectos de su pintura, algunos de los que nunca han sido considerados porque faltaban las bases para pensarlo, expresa el historiador del arte Luis-Martín Lozano.

Se trata del archivo familiar que durante muchos años celosamente resguardó Isolda Pinelo Kahlo, sobrina de Frida, tras heredarlo de su madre, Cristina, que lo recibió de sus hermanas mayores, quienes a su vez lo cuidaron luego del fallecimiento de su madre, Matilde Calderón. Ahora, la responsable del archivo es Mara Romeo, nieta de Isolda.

El archivo está integrado por alrededor de 500 fotografías, de las que un gran porcentaje son de la autoría de Guillermo Kahlo; 75 cartas escritas entre las hermanas Kahlo Calderón; documentos y libros. Isolda Pinedo Kahlo falleció el pasado primero de julio, a los 78 años.

Lozano, especialista en la pintora y autor de una monografía de ella en 2000, tuvo acceso al archivo a partir de marzo pasado. Después de dos meses hizo una primera evaluación, en la que enfatizó “la abrumadora cantidad de información que hay”. También se le planteó a la familia la conveniencia de que el material de Guillermo Kahlo “se convierte en un universo de información aparte”.

Un primer resultado de su investigación en proceso es Frida Kahlo: el círculo de los afectos (Cangrejo Editores, 2007), libro que será presentado por Antonio Saborit, Teresa del Conde y Guadalupe Lozada el martes 11 a las 19:30 horas en el Museo de la Ciudad de México, Pino Suárez 30, Centro Histórico.

Respecto al enfoque del volumen, Lozano “privilegió y reconoce la dimensión de la relación familiar”. Es decir, “puse sobre la mesa que la dimensión de los afectos familiares fue decisiva y definitiva para Frida, como persona y como artista. De manera radical podría decir que la familia de Frida estuvo siempre allí y es un protagonista de esa parte de la historia que se ha hecho a un lado”.

Otro punto tratado en el libro tiene que ver con la posibilidad de “cruzar la información del archivo con la que está en cartas, por ejemplo, del doctor Leo Eleazar. Inclusive, son cartas que recibió en donación el Museo Nacional de Mujeres en las Artes, en Washington DC, que está en el mismo proceso que aquí la familia. Ya tuve una primera plática con la curadora en jefe de que sería deseable que reuniéramos el material para poder cruzar las cartas con fechas. Es decir, la historia está repartida en diferentes fondos. Toda la relación familiar no fue parte de la vida artística, por lo tanto no está en los archivos de la Casa Azul. Es un universo separado”.

La idea de Lozano es preparar otro volumen, porque de ninguna manera el archivo está agotado. Acota, además, que si bien Kahlo es el artista mexicano más expuesto y más publicado, no es por mucho el más investigado. Además, mucha de esta investigación “no es de carácter histórico”, porque “no pone en contexto los documentos, las cartas, los mismos cuadros y dibujos que han aparecido, para acabar pronto”.

Demuestra su sorpresa ante la cantidad de artículos hemerográficos guardados por la familia; claro, la mayoría son de los años 40, cuando Frida se convierte en un artista comentada. En los años 20 y 30 realmente no hay artículos sobre ella como artista, sino más bien, “se casó con Diego Rivera, se divorció, se volvió a casar. O, Trotsky está en México y Frida aparece allí en las fotos. Pero también hay fotos de Trotsky en el archivo, por ejemplo, con Cristina, aspecto del que no sabíamos nada”.

Para el ex director del Museo de Arte Moderno, en la medida que no se hace investigación “se repiten las cosas una y otra vez. Se retoma lo ya escrito y se da por hecho. Por supuesto, es válido si hay una nueva interpretación, porque un resultado es lo que se escribe a partir de la investigación de fuentes primarias, pero también se puede hacer un trabajo interpretativo y contemporáneo. Pero, en el aspecto biográfico y, por ejemplo, de la familia, se repiten las mismas cosas, los mismos errores”.

La pregunta sería, ¿por qué hasta ahora dar a conocer este archivo? La tesis de Lozano es que doña Isolda, al ver todas las historias que se empezaron a escribir sobre Frida, muchas de las cuales no lograba entender porque no era la Frida que ella conocía –muchas, además, son resultado de la invención–, cerró su archivo y se encerró con todos estos recuerdos e información.

“No sé si esto fue bueno o malo, pero ahorita estamos en una posición de entrada a ese universo y empezar a desmenuzar y poner en claro. Ella no reunió el archivo con la intención de que todo el mundo entrara a rascar y sacar. Por eso sí entiendo por un lado la precaución de la familia y el rigor académico que hay que tener para manejar esta información.”