Usted está aquí: lunes 10 de diciembre de 2007 Sociedad y Justicia Las reformas educativas en Occidente, orientadas a la “colonización”, señalan

Deplora experta brasileña que la enseñanza sea sometida a los valores del mercado

Las reformas educativas en Occidente, orientadas a la “colonización”, señalan

Karina Avilés

Las reformas educativas implementadas en los países de Occidente en la década anterior se han orientado hacia la “colonización de las prácticas curriculares”, además de poner límites a la acción de las escuelas por medio de la evaluación, de la instauración de principios de competencia empresariales, del financiamiento y de “soluciones” sometidas a los valores del mercado, observa la experta Alice Casimiro Lopes –de la Universidad de Río de Janeiro, Brasil– en una investigación sobre el tema.

La investigadora realizó un análisis de las políticas educativas adoptadas en años pasados; por ejemplo, el establecimiento de rankings en las escuelas –que ahora están de moda en México–, que en países como Inglaterra sólo produjo “la exclusión de negros y de niños con necesidades especiales”.

Eso, debido que los centros escolares “comenzaron a empeñarse en matricular alumnos que eran considerados capaces de garantizar buenos resultados en las evaluaciones”, efecto que ya comenzó a producirse en nuestro país.

En el documento Políticas de currículo: competencias y asignaturas, presentado en el noveno Congreso de Investigación Educativa, que se realizó en Mérida, Casimiro Lopes dibuja un panorama de esas políticas –muchas de las cuales comienzan a fortalecerse aquí en este sexenio– no sólo “sintonizadas” con el mercado, sino que han generado planes curriculares como productores de reformas.

En México como en Brasil, afirma la experta, las llamadas “competencias” –concepto vertebral de los cambios que el gobierno calderonista busca implantar en la educación básica y media superior– constituyen un principio de organización curricular que reflejan una orientación procedente de agencias internacionales de fomento y de cambios en los planes de estudio realizados en otros países.

En ese proceso, los nuevos currículos se presentan como los que promueven el pensamiento crítico, los que buscan la solución de problemas contextualizados y los que establecen las bases para la sociedad y el trabajo, mientras a los planes antiguos se les considera enciclopédicos, con muchas información innecesaria, centrados en el desarrollo de la memorización e incapaces de alcanzar lo que se espera en el mundo globalizado tecnológico.

No obstante, Casimiro Lopes observa que en varios países se han realizado modificaciones en nombre de lo que se considera nuevo, aunque ciertas propuestas contradigan ese discurso, como es el caso de los planteamientos constructivistas, contrarios en su historia a las competencias.

También, agrega, se silencian las dimensiones de la cultura más allá de la relación con el conocimiento. “Tal vez este silenciamiento sea especialmente acentuado en virtud de la equivalencia establecida entre los saberes a ser formados en la perspectiva constructivista y los saberes que se consideran necesarios para la formación del ciudadano omnicompetente”.

Por último, enfatiza que si es posible “pensar en el papel de la imaginación, se deben considerar otros modos de proyectar las prácticas en las escuelas”.

 
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