Ofrece servicios financieros para la población rural de escasos recursos, explica
El Banco Mundial busca impulsar en México sucursales bancarias móviles
El año próximo México podría convertirse en el segundo país de América Latina en recibir apoyo del Banco Mundial (BM), para desplegar una red de servicios financieros destinados a la población de escasos recursos en zonas rurales. El proyecto se concretará a través de la telefonía celular (banca celular), una red de “corresponsales” y sucursales móviles de la banca.
El sistema comenzó a operar este año en Colombia, con la “asistencia técnica” del organismo mundial, aunque funciona ya como sistema de corresponsales en países como Brasil, Bolivia y Perú, pero impulsado por los gobiernos locales. En esos países las microfinancieras han jugado un papel fundamental, reveló en entrevista con La Jornada Hannah M. Siedek, del Grupo Consultivo de Asistencia a los Pobres (CGAP, por sus siglas en inglés) del Banco Mundial.
Explicó que el tema ya fue tratado con funcionarios del gobierno mexicano, aunque no a través del CGAP, y también con bancos y microfinancieras que puedan estar interesadas en lo que hasta ahora es un proyecto.
“Tenemos mucho interés en trabajar en México porque pese a ser un mercado muy grande que contribuye con 30 por ciento del PIB de América Latina, tiene un nivel de bancarización demasiado bajo: menos de 25 por ciento respecto al PIB nacional, cuando en Bolivia es de 40 por ciento, y en Colombia de 38 por ciento. En parte eso puede ser por un problema de demanda, pero también sabemos que (la bancarización) se debe incentivar con diversos mecanismos y opciones. Quisiéramos trabajar lo más pronto posible en México, el año próximo, porque me han dicho que ahora en diciembre no se puede”, expresó.
La especialista explicó que el CGAP es una unidad del BM, que también recibe financiamiento de organizaciones privadas y se dedica exclusivamente al sector de las microfinanzas para darles asesoría financiera, consultoría y tecnología, servicios que ha extendido a gobiernos de distintos países.
–¿Hay posibilidades de que este proyecto se haga a través de los bancos que operan en México?
–Nos hemos dado cuenta de que para los bancos es bastante difícil cambiar de mentalidad y adaptarse a una clientela diferente a la de zonas urbanas y estratos económicos más altos. Quizá haya posibilidades de unir esfuerzos con la banca comercial. A mí me preocupa el costo de los servicios financieros, porque México tiene tasas de interés mucho más caras en comparación con otros países.
Coincidencia con el Banco de México
La pretensión del Banco Mundial de extender los servicios financieros a las zonas rurales coincide con el anuncio que días atrás hizo Francisco Javier Cárdenas Rioseco, director de intermediarios financieros de fomento del Banco de México, cuando anunció que esta institución gestiona ante la Comisión Nacional Bancaria y de Valores una autorización que permita a “tiendas, farmacias y (oficinas de) correo” realizar depósitos y retiros de personas que viven en comunidades rurales.
Hannah Siedek estuvo en México para participar en el sexto Encuentro de Microfinanzas que organizó el Programa Nacional de Financiamiento al Microempresario (Pronafim) de la Secretaría de Economía en Mérida. Allí presentó una ponencia sobre las nuevas tecnologías financieras y modelos de negocios para llegar a las personas que la banca tradicional no atiende, porque viven en zonas alejadas o no son sujetos de crédito.
“Queremos utilizar la banca móvil, es decir, la telefonía celular, para que la gente realice transacciones bancarias, o también un sistema de corresponsales para cubrir el país entero. Son tecnologías que ya se utilizan a nivel mundial y queremos ver cómo el mercado mexicano se puede beneficiar”, indicó.
En el CGAP-BM, abundó, “nos interesaría mucho trabajar con algunas instituciones de México para desarrollar canales de distribución, y también con la plataforma de Bansefi que vincula muchas cajas de ahorro”, para conjuntar y compartir información. Aunque dijo que se podría otorgar financiamiento, lo principal es ofrecer “asistencia técnica”.
Se trata de extender los servicios financieros a la mayor parte de la población, y al mismo tiempo hacer más eficientes y estables a las instituciones que se encargarán de hacerlo, como las microfinancieras, para que tengan capacidad de reaccionar con rapidez ante una situación de crisis. Sobre todo, la intención es que “puedan bajar sus costos y, en consecuencia, las tasas de interés a los clientes finales, porque se trata de gente sin historia crediticia ni garantías”.
Experiencias en otros países
Las transacciones financieras a través de la telefonía celular en comunidades pobres y alejadas de los grandes centros financieros e instituciones bancarias son una realidad desde hade algunos años en países como Filipinas, Kenya y Sudáfrica, con asesoría del CGAP, refirió Hannah Siedek. Añadió que en el caso de América Latina no se ha podido hacer mucho.
Reconoció que “podemos hablar mucho de la banca móvil o celular, y todo lo que se puede hacer con ella, pero la realidad es que en estos momentos todavía es un proyecto con el que se está experimentando, porque no es viable para la gente de bajos recursos en tanto que no es rentable”.
No obstante, destacó que el sistema de “corresponsales” tiene más presencia en países de América Latina, como Perú, Bolivia y Brasil. El último país es el que representa el mejor ejemplo, ya que desde 2000 el gobierno reformó el marco regulatorio financiero para permitir a la banca que utilice tiendas o unidades no bancarias. Ello ha provocado que a la fecha se tenga una cobertura de 98 por ciento, y se hayan creado 12.4 millones de cuentas bancarias.