El sectarismo fue otro motivo de la derrota: dirigente chavista José Albornoz
“No ganó la oposición, perdió Chávez”, afirma líder del Movimiento al Socialismo
El mal resultado electoral, por la ruptura interna del chavismo, dice el masista Felipe Mújica
Ayudará la victoria del no; nadie dirá ahora que el gobierno “es dictatorial”: asesor brasileño
Ampliar la imagen Hugo Chávez saluda al presidente Alexander Lukashenko, de visita en Venezuela Foto: Ap
Caracas, 7 de diciembre. “No ganó la oposición, perdió Chávez”. Lo dice un dirigente opositor, el secretario general del Movimiento al Socialismo (MAS), Felipe Mújica.
Cuando hace un recuento de los errores de los chavistas, parece darle la razón el diputado José Albornoz, dirigente del Partido Patria para Todos (PPT, chavista).
Albornoz enlista: incapacidad para responder a una campaña de medios montada en miedos ancestrales, una campaña “anticomunista” a la antigua; una mala gestión de gobierno; el “agotamiento” de algunos ángulos de las Misiones (programas sociales), que no se han podido institucionalizar; los abiertos pleitos entre gobernadores y alcaldes chavistas en varias partes del país”.
Un sitio especial da Albornoz al comportamiento “sectario” que prevaleció dice, en el Comando Zamora, órgano de dirección de la campaña del sí. “Nosotros estábamos ahí, pero sin ningún poder de decisión”.
El comando debía poner en marcha la maquinaria electoral del chavismo. El problema es que una pieza clave de esa maquinaria existe sólo formalmente. El Partido Unico Socialista de Venezuela (PSUV), creado a iniciativa del presidente para unificar a todas las fuerzas del chavismo, no tiene estatutos ni dirección formal. En realidad, sólo tiene un órgano que ya funciona: su comisión disciplinaria.
Una comisión que se las verá duras para encarar a la militancia que no fue a votar. Dato esencial: pidieron su inscripción como aspirantes a la membresía del PSUV 5 millones 600 mil venezolanos, pero el sí en el referendo solamente obtuvo 4 millones 379 mil votos.
–En esta primera derrota…– se comienza a preguntar al diputado Albornoz.
–No, la primera derrota de Chávez fue cuando varios de los aliados le dijimos que no nos integraríamos al partido único. Claro, ésta es la primera derrota electoral.
La convocatoria de Chávez a crear un partido único fue rechazada por tres de sus aliados: el socialista Podemos, el Partido Comunista de Venezuela y el PPT.
Chávez se lanzó contra los tres, pero al final sólo se dio la ruptura con Podemos, fuerza que le aportó unos 700 mil votos en diciembre de 2006.
Albornoz dice que ellos no confrontaron de frente a Chávez sobre el tema. “Finalmente aceptó nuestro argumento de que no es requisito cierta militancia política para ser revolucionario”.
La guerra de la leche
La oficina del PPT está cerca de la Plaza Venezuela, donde está uno de los límites simbólicos que separan a la Caracas chavista de la antichavista. “El domingo cerramos, por si las dudas”, dice uno de los militantes.
Sigue al habla Albornoz: “No supimos responder a su guerra de medios. Por ejemplo, crearon eficazmente la matriz de opinión de que “el gobierno era culpable del desabasto” de productos básicos. “¡Qué casualidad que pasó el referendo y se comenzaron a llenar los anaqueles!”¨
Felipe Mújica, en cambio, no ve la leche por ningún lado. “No ha aparecido nada, llevamos un mes así”.
Un mes antes del referendo, se cuenta aquí y se ve en los supermercados, comenzaron a escasear la leche, el papel higiénico y otros productos básicos.
Los chavistas lo consideraron una estrategia de los empresarios para golpear a los pobres, principales electores de Chávez. La oposición culpa al gobierno. “En estos años han desaparecido miles de empresas y la leche la importamos”, dice Mújica.
El resultado electoral, según el masista, se debió más a la ruptura interna del chavismo que a una estrategia unificada de la oposición. En la derrota del gobierno pesaron, afirma, “la ineficiencia con que gobiernan”, la corrupción “generalizada” del gobierno (“al lado de ellos, los de la IV República resultan niños de pecho”) y la pretensión de Chávez de relegirse y concentrar más poder.
“Insistir ahora en la reforma, como está haciendo Chávez, sería profundizar el error”, dice Mújica.
Los anaqueles siguen en el debate porque se especula con una crisis económica que explotará el año venidero.
La empresarial Fedecámaras, en voz de su presidente José Manuel González, recuerda que en unos días, a partir del primero de enero de 2008, Venezuela le quitará tres ceros a su moneda, el bolívar, sin que se hayan corregido las causa de la inflación (4.4 por ciento en noviembre y de más de 7 por ciento en alimentos). “Hasta ahora el crecimiento económico que es anunciado con bombos y platillos pero ese crecimiento es inorgánico porque está basado en el gasto público y no en la inversión”.
El referendo y el Mercosur
Y mientras se sigue debatiendo en el país y se hacen análisis sobre la geografía del voto y el abstencionismo, el precio del petróleo venezolano cierra la semana posterior al referendo a 81.58 dólares por barril, 4.27 dólares debajo de la semana anterior.
La baja se debe a “la preocupación por el desenvolvimiento de la economía de Estados Unidos, el alto volumen de ventas de contratos de crudos en los mercados a futuro y el sorpresivo incremento en los inventarios de destilados estadunidenses”, según el Ministerio de Energía y Petróleo.
La mala noticia viene con una buena, mientras Chávez recibe en Miraflores al presidente bielorruso, Alexander Lukashenko. Marco Aurelio García, asesor del gobierno de Brasil para asuntos internacionales, dice que el resultado del referendo “paradójicamente va a ayudar”.
“En Brasil y en todas partes tendrán conciencia de que ya no existe más la coartada del país antidemocrático. A uno le puede o no gustar Chávez, pero no va ese argumento de que era un dictador”.