Excluye en discurso la necesidad de un pacto migratorio
Calderón, por neutralizar el antimexicanismo en EU
Felipe Calderón dijo ayer ante representantes diplomáticos que le preocupa “el encono y la semilla de animadversión, en algunos casos hasta de odio y discriminación, que se está sembrando” en Estados Unidos “no sólo contra los migrantes, sino a veces contra los mexicanos en general”.
Reunido con los embajadores y cónsules de México en Estados Unidos y Canadá, el michoacano los instruyó a contrarrestar ese clima antimexicano, que equipara a los migrantes con criminales.
“Debemos usar todos los mecanismos a nuestro alcance para denunciar, para defender jurídicamente a los connacionales” ante cualquier disposición que sus derechos.
Resaltó que el peor error que pueden cometer Estados Unidos y México, “es hacer sentir a nuestros respectivos pueblos que el pueblo de la otra nación es el enemigo”.
En Los Pinos, Calderón emitió siete recomendaciones básicas a los diplomáticos mexicanos para hacer frente a las muestras de odio contra los migrantes, que van en incremento en territorio estadunidense: participar en debates públicos; acudir a los medios de comunicación; hablar personalmente con organizaciones no gubernamentales; tener una relación permanente con todo el tejido social; unificar el discurso; defender a México y a su gobierno, y utilizar los estudios y evaluaciones de especialistas y del gobierno de Estados Unidos en torno al fenómeno migratorio.
Antes de iniciar una exposición de ideas entre los participantes a la reunión –a la cual la prensa no tuvo acceso–, Calderón ponderó las corrientes de opinión favorables a justificar, en materia económica, la migración de mexicanos a Estados Unidos.
“En el marco de una relación madura entre dos naciones que son socias, que son amigas, es necesario decir con la misma franqueza con la que se habla ahora de los mexicanos en Estados Unidos, que ninguna nación puede buscar la prosperidad o la seguridad mediante la discriminación y el trato como criminales a quienes buscan un mejor futuro trabajando honradamente y aportando a la sociedad que visitan.”
Para sustentar el hecho de que la mano de obra mexicana es pilar de la economía estadunidense, Calderón se apoyó en estudios del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca.
“Tenemos que reforzar la idea de que un instrumento para elevar la competitividad de la economía americana radica, precisamente, en el grado de absorción e integración de una mano de obra competitiva, como es la mano de obra mexicana. Según ese estudio, precisamente la mano de obra mexicana es la que más contribuye al crecimiento de la productividad de Estados Unidos, con 15 por ciento al nivel agregado de la economía, e incluso un porcentaje mayor en sectores como la construcción.”
En su alegato, que excluyó la urgencia de concretar un acuerdo migratorio con Estados Unidos, enfatizó que no es con discriminación como se podrá prosperar, sino mediante la colaboración y de la actitud constructiva entre ambos países.
Más tarde, ante los integrantes de la Cámara de Comercio México-Estados Unidos, Calderón llamó a reposicionar a la región norteamericana en el comercio mundial, después de que ha perdido participación de 20 por ciento en los últimos seis años.
Tras una comida con hombres de negocios de Estados Unidos, Calderón destacó que es necesario revalorar la fuerza de trabajo en Norteamérica, en especial la de los migrantes, quienes aportan 30 mil millones de dólares anuales a la economía estadunidense, según un estudio del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca.
En la comida, en Los Pinos, Calderón aseguró que en más de una década se ha avanzado hacia una Norteamérica más integrada y, vía el libre comercio, más próspera.
Sin embargo, reconoció que esta integración comercial iniciada hace 14 años, se ha detenido y estancado, lo que ha llevado a la región a perder liderazgo económico.
En ese lapso, agregó, han surgido otras regiones muy poderosas en términos económicos como Asia, la Unión Europea, y otros lugares. “Eso se refleja en que se ha disminuido más de 20 por ciento la participación conjunta de nuestra región en el comercio mundial de 2000 a 2006”.
Al referir el estudio de la Casa Blanca, Calderón subrayó que en promedio cada migrante lo que aporta en impuestos al fisco estadunidense es 80 mil dólares, superior en promedio por migrante a lo que reciben en servicios de Estados Unidos.