Evitar la priización del partido y mantener la unidad interna, principales retos
Con Martínez Cázares, los doctrinarios recuperan hoy la presidencia del PAN
Se prevé inclusión del grupo conservador en la cúpula ante el apoyo dado al candidato calderonista
Con el reto de evitar la repetición del fenómeno partido-gobierno que durante 70 años caracterizó al PRI y el de mantener la unidad interna, Germán Martínez, uno de los principales dirigentes del ala conocida como “los doctrinarios”, asume este sábado la presidencia nacional del PAN con la oferta de llevar este instituto político al centro.
Llega a la jefatura del blanquiazul sin competencia, como antes hicieron Manuel Gómez Morín, Juan Gutiérrez Lascurain y Adolfo Christlieb Ibarrola, en los inicios de Acción Nacional. El argumento que algunos panistas dieron para declinar sus aspiraciones a la dirigencia fue la desigualdad en el proceso de sucesión; “la cancha está dispareja”, en palabras del tabasqueño Gerardo Priego.
Con ello aluden a las denuncias en torno a que se utilizó la estructura gubernamental para favorecer el voto de los consejeros en favor del michoacano, señalamientos que el candidato y sus seguidores han negado en reiteradas ocasiones Incluso, algunos han acusado que quienes hacen tales planteamientos buscan esconder su incapacidad para debatir y ganar el apoyo de la militancia.
El retorno de los llamados doctrinarios a la presidencia del PAN implicará un desplazamiento parcial de la ultraderecha, pues aunque ésta ya no detentará la jefatura panista –como hizo con Luis Felipe Bravo Mena y Manuel Espino Barrientos–, se prevé que mantendrá espacios en el Comité Ejecutivo Nacional (CEN), órgano que se integra a propuesta del dirigente del partido y del Consejo Nacional.
Dicha instancia puede tener de 20 a 40 miembros. Germán Martínez ya anunció que lo mantendrá en 40, de los cuales él propondrá 27 y 13 los consejeros.
Se anticipa la inclusión del sector conservador en la cúpula blanquiazul, debido a que connotados militantes de esa expresión dieron su abierto apoyo al michoacano, como es el caso de los gobernadores de Guanajuato, Juan Manuel Oliva, y de Jalisco, Emilio González.
Otros personajes ligados a la ultraderecha que también manifestaron su respaldo al ex secretario de la Función Pública fueron César Nava y Luis Felipe Bravo Mena, quienes incluso le firmaron la solicitud de registro como candidato.
El caso del segundo destaca porque fue uno de los militantes que apoyaron la llegada de Manuel Espino a la presidencia del blanquiazul, junto a Juan Manuel Oliva, confiaron fuentes del instituto político.
Al lado de estos representantes del conservadurismo, el aspirante también contó con la firma de Santiago Creel Miranda, coordinador de los senadores, y, por supuesto, con la de personas que han pertenecido toda la vida al grupo calderonista.
Como hizo Calderón al momento de tomar posesión como presidente del PAN, en 1996, Martínez Cázares propone llevar el partido a un centro humanista y solidario. “Esto no es un lugar cómodo y ambiguo para la cosecha oportunista de votos”, explica en el programa que ha distribuido entre sus correligionarios, sino “una agenda de defensa categórica de la vida desde el derecho a nacer y morir dignamente, articulada en torno a la eminente dignidad de la persona humana”.
Se trata, en suma, “de una actitud que no se resigna ni se conforma frente a las desigualdades que hoy existen, sino que trata de superarlas y abolirlas en todas sus manifestaciones”, refiere.
Sin embargo, en la obtención de su agenda, Martínez Cázares enfrenta dos retos fundamentales, a decir de los propios panistas: mantener la unidad de Acción Nacional y evitar su priización, es decir, que no se repita el fenómeno del partido-gobierno. El segundo desafío se presenta debido a la cercanía que mantiene con Presidente, con quien ha hecho toda su vida política, y el primero, por el enfrentamiento entre la corriente lidereada por Manuel Espino y la del Presidente.
El michoacano confía en obtener hoy el respaldo de las dos terceras partes de los 375 integrantes del Consejo Nacional, cifra necesaria para ganar el liderazgo. El apoyo anticipado de consejeros de los estados de México, Veracruz, Guanajuato, Jalisco, Distrito Federal y Aguascalientes, entre otros, hace prever que obtendrá los 250 votos que requiere.