Danza de cifras sobre la creación de empleos
El Presidente promete incentivos para impulsar inversiones
Con el argumento de que el país debe tomar medidas ante los “dramáticos efectos del cambio climático que curiosamente también estamos sufriendo y padeciendo en México”, el presidente Felipe Calderón comprometió ayer diversas acciones y estímulos fiscales para asegurar la inversión en el país, particularmente de la armadora General Motors. Esta compañía presentó ayer, ante el mandatario, el primer vehículo híbrido (alimentado con gasolina y energía eléctrica).
Visiblemente emocionado, no sólo por ser uno de los primeros en manejar una camioneta con esas características, sino por presentar el balance del primer año de su gobierno, el mandatario dijo que del primero de enero al 15 de noviembre se han generado en el país “960 mil nuevos empleos”.
Sin embargo, tan sólo la semana pasada –en un desayuno con empresarios– había comentado que el avance en generación de puestos era, en ese mismo lapso, de 950 mil empleos formales, registrados ante el Seguro Social, una cifra (dijo el 23 de noviembre) verdaderamente histórica, la más alta, por lo menos, para un primer año de administración en México.
Este viernes, Calderón reiteró que al tercer trimestre de 2007, “hemos alcanzado la meta que nos habíamos propuesto” en materia de inversión extranjera y creación de plazas.
Por lo pronto, instruyó al secretario de Economía, Eduardo Sojo, para que se asegure de que cualquier mexicano que así lo desee pruebe los vehículos híbridos, a fin de preparar una eventual demanda en el 2010, año que entrarán ese tipo de automotores al mercado. Y no sólo eso, sino que sugirió que un vehículo de ese tipo (el cual será denominado Chevrolet Captiva) quede a disposición del gobierno “para tener un periodo de prueba, si así lo decidiera la empresa”.
En ese mismo tono ofreció que, para estimular su uso, los vehículos híbridos no pagarán tenencia; también anunció que “pronto” habrá una nueva regulación específica sobre la importación de vehículos, a fin de generar condiciones equitativas de seguridad y del compromiso ambiental que requiere el país. Ello, luego de que el gobernador de Coahuila, Humberto Moreira, solicitó la aplicación de más medidas para atajar la entrada ilegal de autos.
Muy temprano se dieron cita en las escalinatas de la Casa Miguel Alemán de Los Pinos, los ejecutivos de la compañía General Motors, encabezados por su director general en México, Kevin Williams. El presidente Calderón echó un vistazo a la camioneta blanca, cuyas características publicitó ampliamente, en el contexto de un proyecto de inversión adicional por 500 millones de dólares y, enseguida, aceptó gustoso conducir en un tramo de los jardines de la residencia oficial.
“¿Es todo terreno?”, preguntó el jefe del Ejecutivo. A bordo, no dejó de sonreír y hasta bromeó con los fotógrafos: “Ya no hay lugar (para ustedes)”. En el asiento de copiloto iba Williams y en las plazas de atrás el gobernador Moreira (en cuya entidad se ubica una de las principales plantas de la armadora), así como los secretarios del Medio Ambiente y Economía, Juan Rafael Elvira Quesada y Eduardo Sojo, respectivamente.
Minutos después, en su discurso, el presidente Calderón comentó a los ejecutivos presentes que invertir en México es una excelente decisión de negocio. Hoy –agregó– 80 por ciento de la producción de vehículos está destinado a la exportación y “nos encaminamos a convertir a México en uno de los países de vanguardia de producción automotriz en el mundo.
“Esperamos que los consumidores mexicanos acepten de manera creciente (el vehículo híbrido que armará aquí General Motors), es una forma en el que el país está participando a reducir, en una parte, las emisiones contaminantes.”