No podemos llamarnos Israel, un país genocida, dicen
Secundaria vespertina cambia su nombre por el de Zapata Vive
Ampliar la imagen Festejo en la secundaria 270 Zapata Vive Foto: Yazmín Ortega Cortés
Desde ayer, la secundaria vespertina 207 cambió de manera simbólica su nombre oficial: Estado de Israel, por el del Zapata Vive, profesores, estudiantes y padres de familia de esa casa de estudios aseguraron que la modificación se dio debido a que “no podemos llevar el nombre de un país genocida”.
Esta escuela, ubicada en la delegación Azcapotzalco, se caracteriza de otras del área metropolitana porque se ha rehusado a aplicar los lineamientos de la Secretaría de Educación Pública con la Reforma a la Educación Secundaria, la aplicación de la prueba Enlace, la llamada carrera magisterial y el denominado proyecto Escuelas de Calidad. “Debido que estos programas sólo forman mano de obra barata y no crean verdadera conciencia crítica en los estudiantes”.
Ayer, pese a la intensa lluvia que se presentó en esa parte de la ciudad de México, quienes conforman esta escuela celebraron el 30 aniversario de su fundación. El aguacero no minó el ánimo de los asistentes, y pese a ello, la ceremonia se efectuó aunque no como estaba planeada.
“Este es el reflejo de cómo ha sido la escuela a lo largo de su historia, ante las inclemencias siempre terminamos improvisando”, aseguró Mario Alberto Leyva, director del turno vespertino de esta escuela secundaria.
Y es que debido a su “rebeldía” –pues además de coincidir con el zapatismo en esta escuela aceptan a jóvenes rechazados o expulsados de otras– las autoridades amenazan constantemente con el cierre.
Esta escuela suspendió sus actividades por cuatro años, de 1990 a 1994, ya que las autoridades educativas argumentaron falta de matrícula; sin embargo, 13 profesores mantuvieron, “a pesar de las malas condiciones y limitados salarios”, una lucha constante por su reapertura, dándose ésta en el inicio del ciclo escolar 1995-1996.
Ocho de estos 13 profesores fueron reconocidos ayer por la comunidad de la ahora secundaria 207 Zapata Vive. “Nuestro compromiso es histórico, pues debemos reivindicar la figura entrañable de Zapata y del zapatismo, mantenernos en pie de lucha, resistiendo y ofreciendo nuestra experiencia y sus instalaciones para que junto con otras escuelas hermanas caminemos juntos”, dijo el profesor Arturo Torres.
La secundaria cuenta con tan sólo 42 alumnos en los tres grados, por lo que la amenaza de cierre es constante. Sin embargo, Fanny y Jhoseline, alumnas de esta institución, dijeron: que “aquí hemos encontrado la comprensión que no nos daban en otro lugar. En esta escuela podemos hacer lo que queremos, nos sentimos en completa libertad para expresar nuestras ideas sin ser reprimidas por los profesores”.
Jhoseline, de 15 años de edad, perdió sus dos piernas a causa de una infección en las amígdalas que se complicó; indicó que sólo en la escuela Zapata Vive ha obtenido respaldo tanto de compañeros como profesores, “porque no me discriminan, me siento completa otra vez, con ganas de estudiar en la UNAM”.