“Ilegítimo”, dicen opositores; se consolida, según AN
Blanco o negro, sin matices, el balance partidista sobre Calderón
El balance de los partidos políticos en el primer año de gobierno de Felipe Calderón va del cuestionamiento perredista a la legitimidad de su mandato a “la muy positiva gestión” con que lo califica el PAN, pasando por la “impresionante recuperación electoral” de los priístas tras la dura derrota de 2006 y el reconocimiento del PVEM al trato del Ejecutivo federal con el Congreso, “que ha permitido avanzar en un año lo que no se pudo hacer en todo el sexenio foxista”.
Destaca, al mismo tiempo, la coincidencia de los partidos opositores al gobierno calderonista respecto de la desigual distribución de la riqueza nacional, así como la fragilidad de la economía nacional frente al previsible estancamiento de la de Estados Unidos, el excesivo “pago de favores” a quienes lo apoyaron electoralmente y, con diferentes matices, los avances en la aprobación de las diversas reformas en el Congreso.
Integrante del Comité Ejecutivo Nacional panista, Luis Ernesto Derbez reconoce que hay un porcentaje de la población que cuestiona la legitimidad de Calderón, “pero ese grupo se está debilitando al observar cómo está trabajando el mandatario con todas las fuerzas políticas, además de que gobernadores del PRD y una parte de sus dirigentes han manifestado su intención de trabajar con el jefe del Ejecutivo”.
A pesar de las dificultades que tuvo al inicio de su gestión, Derbez manifiesta que la labor de Calderón ha sido “excelente” en materia legislativa, ya que ha logrado negociar con todas las fracciones, aun con aquellas que se negaron a reconocerlo.
El dirigente nacional del PRD, Leonel Cota Montaño, asevera que Calderón “no ha logrado legitimar lo que de origen es ilegítimo”, y el balance, a un año de su llegada a Los Pinos, es el de medidas impopulares, pago de facturas a quienes lo financiaron en su campaña y mucha publicidad “para lograr una legitimidad que por más inversión que se hace en medios no se logra”.
Sin duda, “creo que es una pompa de jabón”. México, apuntó, vive “un exceso de Calderón en los medios, como en los viejos tiempos de la política mexicana, donde el presidente era el hombre todopoderoso, sin ningún error y, desde luego, manteniendo el viejo estilo de echarle la culpa al que sale, porque esa ha sido la estrategia: echarle la culpa a (Vicente) Fox, que sin duda es culpable de todo el marco de corrupción y lo que ha ocurrido en el país”.
Derbez pondera, en tanto, la creación de empleos por encima de la meta programada para 2007; el combate al narcotráfico y el crimen organizado, que devolvió al Estado el control de diversas zonas del país; la pronta respuesta a la población afectada por las inundaciones en Tabasco y Chiapas, y la continuidad a los programas sociales del anterior sexenio.
Lejos del enfrentamiento que mantienen PAN y PRD, los priístas destacan “nuestra recuperación impresionante” en materia electoral, aunque destacan su preocupación por los niveles de depauperación de muchas zonas del país: “No comparto la estrategia de política social del régimen. Me parece que tenemos que encontrar una política social que habilite a la ciudadanía para incorporarse al empleo y que le haga posible tener ingresos y no sólo una política social compensatoria”, advierte la dirigente nacional del tricolor, Beatriz Paredes Rangel.
“Estoy preocupada porque la recesión en la economía estadunidense puede tener un impacto severo en la economía mexicana y me parece que es indispensable el que haya multiplicación de la inversión pública en rubros estratégicos. Percibo que muchas áreas de la administración pública no son ágiles en el ejercicio de los programas públicos, hubo un bajo ejercicio del presupuesto autorizado para 2007 y estas ineficacias en la ejecución tienen que superarse”, insistió.
Después del proceso electoral de 2006, muy adverso para el PRI, que lo llevó a convertirse en la tercera fuerza política, “los priístas nos hemos consolidado como un partido de unidad en lo interno que le ha permitido transitar suavemente por un relevo de la dirigencia y reposicionarse electoralmente. Hemos sido garantes de una gobernabilidad que después de las elecciones se vislumbraba difícil y factor decisivo, desde el tercer lugar en la Cámara de Diputados y segundo en la de Senadores, en las reformas aprobadas en el Congreso”, sostiene el dirigente del sector popular del tricolor, Marco Antonio Bernal.
Para el PVEM, en los primeros 12 meses de la gestión de Felipe Calderón no se ha avanzado en materia de seguridad pública y combate al crimen organizado, aunque considera que es un problema “muy complejo” y difícil de abatir en tan poco tiempo.
El senador Arturo Escobedo afirma que, no obstante, Calderón “se ha comportado como un jefe de Estado, en todo el sentido de la palabra”, en su relación con los poderes Legislativo y Judicial. Tal circunstancia, añade, “ha abonado para que esta Legislatura haya hecho en año y medio más de lo que se hizo en el sexenio pasado”.
Según Escobedo, Calderón ha tenido un trato “respetuoso y profesional” con senadores y diputados. “Seguramente porque ha sido legislador y sabe cómo tratar a los legisladores”, dice.
Coincide con la dirigencia del PRI en que no obstante la mejoría en los niveles macroeconómicos y de las reservas monetarias y petroleras del país, los mexicanos aún no reciben los beneficios económicos que tales situaciones supondrían.
“La población sigue viviendo en un estado económico inadecuado. El gran reto que tiene Calderón y el Estado mexicano es abatir la pobreza, así como las diferencias que tenemos entre este sector del país, que mantiene con un 10 por ciento al país fiscalmente –puntualiza en alusión al empleo formal–, con respecto de aquellos que, lamentablemente por las condiciones de la economía y el empleo, no pueden participar activamente en esa formalidad”
Alma E. Muñoz, Elizabeth Velasco, Georgina Saldierna y Ciro Pérez