Disquero

Cosecha de arena

El desarrollo cultural de Occidente tiene en el cuarteto inglés Led Zeppelin un referente formidable. A décadas de su formación se ha decantado su influencia, potencia y hondura. Los amantes del rock duro enloquecen con sus piezas, que ya forman parte del repertorio básico de “la nueva música clásica” (José Agustín dixit) y ese amor permea las generaciones, pues es dable hallar jóvenes que no habían nacido cuando estos cuatro fantásticos ponían de cabeza al planeta entero, y ahora esos chavitos saben más de los Led Zep que muchos rucanroleros.

Luego de la muerte de héroe trágico del Bonzo Bonham, el grupo se desintegró con su baterista insustituible, cuyo hijo va a tomar las baquetas en un concierto que apenas se anunció produjo el colapso de la web en busca de boletos. La carrera solista de los tres supervivientes ha sido harto intensa y asaz interesante. Baste recordar que el bajista, John Paul Jones, hizo colaboraciones extraordinarias con la dama Diamanda Galas y estuvo en México fugazmente, en la Sala Carlos Chávez de la UNAM, para el estreno de una de sus muchas partituras de concierto, hecho que documentó La Jornada en su oportunidad, con una entrevista en esa sala con el maestro insospechado en los territorios de la “música clásica” (vulgo dixit, je).

La buena nueva es que Robert Plant, el vocalista de Led Zep y a quien dedicamos un Disquero reciente, da a conocer ahora una colaboración irresistible con la rubia Alison Krauss, leyenda viva del género bluegrass. El resultado, el disco titulado Raising Sand (Cultivando arena) es una belleza. Incluye piezas de Tom Waits y del dúo Plant-Page (del disco hermoso No Quarter), además de otros autores, y contiene momentos de intensidad poética rayana en lo sublime. Una obra maestra construida con el arte canoro de dos artistas de orígenes culturales distintos pero con un interés común: crear belleza.