Mañana se presentará el artista argentino en la Casa del Lago y el Multiforo Alicia

Actualmente los chicos extrañan el romanticismo de los hippies: Mestre

El fundador de Sui Generis, por primera vez en el país, estrenará su disco Completo en vivo

Cruzo los dedos, porque en Argentina hay que vivir con el paracaídas puesto, considera

No escucho nuevas canciones que digan “algo interesante”, dijo en entrevista con este diario

Tania Molina Ramírez

Una voz y una guitarra. Y la certeza de que, en esencia, no hace falta más para transportar a un lugar auténtico, donde las cosas son lo que son.

En el arte del cantante y compositor argentino Nito Mestre no hay maquillaje ni trucos. Es lo que es: historias de sueños, de amor, de anhelos; canciones que exigen ser escuchadas con atención, de esas que devuelven el significado a las palabras, hoy tan trastornadas.

Nito Mestre se presenta por primera vez en México y promueve la también primera edición en nuestro país de Completo en vivo (Pentagrama, 2007).

“El sonido, un bálsamo”

Hace más de 30 años que conoció a Charly García en la secundaria. Y desde ese momento su nombre está irremediablemente asociado a él. Aprendieron juntos los tan importantes pininos del oficio. Su dúo, Sui Generis, fue inmensamente popular entre los chavos argentinos.

A partir de 1976, cada quien siguió su camino. García adquirió una enorme fama como roquero y Mestre se mantuvo más inclinado hacia la tradición folk, trabajando con músicos afines, como León Gieco. La Jornada platicó con él: abierto, entusiasta, gran conversador.

Se crió con música folk y clásica. Su padre, médico y violinista, ponía discos y “hacía playback”. Desde entonces, “el sonido de las cuerdas es un bálsamo”.

Además de que la clásica es, junto con el blues, la base de la música: “De ahí nació todo”.

Es defensor de lo simple, de que uno pueda cargar a donde sea la guitarra y en cualquier lugar ofrecer una canción: “No decir: ‘no, este tema no lo puedo tocar porque tiene un sampler, tres teclados, dos coros, trompeta’”.

Enfatiza la importancia de que “los jóvenes sepan de dónde nació todo” y trabaja en una idea de un programa de televisión que lo muestre. Volver a las fuentes del rock, a los grupos que “grababan lo que eran”, no lo que los productores les decían que fueran.

Aconseja a “los pibes una buena manera de empezar: independiente, volver a la fuente, ser simple, sin demasiada pose, o la normal que puede tener un adolescente”.

Los jóvenes le preguntan cómo eran los años 70: “‘Muy romántico’, les contesto. Medio hippies, y el hippismo fue muy romántico e idealista a rabiar; íbamos a lograrlo todos juntos, y creo que los chicos extrañan eso ahora”.

Pone el ejemplo del hijo de un técnico de grabación en Estados Unidos (Mestre vive temporadas en Miami y en Argentina): “Estaba jugando en el televisor y le pregunto: ‘¿con quién estás jugando?’, y contestó: ‘Con mis amigos.’ ‘¿Cómo con tus amigos?’ ‘Sí, son Fred, tal y tal.’ ‘¿Y dónde están?’ ‘Por línea.’ ‘¿Los conocés?’ ‘No.’ ¡Estás solo!

“Es rarísimo. Yo me salía a jugar a la pelota con los pibes, te caías, te ensuciabas. Y ahora los veo todos más autistas. Después, ¿cómo hago para comunicarme con alguien, para decirle a una persona ‘te quiero’? ¿Cómo hago para mirar a los ojos y expresar algo? No sé cuál es el código que se utiliza. Y eso cambió la música”.

De escribir y arriesgarse

Según Mestre, las transformaciones sociales argentinas de los años recientes no han provocado “grandes cambios” en la música. “Escribir canciones después de la debacle de 2002 era quejarse sin ningún riesgo. A lo sumo podrían vender más o menos discos. Inclusive alguna banda lo tomó de manera panfletaria, como una cosa de marketing, de, vamos a hacer un disco, y el enemigo fue la globalización”. Que efectivamente es un enemigo, aclaró, pero “distinto: uno que te puede matar a largo plazo, pero no era el otro, del miedo del 76 al 83, que era una cuestión de piel. Es muy distinto escribir y correr serios riesgos de vida”.

Tiempos que le tocaron. “Marcó a fuego a una generación. Se fueron muchos, mataron a otros, a otros los desaparecieron.”

Ahora “estamos en una cosa mejor. Cruzo los dedos porque en la Argentina hay que vivir con el paracaídas puesto, porque nunca se sabe”.

Mestre opinó que musicalmente “el golpe fundamental de nuevos grupos fue en 1982”. Por la Guerra de las Malvinas; “no permitieron transmitir música en inglés en la radio”. Gracias a ello, surgió “una movida muy importante que continúa (con gente como Fito Páez)”.

Ahora hay “un bajón en la música. A Soda Stereo le va tan bien en un rencuentro porque no hay otros grupos que llamen la atención. No escucho nuevas canciones que diga ‘qué interesante’”.

Dijo que quizá se deba a “la globalización, al exitismo rápido”.

A la vez, aconsejó que en lugar de que todo llegue de fuera, “un buen camino de trabajo viene de dentro. Para eso no hay que tomar nada. Hay que estar lo más lúcido posible. Por eso me gusta tocar en vivo: un tipo se sube a un escenario, prende el micrófono, enchufa la guitarra toca y ahí está. Cantás bien, bárbaro; cantás mal, se dio cuenta todo el mundo”.

Opciones en Internet

Pero no se vaya con la finta. Mestre se confiesa “amante del Internet”: ofrece opciones para que la gente conozca una enorme diversidad de música y que los grupos nuevos se den a conocer sin que medie una disquera: “Me parece que es como cuando nosotros empezamos en los años 70: te mostrás directamente, sin marketing. Antes había que hacerlo tomándose un colectivo, para ir mostrándose con la guitarrita”.

Es más, gracias al ciberespacio (www.myspace.com/nitomestre), Mestre se presentará en México: “Entré por abajo. No entré a México en avión privado, sino en tren”.

La presentación del cidí será el día 25, a las 12 horas, en la Casa del Lago. Primera sección, Bosque de Chapultepec.

El mismo día ofrecerá un concierto acústico con Eduardo Cautiño (guitarra), además de la participación de Arturo Meza, Rafael Catana y La Prodigiosa Maquinita de Soñar un Poco. Esto a las 16 horas en el Multiforo Alicia. Cuauhtémoc 92, Roma.