Facilitan a organilleros acceso a servicios médicos y de vivienda
Con su uniforme color beige, el mismo modelo que lucían los llamados “dorados” de Francisco Villa, 140 hombres y mujeres organilleros recorren las principales calles de la ciudad de México para ofrecer sus acordes y evitar que se pierda una tradición que viene desde la época de la Revolución Mexicana, a cambio de unas cuantas monedas.
Su repertorio, reconocen, es pequeño, pero efectivo, ya que generalmente todos los cilindros tienen ocho piezas, entre las cuales destacan: Morir por tu amor, El negro, Tiempos de mayo, Los patinadores, Varita de nardo, Alejandra, Las golondrinas y Las mañanitas.
La indiferencia de muchos de los transeúntes, principalmente los jóvenes, los ha colocado al borde de su desaparición pues las pocas monedas que llegan a juntar en un día de labores, donde se van rolando el trabajo, son insuficientes para cubrir sus principales necesidades.
En la actualidad, informó la Secretaría del Trabajo y Fomento al Empleo los cilindreros forman un gremio organizado, cuyo trabajo responde a criterios artísticos y técnicos y es concebido por ellos como un oficio digno, que forma parte del patrimonio cultural vivo y del folclor popular mexicano.
La falta de un contrato o su incorporación a una empresa ha provocado que carezcan de apoyo en materia de desarrollo social, situación que ha sido subsanada mediante su acreditación a un padrón de trabajadores no asalariados, lo cual les permite también facilidades en cuanto a la tramitación de un acta de nacimiento, hasta asistencia médica gratuita y dotación de vivienda.
Además se les entrega un permiso o licencia con fotografía y datos personales, entre ellos la organización a la que pertenecen, el sitio y el horario donde ofrecen sus servicios, y las recomendaciones en materia de seguridad que deben seguir para evitar la falsificación del documento, el cual cuenta con espacios para ser resellado cada año.
Con ello, dice la dependencia, se busca evitar la desaparición de una tradición musical antiquísima y que sigue siendo del gusto de miles de familias mexicanas y visitantes extranjeros.