Presunta complicidad de Norberto Rivera en caso de pederastia, entre las causas
Protestas en la Catedral Metropolitana comenzaron en agosto del año pasado
Ampliar la imagen La curia ordenó cerrar la Catedral tras el incidente de anteayer Foto: Víctor Camacho
Las protestas en la Catedral Metropolitana se iniciaron el 13 de agosto de 2006 con manifestaciones contra el presunto fraude electoral; ese día una joven que vestía playera amarilla y portaba un moño tricolor –símbolo de la resistencia en apoyo de Andrés Manuel López Obrador– fue agredida por personal del lugar y obligada a salir. El cardenal Norberto Rivera declaró sobre el incidente que se había tratado de “algún loquito del PRD” “que se sale del orden”, pero aseguró que a la iglesia “todos los perredistas pueden entrar”.
Una semana después, integrantes de la coalición Por el Bien de Todos acudieron a misa dominical para rezar contra la “injerencia” del cardenal en cuestiones políticas. En respuesta, la Arquidiócesis de México pidió al Gobierno del Distrito Federal, “ahora sí, poner vigilancia”.
El 27 de agosto siguiente, las medidas de seguridad se incrementaron con elementos del Estado Mayor Presidencial y policías capitalinos, quienes vigilaron dentro y fuera del recinto e impidieron que ingresaran en el templo simpatizantes de López Obrador que coreaban consignas contra el cardenal.
Rivera acusó al tabasqueño –quien ese día realizó una más de sus asambleas informativas en el Zócalo– de ser el autor de los ataques en su contra. “Estoy triste... si se lo hiciera a otra persona pasaría, pero que se lo haga a un amigo, creo que es muy grave... a un amigo no se le paga de esa manera”.
A partir de esa fecha la vigilancia inhibió las protestas, mientras el cardenal ostentaba ya un equipo de seguridad más numeroso.
En septiembre de 2006 se dio un giro en las protestas. El tema ya no era el presunto fraude electoral, sino la demanda en la corte de Los Ángeles contra Rivera por encubrimiento al cura pederasta Nicolás Aguilar Rivera. El primero de octubre de ese año, las puertas de la Catedral se abrieron para que manifestantes en favor del cardenal le ofrecieran su apoyo.
El 5 de noviembre integrantes de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) protestaron por las declaraciones del prelado en favor de la intervención de la Policía Federal Preventiva en el estado.
Rivera responsabilizó de los hechos a los integrantes del frente de resistencia civil y pacífica, y la respuesta de la autoridad fue de enviar a más de 100 policías a resguardar el templo.
Conforme avanzó el proceso legal por el caso de pederastia se intensificaron las manifestaciones contra el prelado. Así, el 20 de agosto de este año hubo protestas con mantas dentro de la iglesia, lo que fue considerado falta de respeto para los fieles.
El 7 de octubre pasado ocurrió la “mayor agresión” contra el cardenal, cuando un grupo de manifestantes bloqueó el paso de la lujosa camioneta blindada de Rivera y a empujones intentaron infructuosamente detenerla. Esta vez la protesta fue por la intención de la jerarquía católica de adecuar la Constitución en materia religiosa. El incidente motivó un incremento en el operativo de seguridad.
El domingo pasado, la irrupción de presuntos simpatizantes de López Obrador en la Catedral generó nuevos roces, que podrían derivar en la presentación de una denuncia penal por la arquidiócesis, además de la amenaza de cerrar el templo ante la “falta de garantías”.