Ojarasca 127 noviembre 2007

Documento de Vía Campesina

Contra el calentamiento global

En un nuevo documento de reflexión, Vía Campesina alerta contra la agricultura industrial y sitúa el futuro de la humanidad en las posibilidades reales de acción que tenga el campesinado mundial. El documento dice: “Las actuales formas globales de producción, consumo y mercado han causado una destrucción masiva del medioambiente… están poniendo en riesgo los ecosistemas de nuestro planeta y llevando a las comunidades humanas hacia desastres. El calentamiento global muestra el fracaso del modelo de desarrollo basado en el consumo de energía fósil, la sobreproducción y el libre comercio”.

Para Vía Campesina, “los campesinos son los primeros en sufrir los cambios climáticos. Los cambios en las estaciones traen consigo sequías inusuales, inundaciones y tormentas, destruyendo tierras de cultivo y las casas. Las especies animales y vegetales están desa­pareciendo a un ritmo sin precedentes. Los campesinos tienen que acomodarse a nuevos patrones de clima, adaptando sus semillas y sus sistemas de producción habituales a una situación impredecible. Más aún, las sequías e inundaciones están llevando a fracasos en las cosechas aumentando el número de personas hambrientas en el mundo. Hay estudios que predicen un descenso de la producción agrícola global de entre un 3 y un 16% para el año 2080. En las regiones tropi­cales, el calentamiento global es muy probable que lleve a un grave declive de la agricultura (más del 50% en Senegal y del 40% en India), y a la aceleración de la desertificación de tierras de cultivo. Por otro lado, enormes áreas en Rusia y Canadá se volverán cultivables por vez primera en la historia humana, pero todavía se desconoce cómo estas regiones se podrán cultivar”.

Siendo un movimiento que reúne a millones de campesinos y productores de todo el mundo, Vía Campesina, declara que “es tiempo de cambiar de forma radical nuestra forma de producir, transformar, comerciar y consumir alimentos y productos agrícolas”.

Hoy hay claridad de que la agricultura industrializada global contribuye enormemente al calentamiento global 1) por propiciar el transporte de alimentos por todo el mundo, lo que libera toneladas de co2 a la atmósfera; 2) por la imposición de medios industriales de producción (mecanización, intensificación, monocultivo) que destruye los procesos naturales del suelo y los reemplaza por procesos químicos basados en fertilizantes y pesticidas derivados del petróleo; 3) por destruir la biodiversidad y el ciclo del carbono que “ha sido parte de la estabilidad del clima durante millones de años”; 4) por convertir la tierra y los boques en áreas de producción agrícola industrial, en centros comerciales, complejos industriales, grandes casas, grandes proyectos de infraestructuras o complejos turísticos, lo que libera grandes cantidades de carbono y reduce la capacidad de absorción ambiental del carbono liberado a la atmósfera; 5) por transformar la agricultura de productora a consumidora de energía, pues “en términos energéticos, el primer papel de las plantas y de la agricultura es transformar la energía solar en la energía contenida en los azúcares y celulosas que pueden ser directamente absorbidas en la comida o transformadas por los animales en productos de origen animal”, mientras que en doscientos años la agricultura industrial terminó consumiendo energía (tractores, agroquímicos derivados del petróleo, fertilizantes)...

Para Vía Campesina todos estos procesos llevan a un callejón sin salida de falsas soluciones como los agrocombustibles, y al cultivo de árboles transgénicos como parte de una “segunda generación” de agrocombustibles basados en la celulosa, que crean más problemas que la primera generación basada en caña de azúcar, maíz y soya; falsas soluciones como el comercio y la especulación del carbono [en realidad una concesión de derechos a contaminar], lo que de paso expulsa “a comunidades de sus tierras y reduce su derecho de acceso a sus propios bosques, campos y ríos”, mediante áreas de “conservación”. Por tanto, propone el camino de la soberanía alimentaria que “proporciona medios de subsistencia a millones de personas y protege la vida en la tierra” y busca soluciones a la actual crisis que surjan “de actores sociales organizados que desarrollan modelos de producción, comercio y consumo basados en justicia, solidaridad y comunidades saludables”. Para Vía Campesina “ninguna solución tecnológica va a resolver el desastre medioambiental y social. Sólo un cambio radical en la forma en que producimos, comerciamos y consumimos puede dar tierras para comunidades rurales y urbanas saludables. La agricultura sostenible a pequeña escala, un trabajo intensivo y de poco consumo de energía, puede contribuir a enfriar la tierra”. El documento termina entonces con una declaración:

 

En todo el mundo practicamos y defendemos la agricultura familiar sostenible y a pequeña escala y exigimos soberanía alimentaria. La soberanía alimentaria es el derecho de las personas a los alimentos saludables y culturalmente apropiados producidos a través de métodos sostenibles y saludables, y su derecho a definir sus propios alimentos y sistemas de agricultura. Colocamos en el fundamento de los sistemas y de las políticas alimentarias las aspiraciones y necesidades de aquellos que producen, distribuyen y consumen alimentos, en lugar de las demandas de los mercados y de las multinacionales. La soberanía alimentaria da prioridad a las economías y mercados locales y nacionales, dando el poder a campesinos y pequeños agricultores, a los pescadores tradicionales, a los pastores y a la producción, distribución y consumo de alimentos basada en la sostenibilidad ambiental, social y económica.

 

Exigimos urgentemente a los encargados de tomar decisiones locales, nacionales e internacionales:

 

1. El desmantelamiento completo de las compañías de agrocombustibles. Están despojando a los pequeños productores de sus tierras, produciendo comida basura y creando desastres medioambientales.

 

2. El reemplazo de la agricultura industrializada por la agricultura sostenible a pequeña escala apoyada por verdaderos programas de reforma agraria.

 

3. La promoción de políticas energéticas sensatas y sostenibles. Esto incluye el consumo de menos energía y la producción de energía solar y biogás por los campesinos en lugar de la promoción a gran escala de la producción de agrocombustibles.

4. La implementación de políticas de agricultura y comercio a nivel local, nacional e internacional, dando apoyo a la agricultura sostenible y al consumo de alimentos locales. Esto incluye la abolición total de los subsidios que llevan al dumping (competencia desleal) de comida barata en los mercados de exportación y el dumping de comida barata en mercados nacionales.

 

Macbilhó, Chamula, Chiapas, 2005

 

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