Carlos Javier Palomino fue apuñalado por un soldado
Protestan unos 2 mil españoles por el asesinato de un joven antifascista
Madrid, 17 de noviembre. Unas 2 mil personas se concentraron hoy en la Puerta del Sol de Madrid para protestar por el asesinato, el pasado domingo, de Carlos Javier Palomino, de 16 años, apuñalado por un soldado vinculado a grupos de extrema derecha.
La capital del país se convirtió además en el escenario de diversas movilizaciones de diferente calado, por un lado los grupos antifascistas que reclamaban justicia por el asesinato y, por otro, los nostálgicos de la dictadura franquista, que rindieron homenajes a Francisco Franco y a José Antonio Primo de Rivero, fundador de la Falange.
El centro de Madrid era controlado por más de 300 agentes antidisturbios, que se colocaron estratégicamente para revisar a “jóvenes sospechosos”.
El motivo de la preocupación de las autoridades locales era doble: con sólo una calle de diferencia se pretendían manifestar dos colectivos antagónicos, los grupos antifascistas en la Puerta del Sol y los militantes de Alianza Nacional, que además de recordar al viejo régimen también intentaban hacer una nueva proclama contra la residencia de extranjeros en España, sobre todo latinoamericanos, árabes y africanos.
A pesar de que las autoridades públicas habían prohibido la concentración de los amigos de Palomino y en cambio habían autorizado la convocada por la Falange, más de 2 mil personas acudieron al llamado de la Coordinadora Antifascista de Madrid, mientras los militantes de extrema derecha decidieron suspender su protesta, para concentrarse en otros actos conmemorativos de la dictadura franquista.
La concentración transcurrió sin incidente. A unos metros de la sede central del gobierno de la Comunidad de Madrid, gobernada por el derechista Partido Popular (PP), se escucharon consignas que rememoraban la guerra civil, como “no pasarán” y “Madrid será la tumba del fascismo”.
Hay indignación ante la pasividad de las autoridades políticas y judiciales para emprender acciones legales contra partidos políticos que fomentan la violencia y el racismo, como Democracia Nacional, una formación legal pero que ampara en su seno a los grupos más extremistas de la extrema derecha y que incluso tiene vínculos con el Ku Klux Klan estadunidense.
Precisamente el soldado que asesinó a Carlos Javier Palomino pertenecía a esta organización política, para la que se exigió su ilegalización inmediata, en aplicación a la nueva Ley Orgánica de Partido Políticos que permitió la proscripción de Batasuna.
Mientras, los grupos de extrema derecha organizaron, como todos los años, sus actos de homenaje al “caudillo” y al viejo régimen, al cumplirse este 20 de noviembre el aniversario de las muertes de Franco y Primo de Rivera. Como es habitual, centenares de personas marcharon por las calles de Madrid –uno de los colectivos partió de la calle Génova, donde tiene su sede el PP– y se celebraron misas y actos reivindicativos en el Valle de los Caídos, donde fue enterrado el dictador.