El 80 por ciento de esa deuda está contratado en moneda extranjera, según un estudio
A un billón 904 mil millones de pesos llegarán Pidiregas en 2008
Los pasivos equivalen a 73% del gasto público de ese año, señala un análisis del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas
Los intereses del periodo serán iguales al presupuesto de Oportunidades
A 10 años de haberse creado el esquema de financiamiento mediante contratación de deuda con particulares conocido como Pidiregas, el valor total de este pasivo alcanzará a finales de 2008 un billón 904 mil millones de pesos. En tanto, el pago de amortizaciones e intereses en el próximo año ascenderá a 117 mil 537 millones de pesos, de los cuales 80 mil 607 millones serán para la amortización del capital y 36 mil 930 millones se canalizarán sólo para el pago de intereses, este último, monto similar al destinado al combate a la pobreza.
De acuerdo con un análisis del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas, titulado Pidiregas un estudio general, fechado en noviembre de 2007, revela que del total de proyectos contratados bajo los Proyectos de Inversión Financiada con Impacto Diferido en el Gasto (Pidiregas) utilizados para expandir la infraestructura de Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE), aproximadamente el 80 por ciento están contratados en moneda extranjera.
De esta manera, la deuda de los Pidiregas es equivalente al 73 por ciento del gasto público total que para 2008 ascenderá a 2 billones 569 mil millones de pesos y es un pasivo adicional a los 2 billones 690 mil millones de pesos que el gobierno federal tiene contratados como deuda interna en el mercado de dinero para financiar parte de su gasto.
Mientras, el pago de intereses de los Pidiregas para 2008 será prácticamente similar al presupuesto de 38 mil 71 millones de pesos otorgado para el ejercicio del próximo año del Programa Oportunidades, principal estrategia gubernamental para el combate de la pobreza extrema en México.
Inversión pública escasa
Es importante recordar que después de la crisis económica de diciembre de 1994, la disponibilidad de recursos financieros para la inversión productiva en México era prácticamente nula, dadas las grandes necesidades de inversión en materia energética fue necesario desarrollar nuevos esquemas de financiamiento que permitieran a Pemex y CFE contar con los flujos suficientes para generar la infraestructura necesaria para la generación de energía eléctrica y la extracción de petróleo.
Así, los Pidiregas se diseñaron para atender las necesidades de financiamiento ante la escasez de recursos públicos para la inversión productiva, principalmente en las paraestatales Pemex y CFE.
Los Pidieras operan en dos categorías, la primera, denominada de inversión directa, que incluye aquellos proyectos en los que, por la naturaleza de los contratos, las entidades públicas asumen una obligación directa y firme de adquirir los activos productivos construidos por empresas privadas.
La segunda, denominada inversión condicionada, que incluye proyectos en los que los activos son propiedad privada y que en caso de alguna eventualidad contemplada en los contratos la entidad tiene la facultad de adquirir, o no, el bien. Este es el caso de la planta de nitrógeno que Pemex ha requerido para poder completar sus tareas de extracción de petróleo y de varias plantas de CFE.
Una vez que los proyectos entran en operación, se inicia el pago de obligaciones a través de recursos presupuestales generados por todos y cada uno de los proyectos; es decir, es en ese momento que Pemex y CFE inician el pago presupuestario de las obras construidas, cuyo monto se refleja anualmente en su presupuesto y en el gasto público.
El estudio elaborado por el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados, con información de la Secretaría de Hacienda, destaca que el pago por concepto de intereses tiene una tendencia decreciente, pues el cúmulo de los compromisos es mayor al principio que al final, sin embargo el plazo es sumamente largo, sumando 47 años en total para finiquitar todos los proyectos.
Hasta el 2008 el número de proyectos comprometidos bajo la figura de Pidiregas y mediante sus dos modalidades (inversión directa y condicionada) suman en Pemex 47 y en la CFE, 282.
La deuda contratada con particulares vía Pidiregas y el pago de las amortizaciones se reflejan en el activo fijo a través del valor total de la inversión financiada para las paraestatales. Los activos productivos generados representan un gran acervo de capital dentro de la infraestructura productiva nacional, puesto que Pemex y CFE han acumulado bienes que suman aproximadamente el 18 por ciento del producto interno bruto (PIB). De tal modo que con un monto relativamente pequeño de egresos presupuestales, se ha creado valor tal que representa uno de los principales activos a nivel nacional.
Por otro lado, explica el documento, el principal sentido de la inversión en Pidiregas ha sido generar la infraestructura energética necesaria para impulsar el desarrollo nacional; adicionalmente los ingresos públicos se han visto afectados positivamente; pues el flujo neto que ha resultado de los proyectos ha tenido una tendencia creciente, principalmente por las variaciones de los precios internacionales del petróleo y las mejores condiciones financieras del tipo de cambio y en la tasa de interés que la estabilidad macroeconómica ha producido. Así, la suma de las utilidades que estos proyectos han obtenido en su existencia sumará el 33 por ciento del PIB al final del 2008.
Los compromisos de largo plazo de Pidiregas son parte de la deuda soberana del gobierno federal y están considerados dentro de los Requerimientos Financieros del Sector Público y sus saldos históricos; por ello no tienen impacto en el déficit presupuestario. Adicionalmente, los ingresos que genera cada uno de los proyectos pagan el costo del financiamiento, es decir, no hay una transferencia de los ingresos tributarios para el pago de los mismos.
El estudio asegura que el costo relativo del financiamiento de los Pidiregas es bajo comparado con otros pasivos como la deuda interna, la deuda derivada del rescate bancario a través del IPAB y la deuda externa. Considerando una inflación de 3 por ciento, el costo de la deuda interna en términos nominales es de 7.21 por ciento anual; la del IPAB, es de 7.30; la deuda externa 8.10 y los Pidiregas, 5.61 por ciento.
Perpetuación del débito
El amplio estudio concluye que los Pidiregas como esquema de financiamiento en general tienen resultados positivos, como generadores de ingresos y creadores de infraestructura de gran envergadura. El porcentaje del ingreso que aportan los Pidiregas registra una tendencia creciente, lo que implica que este esquema de financiamiento es un generador de riqueza. Pero se alerta sobre la relativa dependencia que el Ingreso Público tiene de dichos ingresos, que han promediado 25 por ciento de los ingresos totales.
Sin embargo, explica, el hecho de considerar el pago de las amortizaciones como inversión de capital es simplemente un arreglo contable, pues como tal las amortizaciones son sobre créditos contratados y no son amortizaciones para la reposición de la infraestructura como tal. “Por lo tanto las paraestatales han comprado infraestructura que una vez en funcionamiento sólo se comienza a depreciar rápidamente y que al no estar siendo reinvertidas las utilidades perpetuaría un esquema de contratación de deuda para la generación de flujos, mas no es un mecanismo de capitalización”, advirtió.