Advierten consejeros sobre la creciente expulsión de migrantes por las redadas masivas
IME: situación crítica, por deportaciones de EU
Ni el gobierno ni la sociedad en general se han percatado de la magnitud del problema, señalan
Las medidas represivas han alimentado sentimientos xenófobos en la población estadunidense
Para antes de que finalice 2007, Estados Unidos habrá deportado a un total de un millón de migrantes mexicanos, como parte de la estrategia de endurecimiento de las redadas masivas en todo el territorio estadunidense, estimaron consejeros del Instituto de Mexicanos en el Exterior (IME), al concluir la décima reunión de su consejo consultivo, que se efectuó a puerta cerrada por instrucciones de la cancillería.
En conferencia de prensa, varios consejeros calificaron la situación de “verdaderamente crítica”, en la que ni el gobierno ni la sociedad mexicana en general se han dado cuenta de la magnitud del problema que ya está presente no sólo en las zonas fronterizas del país, sino también en las comunidades de origen de estos mexicanos a las que han regresado, donde empezarán a exigir servicios básicos de vivienda, alimentación, educación y salud, así como también empleo.
Y es que en los últimos meses, luego de que el Congreso de Estados Unidos no logró acordar una reforma migratoria, diversos estados y localidades estadunidenses han establecido más de 150 medidas antimigrantes, como la prohibición de expedirles licencias de conducir o rentarles departamento, así como fuertes presiones a los empresarios que empleen a trabajadores indocumentados. Todo esto ha alentado sentimientos de odio contra los 12 millones de mexicanos con o sin documentos que se estima viven y trabajan en ese país.
De manera particular, el consejero Hugo Loyo, encargado de Asuntos Económicos del IME, identificó a Arizona como el estado más agresivo en estas políticas antimigrantes; en el año ya sobrepasó 100 mil expulsiones, además de que practica redadas masivas en centros de trabajo y de vivienda de los migrantes, que desde hace tiempo viven con temor permanente de ser deportados, con la consecuente división familiar.
Precisó que no es una exageración la cifra de un millón de deportados antes de que concluya 2007, pues la campaña es impulsada desde Washington en todo el territorio nacional y no sólo en la región fronteriza, como tradicionalmente se hizo en algunos momentos del pasado. Hoy es una práctica cotidiana en muchas partes de Estados Unidos.
Los deportados son enviados de regreso a México en grandes grupos y sin tener en cuenta sus lugares de origen, por lo cual muchas veces quedan lejos de sus familiares. Además, desde que son arrestados no pueden ser visitados ni notificar a sus familiares sobre su situación; sólo en algunos casos, cuando los consulados llegan a ser notificados, éstos intervienen para brindarles alguna asesoría, pero no es lo común.
Por ello, es necesario que el gobierno federal refuerce el apoyo a los llamados centros de rencuentro ubicados en toda la frontera, para ofrecer ayuda sicológica, médica, legal y económica a los migrantes que son abandonados en la zona fronteriza sin recursos, por lo que tienen que iniciar el retorno a sus comunidades de origen y posteriormente, muchas veces, buscar el retorno de sus familiares que quedaron en Estados Unidos.
La conferencia de prensa fue el único medio que permitió la cancillería para tener un encuentro con los consejeros y el desarrollo de los trabajos, pues la intervención que ante el pleno tuvo el subsecretario para América del Norte, Carlos Rico Ferrat, se mantuvo en privado.
Durante la conferencia, los consejeros, muchos de los cuales participarán en el primer Parlamento de Migrantes Mexicanos Residentes en el Extranjero, que convoca el Congreso de la Unión para este viernes y sábado en San Lázaro, anunciaron que su consejo consultivo aprobó una declaración de solidaridad con las víctimas de la actual ola represiva y condena al sentimiento antinmigrante generado en Estados Unidos contra los trabajadores mexicanos.