Sólo soy un servidor público indignado, responde el funcionario
La actitud de Javier Lozano es como la de un porro, dice Marcelo Ebrard
La actuación en Tabasco del secretario del Trabajo y Previsión Social del gobierno federal (STPS), Javier Lozano, es como la de un “porro y un provocador”, señaló el jefe de Gobierno del Distrito Federal (GDF), Marcelo Ebrard Casaubón, quien dijo no le responderá porque no le interesa entrar en “dimes y diretes”, cuando lo importante es continuar con la ayuda a la entidad. Adelantó que hoy enviará otro cargamento de 36 toneladas de acopio.
Ésta es la segunda ocasión que el funcionario federal interviene en asuntos de la capital; esta vez, Lozano Alarcón, además de reiterar sus señalamientos contra el gobernante, lo acusó de “lucrar políticamente con una tragedia y manejar la ayuda generosa de los capitalinos para destinarla con criterios sectarios”, lo que según calificó “es oportunista y ruin”.
En entrevista, Ebrard dijo que el señalamiento de Lozano “sólo me lo explico como un objetivo político”. Consideró que Felipe Calderón, “su jefe, lo mandó a decir lo que él no puede”, porque le estorba la labor que realiza al administración que encabeza en aquel estado.
Marcelo Ebrad se preguntó cuál es la prioridad para el titular de la STPS, toda vez que para el GDF está claro que el problema en esa entidad es restablecer los servicios y evitar epidemias.
“Este señor se aparece ayer en Tabasco como porro, porque no lo puedo calificar de otra manera, con los adjetivos que maneja”, apuntó. Además lo conminó a “crear empleos en lugar de buscar provocar al GDF, pues da la apariencia de que su verdadera función es la de andar cazando al DF para ver qué problema le genera”.
Por su parte, Lozano Alarcón se defendió y dijo que él no es un “porro estudiantil, sino un servidor público indignado”. Aseguró que en la Oficina de Desarrollo Económico de Tabasto estaba la ayuda que llegó de la capital del país y ésta tenía “el gran logo del GDF, con ese Ángel de la Independencia muy bonito, con esos trazos sugerentes; puros colores amarillos, todo para inducir a la gente a pensar en la generosidad del gobernante y no de la gente”.