Hay oportunismo y pragmatismo desmedido, lamenta
Se asedia al PAN desde el poder, advierte Espino
Germán Martínez desconoce la vida interna del partido
Fox, activo para la democracia internacional, considera
Ampliar la imagen Manuel Espino, durante la entrevista con La Jornada Foto: Carlos Ramos Mamahua
A un mes de concluir su gestión en la dirigencia del PAN, Manuel Espino denuncia que desde el poder se asedia y se acosa al partido. Fenómenos como el oportunismo y el pragmatismo desmedido se han introducido en Acción Nacional, en detrimento de los preceptos de doctrina, razón por la cual considera que es importante ganar el gobierno sin perder los principios.
Militante ligado a los sectores más conservadores del panismo, Espino Barrientos dice esperar que el próximo presidente del instituto político siga con el esfuerzo de contener dichas prácticas, para que el blanquiazul no corra el riesgo de convertirse en un partido de Estado, como lo fue el PRI durante más de 70 años.
En entrevista con La Jornada, el duranguense rechaza haber negociado con el gobierno la entrega del PAN a los calderonistas a cambio de impunidad para el ex presidente Vicente Fox Quesada, a quien defiende y sigue considerando un activo para el partido y “para la democracia en el ámbito internacional”.
Criticado y hasta abucheado por grupos internos que vieron en algunas de sus declaraciones un ataque a la administración de Felipe Calderón, refiere que la relación de ésta con Acción Nacional debe ser de cercanía responsable y de diálogo.
–¿Qué evaluación hace de su gestión en la presidencia de Acción Nacional?
–Hay que evaluar el partido de manera institucional. En el ámbito cuantitativo, el comité nacional ha hecho una gran labor para tener más alcaldías, diputaciones y senadurías. Desde el punto de vista cualitativo, se ha hecho un trabajo muy fuerte para que, dadas las nuevas circunstancias del país, del partido en la tarea del gobierno, no se pierdan la esencia, la filosofía y la doctrina del PAN. Ahí ha habido un gran forcejeo porque también es cierto que con las nuevas responsabilidades que ha asumido el partido se han presentado fenómenos como el oportunismo y el pragmatismo desmedido. Todos los días se presenta la tentación de ganar un espacio de poder, pero cediendo un poco en los principios, en la doctrina. Yo insisto en que es importante ganar el gobierno, pero sin perder los principios.
–Hay señalamientos de que hubo maltrato a la militancia en su administración y que éste fue uno de los elementos por los cuales se presentaron numerosas quejas en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación –se le comenta.
–Hemos sido acérrimos defensores de los derechos de los militantes. Los hemos defendido del asedio, del acoso del poder, de aquellos que presionan, que compran votos, voluntades, y también hemos insistido en la necesidad de actualizar nuestros procedimientos internos, que ya están rebasados y son muy débiles frente a ciertas prácticas que afectan a los militantes. Quiero recordar el caso de Hermosillo, Sonora, donde hay un partido y una militancia muy generosa, pero muy acosada desde la presidencia municipal emanada del PAN; un acoso al grado de presionar a los militantes para poner a como diera lugar a un candidato a la alcaldía. Lo lograron, pero perdimos las elecciones. Ahí, ¿de quién es la culpa?, ¿del comité nacional?, ¿del estatal? No. Se dan muchos factores que llevan a esto. La debilidad de los procedimientos internos, las prácticas no panistas que se han incubado en el partido, el desbordamiento del poder que irrumpe en la dinámica del partido con estos resultados. Cuando hemos ido al tribunal, hemos ido a defender a la institución y a los militantes, pero respeto opiniones en contrario. Me gustaría que quienes así opinan pues me lo digan poniendo su nombre por delante.
–Ahí está el discurso de Germán Martínez cuando se registró como candidato.
–Creo que Germán Martínez está asumiendo un discurso de candidato que lo entiendo, pero también debo comprender el desconocimiento que tiene de lo que ha pasado en la vida interna del PAN en los últimos años. Si llega a ser el presidente del partido, se encontrará de frente con estos mismos problemas, problemas que han propiciado muchos que ahora lo acompañan. Pero es respetable su opinión.
–Hay versiones de que Manuel Espino negoció entregar la presidencia del partido a los calderonistas a cambio de impunidad para el ex presidente Vicente Fox.
–Eso simplemente lo niego. No soy una persona que venda su conciencia ni sus convicciones a cambio de comodidad. Quien diga que hubo una negociación lo hace de mala fe. Yo no tengo por qué negociar con el presidente de México la sucesión en la dirigencia si yo mismo he defendido al partido frente a las acechanzas de algunos funcionarios públicos, municipales y federales que se han entrometido en la vida del PAN, teniendo derecho como militantes de participar, pero no teniéndolo de usar la estructura del poder.
En la entrevista, Manuel Espino asegura que en Acción Nacional no hay una defensa a ultranza del ex presidente Vicente Fox, pero sí se avala su honestidad. También considera que hay una campaña de linchamiento en contra del guanajuatense que busca debilitar al partido blanquiazul.
–¿Cuál es el futuro del PAN con Germán Martínez en la dirigencia?
–Espero que haya un esfuerzo adicional al que hacemos para contener este avasallamiento que se está dando desde el poder, que no es política de gobierno. Espero que eso se atienda para que el PAN no corra el riesgo de convertirse en partido de Estado.
–¿Cómo hacerlo si los propios panistas no se imaginan a Germán Martínez diciéndole no a Felipe Calderón?
–No tiene que decirle no. Simplemente tiene que decirle sí a las tesis del PAN.
–¿Cuál debe ser entonces el papel de Acción Nacional siendo gobierno?
–No podemos ser un partido incondicional al gobierno, como lo fue el PRI. Pero tampoco podemos ser de oposición. Debe haber una cercanía responsable en la que Acción Nacional apoye las iniciativas y propuestas gubernamentales en la medida en que sirvan a la construcción del bien común y el bienestar de la sociedad, y cuando no atenten contra nuestros principios y convicciones más profundas.
Por último, Espino califica el desempeño de Calderón de muy acertado, luego de asegurar que nunca hubo desavenencias con él, aunque reconoce que eso algunas personas no lo creen.