Prefieren japoneses ricos autos europeos de lujo, por estatus
Tokio. Exhibirse al volante de un automóvil de lujo europeo sigue siendo sinónimo de refinamiento y elegancia en Japón, donde las ventas de Mercedes, Audi, Maserati, Porsche, Bentley y Ferrari se mantienen firmes, pese a la caída del mercado automotriz nacional. Los autos de importación representan sólo 5 por ciento del mercado japonés, pero se trata sobre todo de vehículos de alta gama, en particular alemanes. Algunas marcas europeas como Volkswagen, Peugeot o Fiat, mucho más caras que las japonesas, son consideradas de lujo en Japón, aún si en su país de origen no cuentan con esa imagen. “Conducir un auto europeo da cierto estatus. Muestra que uno tiene dinero pero que tiene también la cultura de occidente”, explica Alessandro Saita, responsable en Japón de Alfa Romeo, de Fiat.